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La Policía Nacional ha detenido en Valladolid a un hombre por contratar ilegalmente a inmigrantes en pésimas condiciones para repartir paquetes por toda la provincia. El detenido aseguraba que sus víctimas se encontraban en situación administrativa irregular y tenían familiares a su cargo para explotarlas económica y cotidianamente en condiciones abusivas en el trabajo, sin alta en la seguridad social ni contrato. Los inmigrantes pasaban en furgonetas desde las seis de la mañana hasta las once de la noche, siempre de servicio de lunes a sábado y sin días festivos. El preso liberado les pagó un máximo de 45 euros por día por las 17 horas de trabajo, pero no siempre estuvo al día con los pagos.
Los detalles del llamado Operación Quilombo, comunicado por la Policía Nacional en un comunicado de prensa, ilustran cómo la investigación sobre el sujeto se inició en noviembre de 2023, cuando quedó claro que se aprovechaba de la frágil situación económica y familiar de sus víctimas. La persona aprovechó ese estado de irregularidad administrativa para ofrecerles este trabajo fraudulento.
Los agentes especiales integrados en la unidad contra las redes de inmigración ilegal y la falsificación de documentos pudieron demostrar estas “condiciones laborales de explotación” durante sus investigaciones. La jornada en la que sufrían estos comerciantes de mercancías solía comenzar a las seis de la mañana y los afectados debían viajar con diversos envíos hasta las once de la noche, prácticamente sin detenerse a atender a los clientes. Tampoco tenían vacaciones, ni días libres y trabajaban de lunes a sábado.
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“Se encontraban en una situación especialmente vulnerable por su situación profesional, familiar y económica”, subraya la policía. El detenido utilizaba para sus actividades ilícitas la empresa de su esposa, de la que ella era la única responsable y se dedicaba al reparto de artículos que realizaban a través de estos inmigrantes irregulares.
Salarios miserables
El salario que aceptaron, dada su mala situación en Valladolid, fue de apenas 45 euros por las 17 horas diarias que tenían a su disposición. El hombre se encargaba personalmente de recoger los distintos paquetes en un almacén y cargarlos en las furgonetas o vehículos pesados que proporcionaba a su tripulación ilegal para transportarlos a los distintos destinos.
Asimismo, el empresario sabiendo lo que hacía, instruyó a este personal falso a no presentarse en las entregas y qué hacer si eran detenidos en algún control policial o identificación por parte de las autoridades. Agentes de la Policía Nacional lo detuvieron recientemente y luego de que tomara una declaración sobre los hechos que se le atribuyen, el hombre fue puesto en libertad.
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