Advertisement
La tarde del 26 de abril de 2023 en la plaza de La Maestranza quedará para siempre en la historia por la memorable faena que realizó Morante de la Puebla al toro Ligerito de la ganadería Domingo Hernández, al que se le otorgó un rabo.
Así culminó una misa triunfal por las 31 orejas cortadas, por los cuatro toros que recuperaron el premio de la plaza (‘Príncipe’, de El Parralejo, ‘Patatero’, de Victorino Martín, ‘Filósofo’, de García Jiménez y el anterior mencionado ‘Ligerito’), por las cuatro tardes que estuvo abierta la Puerta del Príncipe para que salieran de ella Morante de la Puebla, Roca Rey, Tomás Rufo y el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, y por la gran afluencia de público (cuatro veces fue la Regístrese «No Tickets» y hubo cinco casas casi llenas a pesar del intenso calor en algunos días).
Además de los cuatro toros ganadores, destacó el encierro de Victorino Martín y Jandilla, así como los toros sueltos de Santiago Domecq, Núñez del Cuvillo, Domingo Hernández, El Torero y Miura. Y junto a Morante, reconocido como ganador indiscutible por los distintos jurados, el peruano Roca Rey, que asombra a la multitud con su heroísmo, y el gran artífice de las colas en las cajas registradoras, Daniel Luque, que vive un momento de madurez sublime, Manuel Escribano, superior con los toros ‘Patatero’ de Victorino Martín y ‘Choricero’ de Miura, El Juli, Emilio de Justo, Ginés Marín y Tomás Rufo, y en menor medida Álvaro Lorenzo, Francisco de Manuel, El Cid, Talavante y Castella. Hasta ahora el escenario más claro de la feria.
Además de los toreros de éxito, hubo otros que anduvieron de puntillas, como José Garrido, Alfonso Cadaval, Rafael Serna, Perera, Urdiales, Manzanares y Cayetano.
Advertisement
Cuatro toros de vuelta al ruedo, cuatro Puertas del Príncipe y 31 orejas, excelente dato del ciclo
Y en un casillero aparte están Pablo Aguado y Juan Ortega.
Ambos son los teóricos «responsables» de la resurrección de Morante cuando se hablaba de ser sus herederos en 2021. El veterano se rebeló contra lo que parecía un destino, se ganó el respeto a sí mismo y decidió afirmarse ante los pretendientes como el único e indiscutible artista de Sevilla. Desde entonces, ni Aguado ni Ortega han dado el paso adelante que se esperaba de ellos. Ninguno salió fortalecido de esta feria. Aguado -sólo detalles muy sueltos- y Ortega, guapísimo de capa, se quedaron en tierra de nadie con más problemas de los previstos inicialmente para la temporada.
¿Qué lectura puede extraerse de esta sorprendente y extraordinaria feria de abril?
Una es que fue el escaparate de una nueva corrida anunciada hace unos años, caracterizada principalmente por el toro de cara más cómoda y presumiblemente “afeitado” y con la fuerza justa para su protagonismo exclusivo en la tercera la muleta, que, como se ha demostrado, de facto significa la desaparición de la suerte de palo. El Toro Estrella de hoy es testarudo, guapo, amable, meloso y un artista que no fue criado para emocionar, sino para contribuir al triunfo del torero.
Los ocupantes de las líneas han cambiado. En La Maestranza al menos quedan pocos, muy pocos aficionados, y han sido sustituidos por una multitud festiva que busca divertirse más allá del conocimiento y las ganas.
Por otro lado, los líderes políticos del partido hace tiempo que dejaron de preocuparse por la integridad del toro, la pureza del espectáculo y la persecución del fraude en beneficio exclusivo del entretenimiento. Como resultado, los ocupantes del palco presidencial se encuentran desorientados, muy preocupados, eso sí, porque predomine el espectáculo triunfal, y sin una idea clara de dónde está el listón adecuado para aplicar una ordenanza que ya no refleja la realidad partidaria.
Por eso, hace unos años se entregaron trofeos impensables y se abrió la Puerta del Príncipe durante tres tardes sin ningún motivo.
Convendría renovar a los integrantes de los equipos presidenciales y sustituirlos por otros que puedan cumplir los criterios, sin perder de vista la importancia de Sevilla en el toreo y el imperativo de mantener el prestigio de los campeones a pesar de las nuevas modas.
Sin embargo, una Misa triunfal, aunque se base en la ociosidad, es siempre preferible a una dominada por el fracaso y el desánimo.
Sevilla fue el escaparate de una nueva época, marcada por el toro terciario, público generoso y una presidencia desorientada
Bienvenida, pues, la Feria de Abril de 2023 (que ha permitido a esta generación presenciar este gran espectáculo en el que el torero de La Puebla, el día 26, toro andrajoso, fiero, bravo, capeado y noble, que sorprende, fastidia y acentúa el ambiente y pone fin a silbidos y copas, aún en pleno triunfo de heroicos toreros y ejecutantes.
El toreo moderno es una historia diferente, más propensa a triunfos baratos, ovaciones ligeras y descuidos de demandas que alguna vez se consideraron esenciales.
Ojalá este nuevo escenario sea solo el comienzo de un futuro prometedor que incluya a muchos más jóvenes de los que ya están interesados en la fiesta taurina y que este triunfalismo imperante no destrone de una vez por todas al toro o excluya a los toreros que amas son realmente un juego. contra oponentes sorteados por los personajes y las emociones prevalecen.
El objetivo final sería que la fiesta taurina no decaiga y que ganaderos, toreros y empresarios no olviden que su futuro está en juego; todos son.
Toda la cultura a tu medida te espera aquí.
Suscribirse a
babelia
Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
CONSÍGUELO