La falta de presupuesto reducirá el bono escolar, una de las medidas económicas más importantes del gobierno. La Generalitat supone que finalmente quedará una cantidad de 60 euros (debería haber sido 70 euros), repartidos en dos cheques de 30 euros cada uno, tal y como comunican los responsables de los ministerios de Educación y Economía a sus respectivos sectores. Pero la nueva edición de las ayudas incluirá otras novedades, respondiendo así a las peticiones de colegios y familias: que el cheque pueda entregarse a los centros educativos a cambio de una rebaja en la tasa por material escolar que cobran las familias tanto en la vía pública como en la pública. Se presenta la concertada. Sin embargo, la Generalitat está ultimando los detalles con todos los sectores implicados y prevé presentar los detalles en las próximas semanas, pero antes de las elecciones.
El bono escolar se lanzó el año pasado para ayudar a las familias a hacer frente al impacto de la inflación, pero también para dar un respiro al sector de la librería, muy afectado por la pandemia y el auge del comercio electrónico. Las familias recibieron dos cheques por $50 para gastar en útiles escolares, libros y juegos educativos, aunque solo recibieron estudiantes de primaria, tanto de escuelas públicas como charter.
La última campaña benefició a un total de 451.533 estudiantes (el 95% de los elegibles) que validaron casi 850.000 bonos, lo que representa un importe de 42,5 millones. El 28% de estos cheques se emitieron en una de las cuarenta sucursales de Abacus (que representan el 30% del mercado debido a su modelo de negocio diversificado). La iniciativa fue bien recibida por la industria del libro, ya que beneficiaba tanto a las grandes cadenas como a las pequeñas empresas. A las familias también les gusta, pero critican la paradoja de que las tasas no monetarias que pagan las escuelas también tengan que pagarse.
El pasado mes de septiembre, el Gobierno anunció una repetición de la iniciativa, pero con algunos cambios: el bono sería de 70 euros y se extendería también a los alumnos de la ESO, lo que costaría unos 55 millones. Pero las negociaciones con el sector y la falta de presupuestos han cambiado los planes originales. Finalmente, todo apunta a que las ayudas se reducirán hasta los 60 euros, tal y como confirman fuentes del sector educativo y de la librería. Esto permitiría reducir la cantidad destinada a las ayudas hasta los 47 millones, lo que sería muy similar a la cantidad prevista en los presupuestos del año pasado, de modo que la Generalitat no tendría que recurrir a préstamos extraordinarios para hacer frente a un aumento de gastos. .
Según las mismas fuentes, el nuevo bono escolar corregirá uno de los desequilibrios del año pasado, permitiendo transferir el cheque a las escuelas. Por lo tanto, cuando las familias activan el bono a través de la web, existe la opción de donar uno o ambos bonos directamente. El importe se descuenta de la tarifa del material que suelen cobrar los centros educativos, que suele rondar los 100 euros por curso (hay grandes diferencias entre colegios). Eso sí, los centros acordaron que no se podrían aumentar las tasas de cara al próximo curso académico, explican estas fuentes.
Los colegios e institutos, por su parte, deberán utilizar los cheques en una tienda física o en un gran comercio minorista. En principio, la Generalitat mantendrá los mismos requisitos para que los establecimientos participen en la campaña y se conviertan en empresas autorizadas para que las familias puedan utilizar los bonos. De esta forma, las empresas de internet siguen quedando al margen.
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Otra innovación que se baraja es la inclusión como beneficiarios de estudiantes de formación profesional básica (cursos para aquellos que no han finalizado la ESO). Sin embargo, esto no debería suponer un aumento de costes ya que, según datos de educación, este curso no llegó a los 2.000 alumnos matriculados en este nivel educativo.
Asimismo, la Generalitat reforzará las medidas de control «para evitar que se detecten fraudes», afirman estas fuentes, por ejemplo pasando facturas con material escolar cuando en realidad se han adquirido productos no incluidos en el bono. Según datos empresariales obtenidos a través de información pública, el año pasado no se aceptaron 38 bonos; En la mitad de los casos, fue porque la instalación no incluía la fotografía del boleto, y en una docena más de casos, fue porque incluía artículos no aceptados como bolsos, impresoras o ropa.
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