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Karin es una mujer sueca de 50 años que hace más de 20 años sufrió un accidente agrícola en el que perdió su mano derecha. Unos años más tarde participó en un estudio en el que le implantaron una mano biónica, que tiene desde hace tres años. Gracias a la destreza, confiabilidad y funcionalidad de la prótesis, sumado a su sistema nervioso y esquelético, su calidad de vida ha aumentado y mejorado. “Actualmente es la única tecnología que permite al paciente utilizar en la vida diaria una prótesis que está controlada por electrodos implantados y que permite sensaciones”, explica el profesor mexicano Max Ortiz Catalán, autor del estudio publicado hoy miércoles en la revista Journal. Robótica científica. Ortiz también es jefe de investigación de prótesis neurales en el Instituto Australiano de Biónica y fundador del Centro de Investigación en Biónica y Dolor (CBPR) en Suecia.
Desde que Karin (la investigación no revela su apellido) sufrió el accidente, ha sufrido un dolor insoportable en su miembro fantasma: “Sentía como si tuviera la mano constantemente en una picadora de carne, lo que me generaba altos niveles de estrés y. “Luego tuve que tomar altas dosis de distintos analgésicos”, dice el comunicado de prensa sobre el estudio. Además, las prótesis tradicionales parecían incómodas, poco fiables y poco útiles en la vida diaria, según el comunicado de prensa del estudio. «Esta investigación significó mucho para mí porque me dio una vida mejor», dijo. Ahora explica que tiene más control sobre la prótesis, siente menos dolor y requiere “mucha menos medicación”.
Karin utiliza la prótesis en el trabajo, cuando cuida el jardín, cuando va en bicicleta o cuando conduce. Según Jan Bzinden, autor del estudio y profesor de la Universidad Tecnológica de Chalmers, también puedes utilizarlo para la mayoría de las actividades cotidianas, como poner la mesa, preparar la cena o doblar la ropa. Sin embargo, las partes electrónicas de la prótesis no son impermeables. Entonces, si la paciente quiere nadar, primero debe quitarse la prótesis y poner tapas a los implantes roscados para proteger las conexiones. Tampoco tiene sentido para un masaje, explica Ortiz.
En España hay unos 60.000 amputados, según la Federación Española de Técnicos en Ortopedia y Ortopedia (FEDOP). Para llevar este tipo de prótesis hay que cumplir ciertos requisitos: tener más de 17 años y menos de 70, tener hueso suficiente para implantar el tornillo de titanio y no padecer ninguna enfermedad o condición concomitante que pueda interferir con el tratamiento, explica Bzinden .
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El estudio evaluó la calidad de vida de las personas portadoras del implante mediante un cuestionario con preguntas sobre movilidad, autocuidado, actividades habituales, dolor o malestar y ansiedad o depresión. También se evaluó su funcionalidad. Los resultados mostraron que con la prótesis la discapacidad y el dolor de las personas disminuyeron y se redujeron los problemas con el uso del implante.
El paciente se sometió a una cirugía electromuscular en el muñón y recibió implantes de titanio en el cúbito y el radio del antebrazo. La nueva tecnología biónica se caracteriza por la fijación esquelética de la prótesis mediante osteointegración, el proceso en el que “el tejido óseo abraza el titanio, creando una fuerte conexión mecánica”, según el comunicado de prensa. Bzinden explica el proceso: “Se insertan dos tornillos de titanio, uno en cada hueso del antebrazo. «El hueso crece firmemente sobre estos tornillos, creando un punto de conexión estable y fiable para la prótesis».
El uso de tornillos evita “la experiencia desagradable y a menudo dolorosa de llevar un encaje”, según Bzinden. Los encajes son los dispositivos que se utilizan para fijar prótesis disponibles comercialmente al miembro residual. “La cirugía redujo la intensidad del dolor del miembro fantasma de 5 a 3 y el dolor del muñón desapareció por completo”, explica Ortiz en el comunicado.

El implante neuromusculoesquelético permite conectar el sistema nervioso del usuario al sistema de control electrónico de la prótesis. «Nuestro enfoque quirúrgico y de ingeniería integrado también explica la reducción del dolor porque Karin ahora está usando, en cierto sentido, los mismos recursos neuronales para controlar la prótesis que usó para su mano biológica perdida», dice Ortiz.
Según el estudio, también se implantaron electrodos en los músculos del paciente y alrededor de los nervios para producir sensaciones en la mano faltante, activadas por sensores integrados en la prótesis. “Cuando el paciente intenta cerrar la mano, esta orden pasa del cerebro al muñón, donde es recogida por los electrodos implantados en los nervios y músculos y utilizados para cerrar la mano robótica”, explica Ortiz.
Después de usar el sistema en casa durante un año, Karin demostró una mayor capacidad de control mioeléctrico, lo que significa un mejor control de los movimientos de las extremidades. Todavía hoy usa la mano biónica.
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