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El primer proyecto europeo para desarrollar placentas artificiales para bebés extremadamente prematuros ya tiene los resultados de su primera fase. Investigadores del Hospital Clínic y Sant Joan de Déu han conseguido mantener vivo un feto de oveja durante 12 días en un sistema extracorpóreo de alta complejidad que simula la placenta natural. Los expertos creen que el resultado abrirá la puerta a tener un prototipo listo para ensayos clínicos dentro de tres años, lo que garantizará una supervivencia de «tres a cuatro semanas» en la placenta artificial.
La prueba tiene como objetivo reproducir y prolongar las condiciones fisiológicas del útero materno. A los seis meses, los pulmones, los intestinos y el cerebro del feto están poco desarrollados y no están preparados para funcionar correctamente fuera de la placenta natural. «Un bebé extremadamente prematuro es en realidad un feto que tiene que sobrevivir en un entorno muy poco natural», comparan los expertos. El objetivo de la placenta artificial es crear exactamente el mejor entorno posible. Cada año nacen en Europa unos 25.000 bebés extremadamente prematuros.
La complejidad del proceso es múltiple. En primer lugar, la dificultad de asegurar la transición del feto de la placenta materna a la placenta artificial: el cordón umbilical, que asegura el intercambio de nutrientes y oxígeno entre el embrión y la placenta, se cierra irreversiblemente con un descenso de dos grados de temperatura porque entiende que el bebé ya está afuera. “Tenemos que ser más astutos que la naturaleza”, admite el director del proyecto, Eduard Gratacós. El equipo se ha asegurado de que todas las transiciones realizadas durante el año pasado hayan sido exitosas.
El primer prototipo desarrollado incluye un ambiente protegido que consiste en un recipiente translúcido de material biocompatible, conectado a un sistema de circulación de líquido amniótico que permite mantener al feto en un ambiente fluido, aislado de estímulos externos pero accesible para exámenes de ultrasonido. Esto permite un seguimiento continuo. del feto
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El sistema incluye un sistema de circulación extracorpórea compuesto por una membrana oxigenadora y un sistema de piezas diseñadas para facilitar la circulación sanguínea y su oxigenación, simulando lo que ocurre de forma natural en la vida intrauterina. “Creamos un ambiente con un fluido exactamente igual al que lo rodea en la placenta natural, porque cada diferencia es muy clara”, dice Gratacós.
El proyecto trabajó con alrededor de 50 muestras de fetos de oveja, ya que son similares a los humanos en tamaño, pulmones y características cardiovasculares. De estos, tres ejemplares sobrevivieron 12 días y unos pocos más (no se dio el número exacto) entre nueve y 10 días.
Tras esta primera fase, que arrancó en 2020 y fue financiada por la Fundación la Caixa con 3,35 millones de euros, seguirá una segunda (2023-2025) con otros 4,3 millones de euros, en la que intentará sobrevivir cuatro semanas y convertir el conjunto sistema al revés nivel de seguridad «extremo» y desarrollar el marco bioético. “En el futuro, no sabemos cuándo, habrá placentas artificiales”, defiende Gratacós.
«Los hospitales deben involucrar a los padres y otros grupos relevantes en la comunidad para crear pautas sólidas y completas para su uso», dice Kelly Werner, profesora asociada de pediatría en el Departamento de Neonatología de la Universidad de Columbia, en un comunicado. Nueva York (EEUU), en declaraciones a Science Media Center España. El pediatra exige protocolos específicos para el uso de la placenta artificial y en cualquier caso insiste en asegurar los partos naturales. «Si bien este es un desarrollo alentador, la placenta artificial no pretende reemplazar a la placenta natural. En otras palabras, a pesar de estos avances, debemos hacer todo lo posible para apoyar la salud materna y reducir los factores de riesgo que conducen al parto prematuro”.
Actualmente se están realizando otros estudios similares en EE. UU., Japón y Australia. Un modelo de placenta artificial similar se está desarrollando en la Universidad de Michigan (EE. UU.), mientras que los modelos de placenta artificial se están desarrollando en la Universidad de Pensilvania (EE. UU.), la Universidad de Tohuku (Japón) y la Universidad de Australia Occidental. útero artificial. Según los investigadores, solo el proyecto de Filadelfia, Pensilvania, mejora sus resultados. “Tenían un máximo de 28 días. El resto es entre siete y diez días. “El proyecto de Barcelona es muy sólido”, destaca el líder del proyecto.
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