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El gobierno catalán ha tomado medidas para regular la oferta de vivienda turística y frenar el impacto que tiene en el acceso de los residentes a la vivienda, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas comunidades. Para ello, el Gobierno aprobó este martes un decreto legislativo que cambia las reglas del juego. Hasta ahora, para obtener un número de registro de vivienda de uso turístico (HUT en catalán), bastaba con que los propietarios tuvieran un certificado de residencia, se dieran de alta en turismo con una declaración responsable y tenían la licencia para siempre. A partir de ahora serán los ayuntamientos quienes decidan: deberán permitir el uso turístico de las viviendas en los planes urbanísticos y expedir las licencias.
El Gobierno, por su parte, fija las normas generales: un límite de 10 apartamentos turísticos por cada 100 habitantes y un período de licencia de sólo cinco años. La nueva normativa afecta a los 262 municipios en los que se encuentran 95.000 de los 103.000 apartamentos turísticos existentes. El decreto legislativo requiere aprobación política, ya que debe ser aprobado en el parlamento.
Cancelaciones en Cadaqués, Roses, Alp o Salou
El decreto ley prevé la posibilidad de revocar licencias y el gobierno confirma que hay 47 municipios que superan el límite de 10 departamentos por cada 100 habitantes. En total, hay un excedente de 28.000 licencias en estas comunidades que deben ser revocadas. Entre los municipios a los que se les revocará la licencia se encuentran lugares desde el Pirineo (Alp, Alt Aneu, Queralbs, Rialp, Espot, Esterri) hasta la costa de Tarragona (Salou, L’Ametlla, L’Ampolla) o la costa de Girona (Cadaqués , Begur, Roses, Calonge, Castelló d’Empúries, Palafrugell, Pals, Torroella-L’Estartit) y Priorat (La Vilella Baixa). En cuanto al sistema por el que se decidirá qué licencias se revocarán y cuáles se concederán, el decreto prevé que cada ayuntamiento decida y una de las fórmulas propuestas es un concurso de licencias.
En el caso de Barcelona, es poco probable que haya revocaciones porque la ratio de apartamentos turísticos sobre residentes está lejos de la norma futura: hay 9.000 apartamentos turísticos para una población de 1,6 millones. Con el decreto, el límite pasaría a ser de 160.000 apartamentos turísticos. En cualquier caso, el ayuntamiento de la capital catalana está entre los que se adelantaron a la nueva normativa autonómica y en 2015 congeló el número de 9.000 apartamentos turísticos en su plan urbano de alojamiento turístico, el PEUAT. Otros municipios han fijado normas diferentes: en Girona han aprobado un tope del 4% de la vivienda urbana de uso turístico. Y otros, como Piera, sólo permitían apartamentos turísticos en viviendas unifamiliares. En cualquier caso, todos los propietarios de apartamentos turísticos con registro HUT deberán solicitar nuevas licencias.
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El futuro de todas ellas dependerá, en cualquier caso, de los planes urbanísticos que elaboren los ayuntamientos, que prevén explícitamente la posibilidad de acoger viviendas turísticas con una nueva clasificación urbanística que incorporará la Ley de Urbanismo. Si un municipio decide no permitir el uso turístico de su parque residencial, éste expira a los cinco años. Y si el propietario justifica una inversión en el apartamento, podría ampliar la licencia por otros cinco años. El gobierno asegura que no tiene que indemnizar a nadie.
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La lista de 262 municipios sujetos a la nueva regulación incluye dos situaciones: los 140 que ya cuentan con un mercado inmobiliario ajustado que dificulta el acceso a la vivienda; y otros 134 que corren el riesgo de alterar el equilibrio urbano y cuentan con más de cinco apartamentos turísticos por cada 100 habitantes. La idea es que la Generalitat revise la lista cada cinco años porque sabe que la realidad es dinámica.
«El objetivo es garantizar el derecho a la vivienda, garantizar su uso social, especialmente cuando el uso turístico genera tensiones de precios y tensiones, garantizar el suministro de vivienda a la población», defendió la ministra territorial, Ester Capella. “El decreto se basa en directrices, estatutos y leyes estatales europeas, que estipulan que debe depender de la creación de viviendas para las personas”, enfatizó. “Estamos comprometidos a garantizar el acceso a la vivienda, que es la puerta de entrada a muchos otros derechos”, concluyó.
Funcionarios del Departamento de Territorio admiten que la nueva regulación será controvertida y encontrará la oposición de los empresarios de viviendas turísticas, pero aseguran que es su deber garantizar que el país sirva para garantizar el derecho a la vivienda. Y aseguran que la regulación tiene garantías legales y es consistente con la constitución y el derecho europeo.
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