
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha decidido dar un paso más en la ruptura de relaciones institucionales y no acudir a la recepción que los reyes darán este domingo en el Palacio Real con motivo de la fiesta nacional, a la que estaba invitado y a la que asiste habitualmente desde que su partido estuvo representado por primera vez en el Congreso de los Diputados en 2019. Tal y como había anunciado su partido, Abascal no estará presente en las gradas del desfile ya que Las autoridades recorrerán el centro de Madrid como en años anteriores, pero seguirán la parada militar “desde la calle”.
El supuesto motivo para oponerse al jefe del Estado, del que informó al rey en una carta, es, según su partido, «que estas acciones serán utilizadas por Sánchez para blanquear un Gobierno corrupto y peligroso», por lo que Abascal ha decidido que «sólo compartirá con Sánchez espacios en los que pueda denunciar su corrupción y traición», añade.
Casualmente, en los últimos años se había convertido en una práctica habitual que una parte del público aprovechara el desfile del 12 de octubre para insultar y abuchear al presidente del Gobierno, actitud que las autoridades no podían soportar por razones de decencia. Según Vox, su líder vendrá este domingo «a celebrar el día nacional en las calles, honrar los símbolos y apoyar a las Fuerzas Armadas». En las redes sociales, Abascal se limitó a escribir: “Cuanto más lejos estás de la mafia, más cerca estás de los españoles”.
Es la primera vez que el líder Ultra se niega a participar en un evento organizado por la familia real, como es la fiesta nacional. Hasta ahora, las sentadas en estos actos han sido protagonizadas por políticos republicanos que se oponen a la monarquía o por nacionalistas periféricos que cuestionan la unidad de España. Tanto el lehendakari vasco como el presidente catalán han estado tradicionalmente ausentes de las celebraciones del día nacional, aunque en este último caso la situación ha cambiado desde que el socialista Salvador Illa asumió la presidencia de la Generalitat.
Abascal ya había dado la cara en la conmemoración del aniversario de la constitución en la Cámara de los Representantes, pero entonces el acto no lo encabezó el rey, sino el presidente de la Cámara Baja. Esta vez es diferente, porque en la Recepción del Día Nacional los anfitriones son miembros de la familia real -el Rey, la Reina, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía- que saludan personalmente a cada uno de sus invitados.
La decisión supone un nuevo giro por parte del jefe de Vox, que pasó de calificar de «ilegítimo» al Gobierno a calificarlo de «ilegal» y renunciar a cualquier canal de comunicación con Sánchez. En su particular competencia con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que estuvo ausente en el acto de inauguración del año judicial presidido por el Rey, Abascal va un paso más allá: esgrime que está directamente fuera del marco institucional. La portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, se desmarcó de la decisión del líder de Vox y recordó que la fiesta nacional “no es el día de Pedro Sánchez”.
