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Desde hace algún tiempo, los alemanes están preocupados por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Pero su reciente aumento antes de las elecciones europeas y la posibilidad de que entre en los gobiernos regionales por primera vez en septiembre han hecho saltar las alarmas. Hay miedo no sólo entre políticos y expertos, sino también entre las empresas más importantes del país, que ven el modelo económico y la prosperidad de un país que, sobre todo, necesita trabajadores extranjeros si quiere mantener su actual nivel de producción. Estos motivos llevaron a algunas de las empresas más grandes de Alemania a formar una alianza denominada “Defendemos los valores” para advertir contra el crecimiento de formaciones extremistas y racistas.
“La verdad es que llevamos un tiempo viendo cómo los partidos populistas van ganando importancia en distintos estados federados y estamos discutiendo entre nosotros la situación, incluso lo que puede pasar”, explica a EL PAÍS el director general de Thyssenkrupp, Miguel Ángel. López Borrego, nacido hace 59 años en Frankfurt y de nacionalidad española. En una videollamada desde su oficina en la sede de la empresa en Essen, al oeste del país, el directivo explica los motivos por los que la empresa que dirige decidió sumarse a esta iniciativa.
Se celebrarán elecciones en Brandeburgo, Turingia y Sajonia en septiembre y todas las encuestas sugieren que el AfD será la fuerza política más fuerte en estos tres estados del este de Alemania, con un 25%, 30% y 31,3% de los votos, respectivamente. Ante este escenario y con las elecciones europeas inminentes, los presidentes de más de 30 grandes empresas alemanas se dieron cuenta de que, como señala López Borrego, “tenían que dar ejemplo de alguna manera” y que “tenían que hacerlo”. “Hay que tener en cuenta también que las empresas alemanas siempre han estado activas en todo el mundo, pero especialmente en Europa”, recuerda el empresario.
Sin embargo, el jefe del mayor fabricante de acero de Alemania admite que esto es algo inusual, aunque la empresa ha pedido a sus casi 1,7 millones de empleados que no voten a partidos populistas y extremistas, sin mencionar explícitamente al AfD. «No creo que ahora nos veamos arrastrados a debates políticos todo el tiempo, porque ese no es nuestro trabajo, pero dadas estas elecciones europeas, creo que es una decisión muy correcta pedir también a la gente que vaya a votar».
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Desde que AfD entró en el Bundestag alemán en 2017, el partido, que nació al calor de la crisis del euro en 2013, ha logrado sobrevivir a crisis internas y, sobre todo en el último año, ha crecido, superando incluso a los socialdemócratas en la centro. Las razones de este crecimiento han sido muy debatidas, pero una cosa está clara: es capaz de apelar a sentimientos de las personas que van más allá de su ideología. Según López Borrego, una parte de la población se ha alejado de los partidos tradicionales «por la sensación de que las inseguridades aumentan, lo que hace que mucha gente en Alemania piense que el Gobierno no tiene la situación bajo control», lo que también es la Caso Esta opinión también se aplica a muchas otras zonas de Europa.
La interminable sucesión de crisis, desde la crisis del Covid-19 hasta la guerra en Ucrania o la transición energética, que los expertos llaman “permacrisis”, ha provocado malestar en la sociedad. “Con toda esta incertidumbre y todos estos problemas acumulándose, los ciudadanos tienen la impresión de que el gobierno o quienes gobiernan no tienen el control de la situación. «Los ciudadanos buscan la salida fácil y luego caen en la trampa de las soluciones simples, las explicaciones simples y el extremismo», explica, sin querer responder preguntas específicas sobre cómo imagina el futuro de Alemania si el AfD llega al poder a nivel nacional o en los estados y lo que esto significaría para la imagen externa del país y sus inversiones extranjeras. “Una Europa fuerte, abierta y democrática como parte del mundo globalizado respalda nuestro negocio y garantiza puestos de trabajo. “Por eso espero que no lleguemos a eso”, se limita a dar una respuesta al respecto y señala que no le corresponde juzgar.
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La alianza económica enfatiza el peligro que el populismo y el extremismo representan para la integración y la prosperidad europeas, sin llegar, sin embargo, tan lejos como el presidente francés, Emmanuel Macron, quien advirtió que Europa podría morir en su forma actual, de la que excluye a López Borrego. Sin embargo, tiene claro que hay que advertir: «Existe un peligro si no actuamos contra las fuerzas que se oponen a la integración europea».
Al contrario de lo que pretenden los partidos extremistas, el directivo cree que se necesita «mucha más Europa» si realmente queremos competir con países como Estados Unidos, China o India. «Tenemos que construir mucha más Europa y por eso ahora no debemos dejarnos influenciar por partidos extremistas o aquellos que defienden el nacionalismo». Y lo que es más, perjudica a la economía y al bienestar y la prosperidad de los ciudadanos”.
Los trabajadores extranjeros
Uno de los principales temas que utiliza el AfD para atraer votantes en Alemania es su lucha contra la inmigración. Una parte de la sociedad parece haber olvidado que hasta ahora se necesitan alrededor de 400.000 nuevos trabajadores cualificados cada año para que el país funcione. Como advirtió recientemente Mercedes, sin los extranjeros ni un solo coche saldría de fábrica este año. Esto también se aplica a Thyssenkrupp y muchos otros. «Sobre todo en nuestra acería de Duisburg, pero también en muchos otros lugares, una gran parte de nuestros trabajadores no nació con pasaporte alemán», afirma el empresario, que nació en Alemania de padres españoles y tiene pasaporte español. “Tenemos una escasez de mano de obra que sólo los extranjeros pueden cubrir”, afirma López Borrego.
“Creo que los ciudadanos alemanes son conscientes de que la migración ha traído a Alemania prosperidad en todos los ámbitos del sector productivo desde finales de los años 50”, recuerda el famoso trabajadores invitados. “Lo que en Alemania no se ha comunicado ni gestionado bien en los últimos años es en realidad la integración de muchos inmigrantes recién llegados. Se sabe que muchos de los que llegaron aquí hace unos años quieren trabajar pero no tienen permiso de trabajo. “Eso significa que hay procesos burocráticos que hay que optimizar y creo que ese es el caldo de cultivo para posiciones extremistas”, subraya. En concreto, según la Oficina Federal de Estadística, en 2023 había en Alemania un total de 13,9 millones de extranjeros, de los cuales 3,17 millones eran refugiados.
La fundación de la alianza atrajo especial atención en España, donde los empresarios se resisten a advertir sobre los peligros del extremismo. “Bueno, tal vez sea la naturaleza del extremismo, porque España es políticamente diferente”, comenta López Borrego al respecto. “Trabajé allí de forma muy intensa e intensa estos temas durante cinco años y creo que el debate en España es muy diferente. De momento en España no hay motivos para que los empresarios se pronuncien sobre este tema. A nivel político la situación no es comparable”.
En el caso de Alemania, todo el mundo es consciente de que esta campaña contra el populismo y el extremismo puede tener un impacto negativo en sus empresas. El empresario Reinhold Würth, que escribió una carta directamente a sus empleados pidiéndoles que no votaran a AfD, admitió que este rechazo podría costarle 1,8 millones de euros en pérdidas por pedidos que ya no le corresponden.
En el caso de Thyssenkrupp, el CEO asegura que no podemos saber qué nos deparará el futuro. “Pero si sucede, que suceda; Las reacciones negativas no nos impiden defender nuestros valores”, afirma López Borrego, quien cree que en este momento de la historia “debemos estar siempre del lado de quienes ven la diversidad como una ventaja y quieren convivir en paz”. no lleva a ninguna parte, en ningún país”.
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