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La toma de posesión del nuevo alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, comenzó el sábado con veinte minutos de retraso. Eran las 17.20 horas, Collboni no se presentaba y los teléfonos estaban incendiados en el grupo comunitario del PP. El retraso fue la última muestra de emoción que se había apoderado de Barcelona desde el miércoles por la tarde. En la penúltima pantalla, los colegiados de la exalcaldesa Ada Colau lanzaron el bombazo a las 16.00 horas: votarían al PSC en la investidura. El pacto del electorado Xavier Trias (Junts) y ERC que les daría la alcaldía si no había una mayoría alternativa de 21 concejales se ha hecho añicos. Y hubo quienes sumaron Socialistas, Ciudadanos y el PP.
En la última hora, el choque Se hizo cargo del Saló de Cent, la estancia más noble e histórica del ayuntamiento. Junts o invitados de ERC con caras largas. Confusión entre socialistas y ciudadanos. En el primer banco se sentaba la mujer de Trias, la hermana y madre de Collboni, y la mujer de Maragall de lado con cara pensativa. En las oficinas del Consistorio, los veteranos lo vieron venir y redactaron dos versiones de los documentos: decretos, notas de prensa, actualizaciones web. Dependía de los votos del PP que Collboni llegara a ser alcalde, pero nada es lo que es hasta que sucede. Lo que sigue es la historia del infarto de 72 horas que precedió a una toma de posesión inusual —dictada por las elecciones generales del 23-J y la histeria de todos los partidos— que fue tensa, incómoda y más dura que una con discursos interpartidarios y las acusaciones pueden recordar.
Miércoles 14 por la tarde. Vox no utiliza el conteo. La investidura tendrá lugar el sábado. Los partidos representados en Barcelona llevaban días convencidos de que Vox acudiría a los tribunales con su demanda de revisión de los votos nulos porque faltaban 1.500 papeletas para llegar a un tercer concejal y una confusión en el logo tenía un número indeterminado de votos anulados. tus votos La apelación habría pospuesto la investidura hasta el 7 de julio y las negociaciones se llevarían a cabo tranquilamente. A las 19.10 horas llega WhatsApp a la redacción: «Vox descarta emprender acciones judiciales contra la Junta Electoral Central. Junts y ERC negocian desde hace días un acuerdo de gobierno, y todo se acelera». En el PSC, que nunca improvisa, se activa el engranaje, como si sonara un despertador. La consigna: presionar a la Cámara de los Comunes para evitar un Gobierno independiente, que requerirá además dos votos del PP.
Jueves 15 mañana. Las conversaciones sobre el frente independentista avanzan. Junts y ERC encauzando su pacto, yendo más allá de las concesiones al republicano Ernest Maragall, ¿cuántas áreas y distritos estarían dispuestos a ceder los de Xavier Trias?
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Jueves 15 tarde. Propuesta de Pacto del PSC y Golpe de los Comunes. Los socialistas convocan a la prensa a su cuartel general en Poblenou. Collboni parece estar pidiendo a Colau su voto y ofreciéndole la entrada en el Gobierno. Ni una palabra del PP, al que los socialistas también presionan indirectamente: «Si hay mayoría de 19, alguien tiene que posicionarse si quiere hacer alcalde a Trias o a Collboni». . el existe número dos de Colau, Jordi Martí: «No nos vamos a arrinconar ni con el PP» «No vamos a llegar a un acuerdo que involucre al PP, que Vox está de acuerdo y dice que va a apoyar a cualquier gobierno que desmonte el legado de Colau». Martí es la cara visible de los negociadores de Colau (al fondo, la concejala Gemma Tarafa y Adrià Alemany, miembro de la ejecutiva y figura clave en las decisiones de la organización). En el PSC, la concejala Laia Bonet es la portavoz de la negociación, y los fontaneros son el secretario de Organización Carlos Prieto y Albert Dalmau, uno de los hombres de confianza de Collboni.
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Viernes 16 por la mañana. Sirera sube el tono: quiere la cabeza de Colau. El líder del PP, Daniel Sirera, que hizo campaña para derrocar a Colau y evitar un gobierno independiente, revela que dará sus votos al PSC si Colau dimite. Más presión sobre los comunes.
Viernes 16 por la tarde. Encuentro Collboni-Colau. Los Comunes conservan el No. Collboni invita a Colau y se encuentran. La versión socialista dice que Collboni reitera la oferta del jueves: votos en la Cámara de los Comunes y compromiso de entrar en el gobierno local. Según la Cámara de los Comunes, les está ofreciendo el «pacto secreto» al que se refirió la exalcaldesa en su discurso del sábado. «Un pacto de gobierno muy similar al que tuvimos la pasada legislatura fue firmado por Sirera y guardado en secreto en un cajón para ser anunciado después del verano», dice una fuente de la Cámara de los Comunes. Colau dice que de ninguna manera.
