Pedro Rocha llegó al juzgado muy sonriente y alegre, vestido con su mejor traje, con la barbilla levantada y una sonrisa irónica, fingiendo tener una interesante conversación telefónica… hasta que sonó su móvil denunciando el engaño. Era la descripción perfecta de una situación ridícula que rodeaba a un hombre ridículo.
Se había portado inteligentemente ante el juez y el fiscal (me pillarán con lo que aprendí en la universidad de la calle), y si aparecía como testigo, sería investigado. Poco después le asestó otro golpe: el expediente TAD.
No me extenderé en lo que ya sabemos: fue vicepresidente económico de esta federación, que fue descuidada con sus cuentas, Rubiales lo nombró su sucesor, intentó convertir su estatus temporal en permanente, despidió a empleados que no cumplían con su La propia iniciativa fue parte de ello, pero cuando las circunstancias dejaron claro que no eran sostenibles.
Los últimos que disparó fueron cuando estaban bajo investigación. Cuando se encontró en este triste estado, no se dio la vuelta sino que decidió resistir.
Pero es una buena persona, me dicen.
Un hombre tan bueno que había recogido 107 avales, dejando sólo unas migajas para Carlos Herrera (seis, vaciados por Roberto Gómez, el hombre mejor conectado y más amigo de todos los periodistas deportivos de España) y Eva Parera (confesado). cuatro, sin decir quién). La federación, cuyo control está en manos de los 19 presidentes autonómicos (uno de Autonomía y Ceuta y Melilla), entre los que hay muchos procesos y comportamientos desagradables, se ha cerrado como un cascarón. Todo su interés es mantener el chiringuito como está para que nadie entre y lo estropee. Tal como está el sistema, controlan más de 80 de los 145 votos de la Asamblea, que ahora se reducen porque hay diputados que han perdido su estatus a estas alturas.
Entre ellos, no han conseguido atraer a nadie más cualificado y ejemplar que Rocha para dar una impresión del grupo.
Pero no llegan a las 107 aprobaciones. Un puñado de fútbol profesional ha llegado hasta ellos gracias al apoyo de Tebas Rocha. Lo desprecia (“era único en su clase”, explicó en Relevo, al tiempo que dijo que hay miles mejores que él), pero espera gestionarlo, y que en cuanto Rocha encabece la gestora terminará la guerra que Rubiales libró contra Tebas, y le dejó en sus brazos.
Y casi diría que el Gobierno se lo merecía, una federación en manos de Tebas, porque el apoyo que dio a través del CSD Rubiales, especialmente durante el mandato de José Manuel Franco, con una complacencia cómplice que roza las fronteras de las excusas, lo justificó. diciendo que “el poder de Tebas debía mantenerse en equilibrio”. Vemos adónde nos ha llevado este lema.
¡Ay el CDS! Quizás ahora esté en mejores manos. Rodríguez Uribes inicialmente tomó decisiones que contrastaban con las de sus dos predecesores. Dos líneas en zigzag en decisión correcta. Pero también tiene que poner orden en su propia casa: el sumario incluye grabaciones de su número dos, Fernando Molinero, conspirando con González Cueto, el Rasputín de Rubiales, uno de los investigadores. Algo completamente descalificante.
No puedo imaginar otra salida que la intervención de la FIFA, como hizo en Argentina tras la muerte de Grondona y que ya he mencionado aquí. En él se encuentra un español de buen carácter y gran reputación, Emilio García Silvero, director jurídico de la FIFA, que ya ha pasado por la asociación. Pero lamentablemente su hermano Miguel Ángel, que trabaja allí, también es uno de los investigados en el caso Brodie por ser el responsable de su trabajo.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook Y Xo regístrate aquí para recibirlo Nuestro boletín semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Leer sin límites
_