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Los extranjeros siguen queriendo comprar vivienda en España, pero también se ven afectados por el entorno económico que está frenando el mercado inmobiliario. Según los datos publicados este miércoles por el Centro de Información Estadística Notarial, la compra de vivienda por parte de ciudadanos extranjeros en España cayó un 7,5% en el primer semestre de 2023. Pero esta situación no parece afectar a quienes tienen la ciudadanía rusa. En su caso, la operación creció más del 50% durante este período, y por primera vez desde 2014, el volumen semestral superó las 2.000 ventas y compras. “Les resulta más difícil comprar debido a las normas contra el blanqueo de dinero”, dice por teléfono un agente inmobiliario especializado en los mercados de Europa del Este. Un contratiempo, añade, que están superando porque “ahora muchos vienen con otras nacionalidades, a veces con pasaporte israelí, americano e incluso ucraniano”.
Los números reflejan una reactivación de este perfil de comprador que no se veía desde hace mucho tiempo. Mientras que en el primer semestre del año pasado, cuando se produjo la invasión rusa de Ucrania, el número de adquisiciones de vivienda en España por parte de ciudadanos rusos se situó en 1.423 transacciones, entre enero y junio de este año aumentaron hasta 2.137. Se trata del mayor volumen para un semestre desde el primer semestre de 2014, cuando el mercado inmobiliario español atravesaba un momento muy diferente, con precios históricamente bajos porque aún padecía la crisis de 2008, y cuando las visas doradas (conocidas como visa doradaque otorgan ciudadanía a cambio de una gran inversión inmobiliaria) tenían más atractivo.
Pero si bien el perfil económico de los compradores rusos ha cambiado poco a lo largo de los años, los orígenes de estas familias han cambiado poco. Pese a ser ciudadano ruso, el citado agente inmobiliario -que está afincado en la Comunidad Valenciana y no quiere ser identificado por la “discreción” que exige su empresa- afirma que la mayoría de los que compran ahora no lo hacen vienen de este país. Se trata de familias adineradas que ya residían en otro país europeo o incluso en España y están cambiando de residencia sin preocuparse mucho por la subida de los tipos de interés. “Pagan casi siempre en efectivo”, afirma el profesional, señalando otro movimiento significativo: “Hemos notado realmente la afluencia de ucranianos con alto poder adquisitivo”. Según datos notariales, se trata de la segunda nacionalidad más numerosa después de la rusa. el mayor incremento de la actividad empresarial: 42% el año pasado, más de 1.700 compras y ventas en el semestre, lo que supone el mayor de la serie estadística que comienza en 2007.
“La era de la clase media hace tiempo que terminó”, afirma Alfredo Millà, director general de Sonneil, “desde la anexión de Crimea”. [en 2014]»Con la subida del rublo, los rusos sólo compraban con dinero fuera de Rusia porque, de lo contrario, la casa costaría el doble». Sonneil, una empresa emergente que se especializa en comercializar propiedades en zonas de playa, tiene este verano preparado un informe en el que ya informó sobre “la expansión de la guerra” con base en datos del segundo trimestre del año [de Ucrania]” con la nueva oleada de compradores rusos.
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Más peso que nunca
Los datos que ahora publica el Consejo General del Notariado, recabados de notarios de toda España, confirman ahora esta tendencia. También ante el descenso generalizado de las operaciones realizadas por ciudadanos extranjeros. El volumen se acercó a las 68.000 operaciones en el segundo semestre del año, con el descenso del 7,5% comentado anteriormente. Sin embargo, los extranjeros ganaron cuota de mercado con 318.000 ventas totales. El 21,4% de las casas que cambiaron de dueño fueron a ciudadanos no españoles, lo que supone un récord histórico. La razón es que si bien se compraron menos viviendas que en el mismo periodo de 2022, el descenso entre los compradores nacionales fue aún mayor (-13,9%).
El comportamiento no fue igual en todas las comunidades autónomas. En Baleares las ventas exteriores cayeron un 32% respecto al mismo periodo del año pasado. Pero cuatro zonas se salvarán de la quema: en dos zonas caracterizadas por la gran cantidad de segundas residencias, la Comunidad Valenciana y Murcia, los negocios crecieron discretamente. Y en el noroeste se dispararon, con un incremento de casi el 15% en Galicia y más del 27% en Asturias. “Va por zonas”, confirma José García Montalvo, catedrático de economía de la Universidad Pompeu Fabra. Para el experto en el mercado inmobiliario, la principal resistencia de los compradores extranjeros se debe a que “los pisos en España les resultan baratos porque su nivel de ingresos es mayor”. Pero al mismo tiempo, la caída en números absolutos se debe a que “las economías están aún más rezagadas que la de España, que es una de las que más crece en la UE”.
Precios en aumento
En cuanto a los precios, el mercado muestra que sigue apretado a pesar de que la actividad se ha ralentizado. Con una media de 2.085 euros por metro cuadrado (es decir, algo más de 200.000 euros por un piso de 100 metros cuadrados), el importe aumenta un 1,3% respecto a lo que se pagaba en el primer semestre del año pasado. Y para los extranjeros la factura era aún más cara. Entre los no residentes, que son los que más gastan con una media de 2.598 euros por metro cuadrado, el incremento respecto al año anterior es del 2,8%. Para los extranjeros residentes, el precio medio aumenta un 2,9% hasta los 1.676 euros por metro cuadrado.
Lo que no es nuevo es la apreciación británica del ladrillo español. Representaron casi una de cada diez ventas realizadas por extranjeros, ya que los ciudadanos británicos compraron 6.498 viviendas entre enero y junio (9,6% del total). Las siguientes nacionalidades con mayor cuota de mercado fueron los alemanes (8,1%) y los marroquíes (7,3%). Sin embargo, en términos de precios medios, los suecos (3.036 euros por metro cuadrado) y los daneses (2.930 euros) son los que más gastan.
En la combinación entre nacionalidad y zona en la que se ubica la casa, el mapa cambia mucho según el tipo de comprador. Entre los extranjeros residentes en España, los marroquíes o rumanos parecen ser los más activos en el mercado en todos los municipios excepto en tres: Galicia (portugués), Baleares (alemán) y Canarias (italiano). Sin embargo, entre los no residentes, los franceses son la nacionalidad más común en un mayor número de municipios. Su dominio es claramente evidente en el norte de España y en conjunto fueron los primeros compradores en siete zonas: Galicia, Castilla y León, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Extremadura. Los alemanes dominan tres (Baleares, Canarias y Cantabria) y los británicos dominan dos (Andalucía y Murcia), al igual que los estadounidenses (La Rioja y Castilla-La Mancha). Por lo demás, los argentinos fueron la nacionalidad más activa en el mercado inmobiliario asturiano, los chinos en Madrid y los belgas en la Comunidad Valenciana.
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