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Si a finales de 2022 había temores de estanflación para la economía mundial, lo que finalmente no ocurrió (el PIB mundial creció un 3,4% en 2023 y la inflación cayó del 8% al 4%), entonces este será el otoño de finales de 2023. La palabra más utilizada al predecir 2024 fue “aterrizaje suave” de la actividad global. Pero dadas las renovadas tasas de crecimiento, está claro que este pronóstico pesimista tampoco se ha hecho realidad. Y en lo que respecta a la inflación, el resultado fue un nuevo debilitamiento hasta el 3,3%.
Por lo tanto, la combinación de un crecimiento del PIB mundial del 3,3% y una inflación del 3,3% sugiere un escenario económico que es, en términos generales, mejor de lo esperado hace un año y relativamente satisfactorio. Sin embargo, después de este epígrafe cabe señalar que existen diferencias de un país a otro. Especialmente entre Estados Unidos y la eurozona.
La economía estadounidense vuelve a mostrar una envidiable capacidad de crecimiento y mantendrá el elevado ritmo que ya mostró en 2023 (cercano al 3,0%). En el caso de la eurozona, sin embargo, el progreso el año pasado fue mucho más modesto (0,7%). Aunque es ligeramente superior a la previsión de hace un año (0,5%), una mirada más cercana revela diferencias dentro de la propia zona del euro.
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España sorprende con un aumento del 3,1% de su PIB debido a su alto dinamismo y Alemania vuelve a ser la gran decepción de Europa con un -0,1%. Igualmente decepcionante es Japón, una economía cuyo PIB apenas crece en 2024 y su inflación se mantiene estable en el 2,2%, lo que el Banco de Japón ha aprovechado para subir dos veces los tipos de interés (hasta el 0,35%). Todo lo contrario de lo que se puede observar en los demás bancos centrales, que han reducido los tipos de interés en 2024; otras excepciones son Brasil, Rusia y Turquía. Entre los países con mayores recortes destacan varios países latinoamericanos: Colombia con un recorte de 350 puntos básicos (pb), Chile con -325 pb y Perú con -175 pb, además de Canadá (-175 pb).
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha reducido el precio del dinero hasta cuatro veces: en junio, septiembre, octubre y diciembre. Y como consecuencia, el Euribor a tres meses ha caído (-35 puntos básicos en diciembre, hasta el 2,68%). A medida que nos acercamos al momento final del proceso de bajada de tipos -parece que queda menos de un año para ello- y al nivel de llegada (rango 1,75%/2,0%), el Euribor a 12 meses, queda menos -apenas- 1 punto básico el mes pasado, hasta el 2,46%. Esto significa que la diferencia entre los dos tipos sigue siendo negativa, pero se vuelve cada vez más negativa en una cantidad menor. Se espera que este proceso, que los economistas llaman “positivización de la curva”, continúe en las próximas semanas hasta llegar a cero en la primavera. En este sentido, el Euribor a 3 meses seguirá cayendo (hacia la zona del 2,25%) y el Euribor a 12 meses también podría bajar, aunque en menor medida (-15 pb, hasta el 2,30%).