Advertisement
El escritor Ramón Hernández (1935-2024) falleció en Madrid a los 89 años. Ingeniero técnico agrónomo, director ejecutivo de la Asociación Colegiada de Escritores de España, profesor invitado en varias universidades americanas como Visiting Scholar of the Mid-America State Universities Association o Taft Honor Lecturer, director de revistas República de las Letras Y Fauna silvestrede la biblioteca ICONA, galardonada con premios literarios, Hernández fue considerado, ante todo, un hombre de bien.
Para Hernández, la realidad y la imaginación fueron las dos grandes vías de entrada al universo literario. A través de ellos, los auténticos creadores afrontan el futuro humano. El realidad Aporta ingredientes relacionados con la cruel perplejidad y la injusticia que nos acompaña; El Actuación, A su vez, visibiliza lo trascendente, cotidiano e intrascendente de la existencia humana cuando, a través de la creación artística, logramos trascender las fronteras del conocimiento inherentes al vasto y extraño mundo. Hernández logró lo que dijo y sigue logrando en las 24 novelas publicadas por Seix Barral, Argos Vergara, Planeta, Mondadori, Anaya, Plaza & Janés y Espasa, entre otras (algunas también han sido traducidas al inglés). Escribió historias heterodoxas en las que los aparentes absurdos de la vida se convierten en palabras significativas con raíces poéticas (recordemos, por dar sólo dos ejemplos paradigmáticos: Memoria eterna Y CV). En el caso específico de una historia aparentemente infantil como Caracortadala obra se convierte inesperadamente en una novela policíaca real y legítima Bildungsroman.
Las novelas de Hernández cuestionan los límites entre los géneros literarios. También escribió novelas históricas sobre el rey Alfonso XIII. y dos más sobre el gran almirante Cristóbal Colón. El más corto, joven colomboEl académico Manuel Alvar nos recordó que “es muy bella, está contada con gracia y tiene un estricto desarrollo temporal. Es el novelista quien sabe más del tiempo que nosotros, como un creador omnisciente para el que no hay cronología”. No es la lógica del tiempo discursivo, sino la metalógica lo que descubrimos en un mundo onírico… El lenguaje El lenguaje utilizado es un lenguaje ajeno al uso cotidiano: pertenece al mundo de las historias que da vida. … El escritor ha escrito cuadros muy bonitos y nos hace creer que así vivían los barrios marginales genoveses a finales del siglo XV.
Advertisement
Además, Hernández fue y es un gran narrador (ver Diáspora) y poetas (leer acuario capri). También utilizó el ensayo (recordemos sus textos en el imparcial y su biografía de Ángel María de Lera). A pesar de lo dicho, el reconocimiento público fue algo difícil de lograr. En fraternales palabras de Eugenio Rivera, resulta inquietante el “escaso reconocimiento actual de su obra”, teniendo en cuenta que fue –y vuelvo a citar a Rivera– “uno de los novelistas más originales de la llamada generación española de posguerra”. Caracterizado por el realismo social, del que se desvía el relato de nuestro autor, con una poética imaginativa de carácter universalista que tiende a lo onírico.
Ramón Hernández nos dejó un 19 de mayo, el mismo día en que murió José Martí (1853-1895) hace más de un siglo. Esta coincidencia nos permite evocar algunos juicios del escritor y profesor de Harvard argentino Enrique Anderson Imbert. Como el poeta y apóstol de la libertad cubana, Hernández “nos pertenece, incluso a los que no lo somos”. [españoles]. Se va [Europa]…es uno de los lujos que la lengua española puede ofrecer a un público universal.” Descansa en paz, mi querido Ramón; No diste más de lo que podíamos darte.
Toda la cultura que la acompaña te espera aquí.
Suscribirse a
babelia
La actualidad literaria analizada por los mejores críticos en nuestra newsletter semanal
CONSÍGUELO