La Filmoteca de Catalunya presenta un ciclo dedicado a la cineasta japonesa Naomi Kawase, con obras repletas de referencias autobiográficas, incluida una selección de algunos de sus largometrajes y documentales. La retrospectiva que apareció con la película, que la directora considera su “obra maestra”, aguas tranquilas (2014) muestra nueve de sus obras hasta el 10 de mayo.
El ciclo viene motivado en parte por aprovechar la actual estancia de Kawase en Barcelona por su implicación como actriz en la nueva película de Lluís Miñarro. Salida de emergenciaquien fue coproductor del drama aguas tranquilas. Kawase lo describe como un «hombre extraño» que conoció en el festival de San Sebastián y estima que ambos «se sienten hermanos viviendo en lugares distintos». La cineasta, que a sus 30 años se convirtió en la ganadora más joven de la Cámara de Oro del Festival de Cannes por su primer largometraje, Suzaku– dice que la película en la que trabajaron juntos –aguas tranquilas– es una de las películas que cambió su vida. La directora creció con su madre adoptiva, que era muy mayor y padecía demencia en sus últimos años. Cuando murió hace 13 años, Kawase se preguntó: «¿Qué me conecta ahora con este mundo?». En ese momento, pensé en buscar mis orígenes. Aunque creció en Nara, parte de su familia provenía de la ciudad de Amami. Isla Oshima. Filmó allí y descubrió que muchos de sus familiares se habían quedado en la isla.
En el resto de la película y serie documental, que se proyectará en la Filmoteca en los próximos días de mayo, se pueden ver las referencias autobiográficas que incorpora la directora: la relación con su “abuela” -así llamó Kawase a su adoptiva- madre- y “con su familia biológica y adoptiva, su naturaleza, sus relaciones humanas y sus inquietudes filosóficas”, como explicó el director de la Filmoteca de Cataluña, Esteve Riambau, en la presentación del ciclo. Así son sus largometrajes Sharasojyu (Shara) Y En (Una pastelería en Tokio) convergen con la intimidad de sus documentales en Katatsumori (Caracol), Ten, Mitake (Ver el cielo), Hi Wa Katabuki (La puesta del sol), Ni tsutsumarete (Abrazar), Kya ka ra ba a (Cielo, viento, fuego, tierra), Tarachime (Nacimiento y maternidad) Y Genpin –Película documental por la que el cineasta fue nominado a la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
Kawase, una de las pocas cineastas de origen japonés con reconocimiento internacional, defiende el cine de autor con sus obras, pero también verbalmente: a la directora le gustaría que el cine independiente en Japón, que actualmente ocupa una posición muy subordinada, tuviera más peso en la política del país obtiene la industria audiovisual: «Es importante potenciar el cine independiente en Japón, porque lo que funciona es el cine comercial -manga o adaptaciones literarias- que está pensado para el público nacional» y no tiene proyección fuera del país. La participación de Kawase en los festivales internacionales de Cannes, Buenos Aires y Yamagata atestigua su presencia internacional, un cine que crea para todos y con el objetivo «de que podamos disfrutar más de la vida».
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