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La idea de una alcaldía de Barcelona compartida alternativamente por PSC, ERC y Commons, lanzada este martes por la actual alcaldesa Ada Colau, va acompañada de un documento de dos páginas, al que ha tenido acceso este diario, que dice: juntos una Propuesta de un «gobierno de izquierda» para la ciudad. Es un acto de malabarismo, con la gente común aparcando proyectos polémicos como las calles peatonales Superilla y guiñándoles el ojo a socialistas y republicanos para complacerlos. Parece diseñado para desafiarlos a dejar claro que esto no es por el bien común: están practicando la «generosidad» que piden desde el día después de las elecciones y no están entrando en detalles para no pisar callos. El documento no menciona al ganador electoral Xavier Trias (Junts, que recibió 11 concejales de 41), pero recuerda que las tres fuerzas progresistas cuentan con 24 concejales, una cómoda mayoría para ganar la alcaldía. A continuación se muestran los diez puntos.
1. Capital económico, motor y empleo, diversificación, sostenibilidad, innovación y comercio local. El documento comienza con una alusión muy clara al líder de lista del PSC, Jaume Collboni, porque trata aspectos económicos, en consonancia con el primer punto que Collboni ha estado pidiendo aprobación a lo largo de la campaña electoral.
2. Reducir las desigualdades, políticas de vivienda y promover la inversión en gasto social. Este punto lleva la impronta común de Barcelona y la mayor parte de sus objetivos y gestión en dos mandatos al frente del Ayuntamiento de Barcelona.
3. Responsabilidad ante la crisis climática, con diálogo y consenso o acciones que hagan de Barcelona una ciudad cero emisiones. La apuesta por el «diálogo y el consenso» es una fórmula para acercarse al PSC, que lo ha acusado a lo largo de su reinado con Colau de carecer de capacidad para llegar a consensos con amplios sectores.
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4. Inversiones en transporte público y finalización de la conexión del tranvía a lo largo de la diagonal. Es una proposición en la que coinciden las tres fuerzas. También afirma que el transporte colectivo es “la medida más importante para la movilidad en el siglo XXI”.
5. Impulsar la transformación de nuevas zonas como La Marina, La Sagrera o El Besòs, mejorando las infraestructuras y ganando espacios verdes y saludables. Los ordinarios también hacen gestos por omisión: la palabra Superilla, su proyecto estrella y el que define su modelo de ciudad, no aparece en la propuesta de convenio. La idea de “habitaciones para que los vecinos deambulen” solo podría sugerirlo.
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6. Utilizar el capital cultural y científico. Un punto en el que cada parte podría identificarse.
7. Promoción y fomento del uso de la lengua catalana en el marco del Pacto Nacional por la Lengua. Un plan presentado recientemente por la Cámara de los Comunes que es un guiño a Ernest Maragall, el líder de ERC.
8. Continuar mejorando la gobernanza del área metropolitana y el área metropolitana. Otro punto en el que coinciden las tres partes: la colaboración institucional para considerar Barcelona como la ciudad de los tres millones (35 municipios vecinos) o incluso de los cinco millones (si se piensa en la segunda corona metropolitana) de habitantes.
9. Mejorar los servicios de limpieza y espacios públicos. La suciedad y la falta de mantenimiento preocuparon al Gobierno de Colau, que se vio obligado a poner en marcha un rápido plan de limpieza coincidiendo con el cambio de contrato municipal.
10. Pasos hacia la mejora progresiva de los estándares de seguridad. Otro tema que ha sido objeto de reproches contra el gobierno de Colau a pesar de su apuesta por un ayuntamiento socialista en el gobierno de coalición de la pasada legislatura.
Distribución de áreas, distritos y un gestor de consenso
Al igual que la idea de la alcaldía repartida, a la que el documento se refiere con la máxima diplomacia -«equilibrada y dada la capacidad de liderazgo y experiencia de los tres primeros de la lista»-, el documento también propone una división de áreas de gobierno y distritos en proporción a la representación de cada partido: PSC, 10 regidores; ordinaria, nueve; ERC, cinco. En este caso, la propuesta prevé una cartera de cinco áreas bajo alcaldías (dos para socialistas, dos para autoridades locales y una para republicanos); y en la misma proporción en los distritos (cuatro, cuatro y dos). En cuanto al gerente local, figura clave, el documento reitera que es necesario consensuarlo al igual que con los gerentes de área.
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