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La paciencia de los trabajadores de la inspección del trabajo se está agotando. Hace casi dos años, llegaron a un acuerdo en el que el gobierno se comprometió a fortalecer la fuerza laboral y mejorar sus condiciones laborales, pero hasta ahora no ha cumplido. En los últimos meses han protestado en vano con huelgas y mítines ocasionales. Este martes confirmaron lo que venían advirtiendo en las últimas semanas: intensifican la intensidad de la protesta y amenazan con un paro indefinido a partir del 26 de junio a menos que el Ejecutivo cambie de posición. “Ha llegado el momento de tomar decisiones serias. Por muchas leyes que promulguemos, sin nosotros todos los derechos laborales están a merced de los patrones. Estamos hartos de que nos agradezcan nuestro trabajo sin que nos escuchen”, dijo Miguel Ángel Montero, portavoz de CSIF, uno de los sindicatos que organizó el acto junto a CC OO, UGT, CIG, SITSS, SISLASS y USESSS.
La UPIT, que también se suscribe al calendario de huelga, es la única que no acudió a la rueda de prensa porque ve cerrada la posibilidad de un acuerdo. “El ministerio no nos está informando todo lo que queremos, pero sí nos informa que hay reuniones de alto nivel y que esto está por terminar. Firmamos las medidas, pero estamos esperando porque el acuerdo es inminente”, dice a este periódico María José Díaz, portavoz de este sindicato.
Este conflicto laboral viene desde hace mucho tiempo. Comienza por el incumplimiento del acuerdo alcanzado entre los sindicatos y el Departamento de Trabajo, departamento del que depende la inspección. Este texto, firmado en julio de 2021 y al que tuvo acceso EL PAÍS, establece tres objetivos: reorganización de la estructura de inspección, mejora de las condiciones laborales y aumento de la plantilla. “Para la consecución de estos objetivos, se han acordado las líneas generales de contenido de la bolsa de trabajo, que será elevada a la Comisión Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones para su aprobación”, se lee en el texto. Sin embargo, no ha habido avances desde entonces, dicen los sindicatos, porque el sector público no ha dado luz verde. Es decir, el Ministerio del Trabajo (con el que los sindicatos firmaron el convenio) no aplica las mejoras acordadas porque su desarrollo depende del Ministerio de Hacienda (donde se integra la función pública). El primero depende de Unidas Podemos y el segundo del PSOE.
Josetxo Gándara, de CC OO, ha asegurado que este acuerdo es «sólo» un «primer paso» para mejorar la situación de las inspecciones, «pero no es una maravilla». Es por eso que ha sido tan crítico con su «miedo» que está siendo diluido en las charlas de Trabajo y Función Pública. “No sabemos nada sobre estos posibles cambios. Hay una absoluta falta de información y queremos dejar claro que no queremos renegociar nada”, agregó, antes de explicar que la inspección tiene 3.100 efectivos y necesita al menos 4.500 para funcionar correctamente. “En España hay un inspector o subinspector por cada 15.000 trabajadores, mientras que la media de la Unión Europea y las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo rondan los 10.000”, añade Ana Ercoreca del SITSS. “Si la inspección no funciona, caen los derechos. Nos parece muy extraño que este ministro no nos tome en serio y no haga que esto funcione. Seguiremos movilizándonos hasta que nos escuchen”, ha subrayado la representante de UGT, Francisca Calvo.
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El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, destacó en rueda de prensa la semana pasada que una de las prioridades de Trabajo es «reforzar» la inspección «que está haciendo una labor muy encomiable, como por ejemplo: B. Falsa autonomía, con resultados espectaculares”. . “Como saben, estaremos reforzando el personal de inspección con más de 600 efectivos nuevos. El presupuesto que el Estado destina a la inspección del trabajo ha crecido más de un 40% desde 2020”, dijo, destacando también la incorporación de 200 trabajadores auxiliares. Esos doscientos militares sirvieron para desconvocar un paro, pero la falta de desarrollo del pacto global reactivó las protestas. Fuentes de la función pública cabildearon entonces con el mismo mensaje que Laborista, señalando que las ofertas de empleo público se habían duplicado en la última convocatoria respecto a la anterior. Los sindicatos no confían en que estos acuerdos conduzcan a mejoras rápidas.
El plan de paro contempla paros diarios de una hora a partir de este martes, que irán aumentando en intensidad de forma paulatina. Si no hay acuerdo, se convertirán en huelga general a partir del 26 de junio.
Queja
La mayoría de los sindicatos que representan a las inspecciones laborales presentaron una denuncia contra el gobierno por este conflicto ante la Comisión Europea a finales de marzo. Los querellantes creen que el Ejecutivo español está incumpliendo el Plan Estratégico 2021 de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y también el Real Decreto-ley de 2020, que contiene medidas urgentes para modernizar la administración pública relacionadas con la ejecución del plan de recuperación , transformación y resiliencia. Estas regulaciones incluyeron mejoras en las instalaciones públicas que actualmente no se están implementando.
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