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Tortosa, ciudad de más de 33.000 habitantes, no cuenta con una guardería pública en su núcleo urbano (aunque el municipio descentralizado de Jesús sí la tiene). Se espera que en septiembre de 2025 abran sus puertas dos guarderías municipales con un total de 148 plazas. El Ayuntamiento se compromete a que no haya retrasos en los procesos administrativos. Lo más preocupante es precisamente la lentitud de los procedimientos. El coste de la obra no es tan elevado ya que el ayuntamiento recibirá 1,5 millones de euros de los fondos europeos Next Generation, que financiarán la construcción de los dos centros.
Esta capital del sur se beneficiará del fondo creado por la Unión Europea para hacer frente al impacto de la pandemia, que incluye una partida para la creación de plazas de guardería. De ellas, la Generalitat dispone de 110 millones, que deberían permitir la creación de 10.884 plazas (10.195 euros cada una) entre 2021 y 2024, siempre que permanezcan activas durante cinco años.
Muchos municipios vieron esto como una oportunidad para ampliar el nivel de educación infantil, coincidiendo con el fuerte aumento de la demanda por parte de las familias después de que la Generalitat introdujera los cursos gratuitos para Infantil 2 (bebés de dos años). Pero uno es carencia y otro es poder. Los largos procedimientos burocráticos y los costes de mantenimiento plantearon un obstáculo importante, lo que llevó a algunos municipios a retirarse. La Mancomunidad de Municipios de Cataluña (FMC) advierte de que esto impedirá alcanzar las casi 11.000 nuevas plazas. El Ministerio de Educación se niega a facilitar información sobre el número de plazas creadas hasta el momento. Sin embargo, consciente de las dificultades administrativas, el Gobierno ha decidido ampliar un año (hasta diciembre de 2025) el plazo para aprobar las nuevas plazas, que la Generalitat publicará en el Boletín Oficial en los próximos días.
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En particular, los obstáculos burocráticos se están convirtiendo en una pesadilla para la administración municipal de L’Hospitalet de Llobregat. La segunda ciudad de Cataluña, que también tiene una gran necesidad de espacios públicos, decidió no construir nuevas escuelas sino reconvertir cinco guarderías privadas, que, sin embargo, ya están ubicadas en edificios municipales y subvencionadas por el ayuntamiento. Esto supondría un aumento de entre 380 y 1.100 plazas públicas. El plan original sugería que la transición se habría completado el pasado mes de septiembre, pero el ayuntamiento admite que “los retrasos en el proceso han tardado más de lo esperado”. El cambio de titularidad de los centros, el concurso para la gestión de los colegios (en L’Hospitalet las guarderías están gestionadas por distintas empresas) o los trabajos de adaptación de los edificios a la normativa son sólo algunos pasos de un largo proceso. El ayuntamiento se muestra cauteloso y no quiere fijar una fecha para la finalización del proyecto, pero espera estar allí a tiempo para recibir los fondos si el plazo se amplía un año.
Lleida también se enfrentó a procesos administrativos complejos. Ante la demanda de plazas, la ciudad quiso ampliar la guardería Gargot con 41 nuevas plazas y solicitó una subvención de 400.000 euros para la ampliación, pero fue rechazada. La idea era realizar esta ampliación en las instalaciones de una escuela primaria, pero esto requirió el desmantelamiento de parte de este edificio y una reorganización de los alumnos. “La realidad es que el Ministerio de Educación no hizo esta reestructuración, por lo que no fue posible solicitar un retiro para ampliar el jardín infantil. Por lo tanto el proyecto no se pudo iniciar”, explican desde La Paeria.
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Otras grandes metrópolis, es decir, las zonas con mayor necesidad de espacio, tampoco podrán beneficiarse de esto. Terrassa amplió en 60 plazas su oferta de guarderías municipales en el curso 2022/23, pero no pudo acogerse al fondo porque cuando las guarderías abrieron hace varias décadas, se trataba de plazas ya homologadas por la Generalitat. “No están incluidos en la subvención porque realmente no hemos ampliado”, admite el concejal de Educación, Joan Salvador. Terrassa fue el municipio que sugirió al ministerio la posibilidad de utilizar espacios escolares vacíos para establecer guarderías. Finalmente, el gobierno de la ciudad lo descartó. “Después de las 60 nuevas plazas, no vimos la necesidad de crear más y la subvención solo cubre el 50% del coste de creación de la plaza”, añade Salvador.
La vecina Sabadell también dejará pasar el tren de los fondos europeos. El ayuntamiento explica que todas las guarderías se encuentran actualmente a pleno rendimiento, por lo que un aumento de la oferta requeriría la construcción de nuevos edificios o la ampliación de los existentes. «Los Fondos Próxima Generación nos exigen justificar el gasto antes de diciembre de 2025, no podemos cumplir esos plazos», admiten desde el consistorio, pero añaden que están buscando la manera de crear plazas al margen de las subvenciones.
Pero hay quienes aprovecharán la oportunidad. Barcelona, que carece de espacios públicos, es el municipio que más se beneficiará de los fondos. Ya se han destinado 4,2 millones para crear 471 plazas (lo que ayudará a reducir la lista de 3.000 personas excluidas el año pasado). La mayoría de ellos se abrieron el pasado mes de septiembre tras la inauguración de nuevos colegios (Teixonera y Can Rosés) o la ampliación de los ya existentes (Torre del Rellotge y Pere Calafell), aunque entre ellos también se encuentra la guardería Els Gats, inaugurada en 2021, en De hecho, el ayuntamiento de la capital admite que pudo beneficiarse significativamente de los fondos porque las obras ya estaban previstas o ya habían comenzado. De lo contrario, esto no habría sido posible ya que “el proceso de creación de una guardería puede tardar cuatro años, siempre que el terreno ya esté disponible y no sea necesaria una expropiación”.
La FMC enumera los elementos que han dificultado la creación de empleo: la tardía convocatoria de financiación (se publicó en enero de 2023), la lentitud de los procesos administrativos, los elevados costes de la construcción de nuevos edificios o los salarios de los nuevos trabajadores alquilados . Su presidente, Eduard Rivas, asegura que “son los concejales los que están bajo presión porque la I2 gratuita ha sacado a la luz una demanda que antes no existía, por lo que se requieren soluciones rápidas, como la utilización”. de espacios vacíos Habitaciones en centros de primaria (aunque esto supone un conflicto de poder con la Generalitat). “Hubiera sido más fácil para la Generalitat crear las plazas y luego firmar convenios con los ayuntamientos. Pero tenemos que trabajar juntos para no perder la oportunidad. Tenemos que formar un frente único, sino no avanzaremos”, concluye Rivas.
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