El canciller alemán, Olaf Scholz, aseguró este viernes a Pedro Sánchez el apoyo de Alemania a Nadia Calviño en la carrera de la actual vicepresidenta primera y ministra de Economía por la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), según confirman a Moncloa fuentes de La Laa. Scholz y el jefe del ejecutivo español se reúnen desde hace más de una hora en Málaga, donde se celebra el Congreso de los Socialistas Europeos.
El apoyo explícito de Alemania, garantizado tras esta reunión, es crucial porque la votación se ponderará en función de lo que cada país aporta al banco, y Alemania es el que más aporta. La votación está prevista para el 8 de diciembre en el Consejo Ecofin. Antes de eso viene la formación de un gobierno en España. Es probable que Calviño vuelva a presentarse como vicepresidenta económica, pero no permanecería en el cargo por mucho tiempo si logra ganar la votación y ser elegida nueva presidenta del BEI, un cargo internacional importante que sin duda ocupa Sánchez. Se puede ver en esta reunión, está dedicado. Calviño tiene una gran rival, la vicepresidenta de la Comisión Europea, la danesa Margrethe Vestager. Pero el apoyo de Alemania definitivamente puede inclinar la balanza a favor de los españoles.
Hasta hace unos días, París y Berlín aún no habían aclarado a quién cederían la presidencia de la organización. “Los mayores accionistas [del BEI] No han dejado clara su postura. Estoy convencido de que si lo hacen, podremos avanzar más rápidamente”, afirmó Vicent van Peteghem, ministro de Finanzas belga responsable de coordinar el proceso, en clara referencia a Francia y Alemania, que tienen cada uno una participación del 16%. España posee el 10%; Países Bajos, 4,6%; y los demás países, participaciones más pequeñas.
Calviño y Vestager no eran los únicos que competían por el puesto, pero eran considerados grandes favoritos desde el principio. Hay un total de cinco candidatos: además del danés y el español, se presentaron Daniele Franco, ex ministro de Finanzas italiano, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros, vicepresidente de la institución.
Para elegir al Presidente del BEI se necesitan al menos 18 accionistas o países (los propietarios son los Estados miembros), que representen al menos el 68% del capital, distribuido según el tamaño del PIB de cada país. Desde el principio, Vestager habría contado con el apoyo de más países, pero más pequeños, que no cuentan con el capital necesario para marcar la diferencia. Por eso la decisión de Berlín es un incentivo.
Hasta el momento, Francia no ha dado ninguna señal sobre su preferencia. Berlín, por su parte, dio algunas pistas. En octubre, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, anunció que se había tomado la decisión, aunque no dijo cuál era. Fuentes diplomáticas familiarizadas con las discusiones dentro de la coalición gobernante alemana explicaron entonces que había dos posiciones: Lindner, del Partido Liberal, se inclinaría por apoyar a Vestager, de la misma familia europea; El canciller Olaf Scholz, por el contrario, elegiría a Calviño como socialdemócrata.
El BEI es una de las instituciones financieras comunitarias más grandes y tiene como accionistas a todos los estados miembros de la UE. La salida del expresidente, el alemán Werner Hoyer, y la llegada de un nuevo máximo responsable completarán el ciclo de renovación de los órganos financieros surgidos el año pasado. Como resultado de este proceso, Alemania está perdiendo tres puestos relevantes: el luxemburgués Pierre Gramegna reemplazó a Klaus Regling como director del Fondo Europeo de Rescate (MEDE), el francés Dominique Laboureix sucedió a Elke König en el Mecanismo Único de Resolución Bancaria y ahora Corresponde al BEI cambiar las cosas.
Tanto en la renovación de la presidencia del MEDE como en el mecanismo de resolución, España no presentó ningún candidato para los puestos de Gramegna o Laboureix. Ahora está pensando en dar este paso. La última vez que el gobierno apuntó a una de las principales posiciones económicas de la UE, no logró su objetivo. Fue en el verano de 2020 cuando el propio Calviño buscó el cargo de presidente del Eurogrupo y finalmente resultó elegido el irlandés Pascal Donohoe, que renovó su cargo hace unos meses sin que hubiera otro candidato. Calviño también buscó la candidatura europea para el puesto de directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2019, pero la elección recayó en la búlgara Kristalina Georgieva, que finalmente fue nombrada para el cargo que aún hoy ocupa.
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