Viernes 16 última hora. Listo el pacto Junts ERC. Presión máxima del PSC. Junts y ERC anuncian que tienen listo el pacto y que sus bases lo ratificarán el sábado al mediodía. El PSC aumenta la presión sobre los comunes. «Los Comunes estaban muy cerrados y los puentes activados, llama a los veteranos de la formación para persuadirlos», dicen fuentes socialistas. El argumento: si no votan por Collboni, Trias será alcalde. La presión mata el claro no en la mente de algunas personas comunes. Era un hacer clic.
Sábado 17 por la mañana. Reunión del Ayuntamiento de Colau. Los nueve concejales de Barcelona en Comú se reúnen en la sede de la calle Marina y están convencidos de votar por su candidato. Pero la duda crece. «¿Qué es menos malo, Trias, que ha prometido desmantelar el legado de Colau, o de Collboni, con los que han gobernado a pesar de las discrepancias en temas tan amplios como la ampliación del aeropuerto o la movilidad?», se preguntan. No hay tiempo para consultar las bases. Se convocará a un coordinador extraordinario (órgano formado por unas 40 personas de distritos y ejes temáticos).
Sábado 17 13.00 h. Coordinador Extraordinario de los Comunes y partidario de las Junts y combatientes de ERC en el Pacto Triásico-Maragall. Mientras llegan las recomendaciones de los combatientes de Junts y ERC, comienza el coordinador, con más de la mitad de las personas conectadas en línea. Colau explica su encuentro con Collboni. Martí revela el dilema: Trias debe volver a ser alcalde y tener derecho a gobernar la ciudad; Vota por Collboni para evitar esto. Los presentes expresan dudas y revelan contradicciones. ¿Votar por el que dejó el gobierno y fue criticado durante toda la campaña electoral? ¿Apoya a los que defienden la ampliación del aeropuerto o frena las zonas peatonales? ¿Qué pensarán quienes votaron por ellos? No hay alboroto, solo quedan cuatro horas para votar. En una organización donde los críticos han acusado falta de estrategia y debate, lo único que faltó fue la embestida. Tras escuchar, el grupo comunitario entiende que el mal menor es ir a la oposición y votar a Collboni sin llegar al Gobierno con él y los votos del PP. No hay votación, pero la presidenta Ada Colau está a favor. Tu opinión siempre lo pesa todo. A las 14:30 unos concejales se quedan a comer un bocadillo, otros se van a casa a vestirse para el pleno de las 17:00 horas.
Sábado 17 15.30 h. Un concejal de Colau en un taxi llamado Collboni y la bomba en la nota de prensa. Un concejal de Barcelona en Comú, que pasó por la casa para cambiarse, toma un taxi hasta el Ayuntamiento y le cuenta al conductor la decisión del municipio de votar por Collboni. El taxista que la reconoció no revela quién era. A las 15.45 horas, Janet Sanz, tercera en la lista de Colau, llama a los socialistas para comunicarles la decisión. A las 16.00 horas, el departamento de prensa distribuye la nota de prensa: «Los concejales de Barcelona en Comú votarán a Jaume Collboni y se irán a la oposición».
Sábado 17 Entre las 16:00 y las 17:00 horas Aunque el comunicado de la Cámara de los Comunes solo apunta a que el PP también apoyará a Collboni, la pelota está en sus manos: un aluvión de llamadas y mensajes a responsables de prensa y miembros destacados de la población. Los socialistas afirman que la población no tiene todo lo necesario para votar por un socialista. Se acerca la hora del pleno y Collboni y Sirera también están al teléfono, aunque están en el mismo edificio, el ayuntamiento, en plantas distintas. Los diputados exigen garantías de que el PSC no permitirá el ingreso a la Cámara de los Comunes en el Poder Ejecutivo y que Collboni cumplirá con sus aspiraciones de campaña de orden y seguridad. Pero no hay nada escrito, ni Collboni menciona nada sobre su compromiso en el discurso. Este domingo, Maragall y Trias aseguraron que los votos de Común y PP forman parte de una operación de Estado orquestada por Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz. El PSOE lo niega. Feijóo se jactó este domingo de que su partido fue «decisivo para que los independentistas no se apoderaran de la capital catalana». Sirera dijo que no había recibido ninguna instrucción del Madrid pero que había pedido ayuda para «hacer un buen trato por el Barcelona». Y presume de haberse mantenido fiel a su promesa de campaña de destituir a Colau y evitar un alcalde independentista. Los socialistas están convencidos de que los Comunes entrarán en el Gobierno tras las elecciones, afirman que incluso Colau apuntó en su discurso: que siguen abiertos al pacto, que no se puede gobernar con 10 concejales, que no están de acuerdo con la derecha. Los plebeyos reclaman que no: eso o tripartito con ERC, o nada. No obstante, también aseguraron este jueves que no participarán en ninguna ecuación en la que participe el PP. Mientras tanto, la militancia les pregunta cómo explicar la decisión a familiares, amigos y compañeros de trabajo.
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