
El célebre productor José Luis Moreno vive atrapado en el entramado empresarial y testaferros que él mismo -con la ayuda de otros procesados por la Corte Nacional de Justicia- supuestamente utilizó y urdió para engañar a entidades financieras, inversores privados y al erario público con el objetivo de enriquecerse. La investigación liderada por el juez Ismael Moreno, que esta semana propuso juzgar al ventrílocuo por hasta siete delitos (incluida la pertenencia a organización criminal), ha destapado una enmarañada red de traficantes y centenares de operaciones bancarias y crediticias sospechosas mediante las que supuestamente intentaba eludir los controles. Pero ahora que los investigadores lo han desentrañado, esta misma confusión es la gran baza que tienen los promotores de series de enorme éxito como: B. sentarse en el banquillo nadie vive aqui.
Tras más de seis años de investigaciones, el pasado martes el juez de instrucción cerró la compleja investigación sobre José Luis Moreno, que fue detenido en 2021 y sólo pudo evitar la libertad provisional pagando una fianza de tres millones de euros. Las conclusiones del juez, reflejadas en un auto de más de 100 páginas, son contundentes. Según el resumen, en 2017 el productor se encontraba desesperado por sus “numerosas deudas” con el Ministerio de Hacienda y entidades de crédito. Los bancos dejaron de darle dinero. Y como lo necesitaba “de emergencia”, recurrió a Omar Ramón Valent, quien trabaja en empresas de consultoría y financiamiento privado; y eso lo pondría en contacto con Antonio Luis Aguilera, otro de los presuntos hombres claves de la conspiración.
Juntos formarían un tándem. Aguilera como diseñador de una auténtica «máquina criminal» (en palabras del juez) para obtener préstamos para la ejecución de proyectos que no tenían fundamento en la realidad («Le hicieron creer al banco que el negocio era real, pero la mayoría de las empresas no existían físicamente o carecían de actividad real»). Y José Luis Moreno como “tarjeta de presentación”: el famoso que inspira confianza.
Según la investigación, ambos visitaron juntos diferentes sucursales bancarias. Aguilera se ha desempeñado como administrador de numerosas empresas a lo largo de su carrera y conocía exactamente cómo funcionan las instituciones financieras y de crédito. La supuesta acción criminal fue incitarlos a dejarles dinero “que no querían devolver” (pagaron las deudas desviando montos obtenidos de nuevos préstamos para otros supuestos proyectos); Utilizaron una red de empresas pantalla y testaferros, lo que les permitió “simular la existencia de relaciones comerciales y económicas”.
Para implementar el plan contaron con abogados, directores financieros, empleados bancarios y otras personas en las que confiaban especialmente. Y los investigadores destacan que el propio Moreno «puso en manos de Aguilera dos de sus empresas: Cultus Opera Producciones (públicamente se fingió que esta empresa fue absorbida por un empleado de la mayor confianza de Aguilera, pero se firmó un contrato privado que «garantizaba» que el productor no perdería su propiedad) e Integral Mundox (dirigida por otro líder asociado a Aguilera). Estas empresas supuestamente fueron utilizadas no sólo para operan con bancos en busca de financiación, pero también sirvieron para justificar a varias empresas implicadas en la conspiración para transferir millones a Youmore TV, otra empresa controlada en la sombra por el titiritero que había puesto al frente al actor checo Martin Czehmester.
Esta estrategia funcionó durante un tiempo. Pero como muestra la orden, Aguilera fue enviado a prisión en octubre de 2018 y José Luis Moreno se vio obligado a distanciarse de “esta rama de la organización”; otra rama debía seguir trabajando con el también imputado Antonio José Salazar a la cabeza. El productor de televisión decidió entonces “financiarse con socios privados”, como Alejandro Roemmers, un “mecenas argentino”. Según la sinopsis, Moreno consiguió que Roemmers recaudara 35,2 millones de euros para una serie sobre la vida de San Francisco de Asís. Resplandor y oscuridad (Resplandor y oscuridad), que nunca vio la luz. El juez subrayó que el ventrílocuo se aprovechó de la red de empresas sospechosas y ordenó a sus empleados aumentar los costes mediante facturas falsas e infladas. “Youmore emitió facturas de producción erróneas, lo que a su vez impuso a otras empresas del grupo unos costes adicionales por un total de 12,5 millones de euros”, afirma el profesor, añadiendo que este dinero acabó en las arcas de Moreno. El argentino lamentó ante la Audiencia Nacional que su expareja le hubiera dejado sólo partes inacabadas de una serie «mediocre» que parecía un «culebrón de la tarde».
De esta forma, la investigación de la Audiencia Nacional asigna a José Luis Moreno al “primer nivel” de una “organización criminal” que operó durante casi cinco años (hasta su colapso en 2021) y en la que el ventrílocuo tenía a su servicio testaferros y más de media docena de personas que manipulaban documentos y presupuestos; y le ayudaron posteriormente a canalizar el dinero defraudado a otras empresas y evitar que el Departamento del Tesoro se apoderara de sus propiedades.
Sin embargo, José Luis Moreno niega todas las acusaciones. Desde su detención, el famoso productor ha defendido su inocencia: “No hay pruebas”. “No tengo testaferros porque no los soporto”, dijo incluso al juez. Además, se ha presentado como víctima de un complot de la policía, del tribunal regional y de la fiscalía, a la que ha atacado en repetidas ocasiones. “Fue todo una trampa”, subraya en su cuenta de TikTok en la red social.
Fraude en Hacienda
Sin embargo, la actividad sospechosa de José Luis Moreno no acaba ahí y, según el sumario, gracias a la estructura prevista, también defraudó a la autoridad fiscal desde al menos 2018 a 2020. Los investigadores señalan que dejó de pagar casi tres millones de euros en Impuesto sobre la Renta, IVA e Impuesto de Sociedades. Entre las irregularidades supuestamente descubiertas, el sumario describe cómo Moreno cobró cheques en efectivo (hasta 273.000 euros) emitidos por la empresa Youmore; o cómo utilizó a otro de sus dealers, Gecaguma, para pagar la reforma de un jacuzzi o para cubrir casi 400.000 euros de sus gastos personales en El Corte Inglés (desde compras en el supermercado hasta cigarrillos, libros y perfumes).
Ahora todavía puede apelar su edición, pero el tiempo se le acaba al famoso productor. Después de que el juez propusiera el pasado martes su asiento junto con otras 54 personas (entre ellas Aguilera, Salazar y Czehmester), la fiscalía y otras partes tuvieron 20 días para presentar sus cargos y explicar las penas de prisión que piden para ellos. Una vez transmitidos estos documentos, el juez deberá dictar una nueva orden acordando la apertura de la audiencia y luego trasladar el proceso a la sala de lo penal del tribunal regional, a quien corresponde la acusación. Esto oscurece el horizonte para José Luis Moreno, quien dijo en una entrevista: “No tengo miedo de ir a prisión”.
