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Año 2002. Los smartphones tal y como los conocemos siguen siendo una entelequia en la mente de algunos visionarios. Es aún más improbable imaginar que dentro de unos pocos años la gente pasará horas haciendo coincidir frutas o arrojando pájaros en una pantalla rectangular negra que cabe en la palma de su mano. Y hace 22 años todavía había videojuegos en consolas. Sólo algunos llegan a tu bolsillo, como el Tetris o el Snake, que hacen humear las teclas del viejo Nokia 3310. Pero incluso en una época tan pasada, para algunos ya estaba claro que ésta era una de las claves del gran crecimiento de la industria. Y deciden apostarlo todo a esta corazonada. Este mismo año 2022, Javier Ferreira (Madrid, 1976) inicia su andadura en el desarrollo de juegos para móviles.
Volvemos al presente. Ferreira comparte el cargo de CEO de Scopely con Walter Driver, uno de los fundadores de esa empresa. Scopely se fundó en California en 2011. Puesta en marcha o empresa emergente que busca aprovechar cualquier financiación de fondos de capital de riesgo, finalmente se ha convertido en una de las empresas multinacionales más grandes en el espacio de los juegos móviles. Su producto estrella es Monopoly Go, la versión móvil del popular juego sobre el capitalismo, que se lanzó en 2023. Sólo con este juego, Scopely genera ingresos de 300 millones de dólares al mes gracias a más de 20 millones de usuarios diarios. En total, la compañía genera unas ventas anuales de más de 4.000 millones de dólares y ha experimentado un crecimiento de dos dígitos casi todos los años desde sus inicios. El año pasado, Savvy Games Group, propiedad del fondo soberano de Arabia Saudita FIP, que intenta diversificar sus inversiones entrando en diferentes sectores, compró Scopely por 4.900 millones de dólares, en lo que entonces era la sexta venta más grande en el espacio móvil de los juegos.
El cambio en el mundo de las aplicaciones de juegos móviles a lo largo de los 22 años de carrera de Ferreira ha sido enorme. “A veces no se entiende la importancia que ha adquirido esta industria, quizás por un problema generacional, pero es central: todos jugamos, y es la industria del entretenimiento que más ingresos y usuarios tiene en el mundo”, explica en las oficinas de Scopely en Barcelona, que Ferreira visitó junto a otros miembros de su equipo a finales de abril. La industria no está en su mejor momento como todas las empresas tecnológicas, y las grandes empresas han hecho recortes de personal, pero siguen siendo gigantescos: la firma de análisis Newzoo estima que los ingresos globales serán de 184.000 millones de dólares en 2023, según España Según la Asociación Española de Videojuegos Las ventas en 2022 fueron de 2.012 millones de euros.
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Aunque España representa una porción relativamente pequeña de las ventas globales, es un imán para las empresas de videojuegos, como lo demuestran las distintas sedes de corporaciones multinacionales de videojuegos que se han establecido en España. Scopely llegó a Barcelona en 2017 y aterrizó en Sevilla en 2020. De los más de 2.300 empleados de Scopely, alrededor de 800 tienen su sede en la capital catalana y unos 200 en Sevilla. “Somos la primera empresa de videojuegos en España por número de empleados, pero también tenemos nuestra sede tecnológica global en Barcelona, con el desarrollo de la plataforma Playgami y muchos de nuestros productos se desarrollan desde aquí”, Ferreira cree que hay un gran potencial de talento en España, pero falta una estructura empresarial dedicada.
Nuevo compañero
La venta a la empresa saudí, explica Ferreira, tenía como objetivo proporcionar un retorno a los accionistas que habían invertido en Scopely y también a los trabajadores contratados por Scopely. Opciones de alamcenaje (opciones sobre acciones, el Inauguración Suelen entregarlos a los trabajadores que quieran integrarse al equipo y convertirlos en efectivo en el momento de la venta. “También queríamos un socio como Savvy que nos permitiera ser muy ambiciosos y tener una visión a largo plazo. “En nuestra industria, nadie tiene una participación dominante y este socio puede apoyarnos financieramente a medida que crecemos”, explica Ferreira, pero descarta que una IPO hubiera sido una mejor alternativa. Algunas de las empresas con las que compite Scopely han decidido salir a bolsa, como Electronic Arts, que cotiza en Nasdaq, o el gigante Activision Blizzard King, que luego dejó de cotizar cuando fue adquirida por Microsoft en un acuerdo cerrado recientemente. el año pasado por 69 mil millones de dólares. Otros competidores pertenecen a grandes grupos tecnológicos, como la empresa estadounidense Riot Games, propiedad de la china Tencent.
Monopoly Go representa una buena parte de los ingresos de Scopely, pero Ferreira cuenta con una amplia gama de productos con juegos como Stumble Guys, Marvel Strike Force, Scrabble Go, Star Trek Fleet Command o Yahtzee With Buddies, este último un juego lanzado en 2011. llamó y creció hasta alcanzar su récord de ventas hace dos años. “Hay empresas que todavía tienen unos 15 años de fundada. Sólo podrás lograrlo si eres capaz de mejorar el producto cada mes e invertir en desarrollo y marketing. Lo hicimos con Yahtzee y lo hacemos con Monopoly Go”, explica Ferreira, quien afirma que actualmente hay seis juegos más en desarrollo.
«Las empresas de videojuegos tradicionales no han entendido esto bien», afirma, refiriéndose al modelo de negocio tradicional de desarrollar un juego, lanzarlo y no obtener más beneficios. Para los juegos móviles, el modelo es diferente: los juegos suelen ser gratuitos en el momento de la descarga, pero se monetizan a medida que juegas o si el usuario desea acceder a partes o elementos adicionales del juego. «Es un modelo de negocio muy establecido porque es muy bueno para el usuario, ya que puede probar y descubrir qué juego le gusta sin ninguna barrera de entrada, y luego mejorarlo invirtiendo tiempo y dinero. Y es una opción muy buena». «Es un buen modelo para las empresas porque les permite generar ingresos continuos en el tiempo», detalla, aunque admite que lo complicado es analizar bien los datos para poder desarrollar un juego que sea sostenible a largo plazo.
Ferreira, que construyó su carrera en la industria de los videojuegos en Disney, Jamdat Mobile y Electronic Arts antes de aterrizar en Scopely en 2014, recuerda aquella época de niño escuchando Metal Gear o la primera parte de la saga Legends que Zelda jugaba en su Msx 2. Ahora sigue jugando, sobre todo en su teléfono, y juega a Fortnite con su hijo. Todavía le quedan años por delante en su carrera, y visto cómo la industria puede cambiar con la realidad virtual, lo que hoy suena nuevo podría acabar pareciéndose tan viejo como la cola en el Nokia que tan popular era hace 20 años.
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