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Millones de mujeres se han vacunado en tan solo unos meses para protegerse contra el Covid-19. Muchas de ellas informaron cambios en sus períodos menstruales con sangrado irregular, más abundante de lo normal o menos poco después de recibir su dosis. Diversos sistemas de farmacovigilancia en distintos países, encargados de observar los posibles efectos negativos de los medicamentos cuando ya están autorizados, han registrado estas anomalías, que también han aparecido en aplicaciones de seguimiento del ciclo menstrual y se han comentado en redes sociales o en consultas ginecológicas. . . Aunque los ciclos menstruales son inherentemente variables y estos cambios pueden no representar un problema de salud, pueden presentar un problema en una campaña de vacunación masiva y acelerada donde los efectos secundarios pueden no estar bien caracterizados. En octubre, la Agencia Europea de Medicamentos recomendó incluir el sangrado menstrual excesivo como un posible efecto secundario de frecuencia desconocida en la información de la vacuna.
Para evaluar mejor el riesgo de irregularidades menstruales después de recibir la vacuna contra el SARS-CoV-2, un equipo dirigido por la Agencia Sueca de Medicamentos siguió a casi tres millones de mujeres entre diciembre de 2020 y febrero de 2020. Los resultados se publicarán hoy en el diario. bmj, señalan que después de recibir estas vacunas, las mujeres con sus períodos dejaron de tener contactos médicos por cambios menstruales y solo se observó un leve aumento de casos de sangrado en mujeres menopáusicas con la tercera dosis de las vacunas Pfizer y Moderna, que no fue el caso. observado en AstraZeneca. Según los autores, esta baja asociación es insuficiente para establecer una relación causal entre vacunas y sangrado.
Los estudios se realizaron anteriormente debido a la preocupación de que algunas vacunas produzcan cambios en el ciclo menstrual, como lo hicieron vacunas como el virus del papiloma, pero no se encontró una relación causal. Algunos trabajos han recogido algunas interferencias, aunque el método hace que los resultados no sean concluyentes. Un estudio publicado en la revista hace un año avances científicos, con base en una encuesta a casi 40.000 personas, estimó que el 42 % de las mujeres con ciclos menstruales regulares reportaron más sangrado después de recibir la vacuna contra el covid. Los propios investigadores reconocieron en su momento que los resultados muestran una tendencia, pero no pretenden decir que los cambios observados sean causados por las vacunas y que la selección de participantes podría inflar los resultados. «Las participantes eran más propensas a tener cambios menstruales que la población general», dijo en ese momento a EL PAÍS Katharine Lee, profesora del Departamento de Antropología de la Universidad de Tulanem y coautora del estudio. La investigadora también comentó que los desequilibrios que habitualmente se reportan y también se observan en el contexto de la Covid no son permanentes y suelen desaparecer al poco tiempo.
Santiago Palacios, portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, que no participó en el trabajo, destaca el valor del resultado «por el gran número de pacientes vacunados incluidos» y destaca la consideración de los autores del impacto como irrelevante secundarias registradas. “Al igual que con otras vacunas, los autores hablan del componente emocional de la vacunación, lo que puede explicar algunos cambios menstruales o sangrados”, explica. Pese a ello, Palacios cree que «se puede criticar que estos cambios se deban a estos efectos emocionales y no a otra respuesta a la vacuna relacionada con la respuesta inmunológica». En general, el ginecólogo que, en su práctica clínica, reconoce que las irregularidades menstruales inducidas por la vacunación “es algo que las pacientes suelen abordar” es que cuando ocurre algo inusual, “como el embarazo o la vacunación, prestan más atención a lo que te está pasando”. y puede considerar los cambios como algo relevante que se habría pasado por alto en circunstancias normales”.
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Los trastornos menstruales no se encontraban entre los factores monitoreados durante los ensayos iniciales de las vacunas, ni los seguimientos adicionales preguntaron sobre este tipo de efectos secundarios. Estudios como el que se ha dado a conocer hoy están aportando más información sobre el riesgo de sufrir este tipo de efectos y las formas en que se pueden interpretar. Del mismo modo, trabajos anteriores han descartado que las vacunas contra el SARS-CoV-2 provoquen problemas de fertilidad en hombres o mujeres.
En los últimos años, el debate sobre las vacunas contra el coronavirus, mucho más intenso que cualquier modo de inmunización anterior, ha tenido dos consecuencias, según un informe reciente para UNICEF de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Este estudio informó una disminución en las vacunas en casi todos los países muestreados. En el caso español, la tasa de vacunación sigue siendo alta, del 88,6%, pero se ha reducido un 8%. Además de la falta de confianza, las dificultades de distribución y producción provocadas por la pandemia son las responsables del descenso mundial del número de vacunados.
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