
Inmaculada Piles, jefa del centro de emergencias 112 de la Generalitat, ha contado a la jueza de Catarroja (Valencia) que investiga los daños, Nuria Ruiz Tobarra, que un miembro de la delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana le pidió a las 18.35 horas que se retirara. si ella hubiera decidido sobre un problema. enviar un mensaje Es-Alert, un aviso masivo móvil, el día de la tragedia para informar a la población de la magnitud de la catástrofe. La administración regional no envió este mensaje hasta las 20.11 horas, cuando la mayoría de los desaparecidos ya habían fallecido. Piles, alta funcionaria de la Generalitat, así lo afirmó este martes en su declaración como testigo ante el juez, según informaron a EL PAÍS fuentes presentes en su comparecencia.
Cuando un responsable de la delegación gubernamental pidió a Piles que enviara la alerta de la Es, el desfiladero de Poyo cercano a comunidades como Torrent ya se había desbordado y la gran ola se había desatado, sepultando localidades como Paiporta o Catarroja, donde las inundaciones se cobraron 56 y 25 vidas, respectivamente. Cuando la Generalitat finalmente envió el mensaje a los teléfonos la situación ya era crítica. El juez cree que se habrían salvado vidas si esta advertencia se hubiera enviado antes.
Consultado sobre cuándo se barajó la posibilidad de enviar la alerta Es, el testigo recordó: “Hay un correo de Juan Ramón Cuevas [alto funcionario de Emergencias de la Generalitat] en la sala con sugerencias para redactar el mensaje [alerta]. Son las 6:35 p.m. (…) Patricia García, jefa de protección civil de la delegación del gobierno, me dice: “Inma, esto es necesario, la alarma Es (no sé si a través de una llamada o WhatsApp)”, dijo. Piles indicó que comunicó este dato al subdirector de Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, quien, como ella, también fue llamado como testigo. Esta condición les obliga a decir la verdad y responder a todas las partes: al juez, al fiscal, a las acusaciones particulares y populares y a la defensa de los dos ex altos cargos de Carlos Mazón que fueron imputados: la ex ministra de Justicia e Interior durante el levantamiento, Salomé Pradas, y su ex adjunto, Emilio Argüeso.
Según Piles, cuando informó a Suárez sobre la posibilidad de enviar el mensaje de Es Alerta, Piles respondió: “Lo estamos investigando”. Suárez se encontraba entonces en Cecopi, agencia de la Generalitat que gestionó la tragedia y desde donde se coordinó el envío de la notificación tardía.
El jefe del 112 ha destacado un hecho que pone en duda la teoría del apagón informativo que han defendido la Generalitat, el PP y los dos altos cargos investigados. La tesis afirma que la administración regional no actuó antes porque organismos estatales como la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no informaron con antelación sobre la magnitud del accidente. Piles admitió que “no vio” el comunicado de prensa que el departamento de emergencias envió el día antes de la inundación advirtiendo de lluvias torrenciales. Sin embargo, indicó que su propio departamento estaba al tanto de la magnitud de la tormenta. “Ya lo hemos advertido en nuestro mensaje especial al equipo de prensa”, dijo. “El día 28 nos reunimos porque sabíamos que era un episodio extraordinario, pero nadie podía adivinar lo que vendría, especialmente la tarde del día 29”, añadió.
Fuentes de la Generalitat afirman que la propuesta de publicar un mensaje al que se refiere Piles se valoró en función del posible riesgo de la presa de Forata en el municipio valenciano de Yátova (2.242 habitantes), cuyo desbordamiento podría haber provocado un desastre aún mayor. “Sin embargo, no podemos comentar oficialmente las declaraciones de los testigos”, afirma un portavoz del ejecutivo de Mazón.
El entorno del ex asesor Prada sugiere que la aparición del responsable del 112 sugiere que el Gobierno central “no fue un invitado de piedra” en el Cecopi. “Hubo colaboración entre ambas administraciones”, añaden estas fuentes.
Falta de control y falta de previsión
En su conferencia de más de siete horas, Piles reconoció la falta de previsión que había planificado en Cecopi durante los momentos más críticos del desastre. «Declararon que no sabían muy bien cómo comportarse», dijeron fuentes presentes en su comunicado. Según el responsable del 112, la centralita de la Generalitat estaba sobrecargada el día de la Dana cuando se recibieron casi 20.000 llamadas. El derrumbe alcanzó su punto máximo a las 17:00 horas. después de que el desfiladero de Poyo se desbordara cerca de comunidades como Chiva y Cheste.
El testigo también se refirió a los llamados apagones del Cecopi, en alusión a los periodos en los que la reunión interrumpía la comunicación de los participantes conectados vía videoconferencia, como la delegada del Gobierno, la socialista Pilar Bernabé.
Piles criticó que la Confederación Hidrográfica y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no facilitaran interpretaciones, sino datos brutos sobre la evolución de las escorrentías o las precipitaciones. “El hecho de que no se interpretaran los datos en el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat demuestra lo que pasó en la Dana”, valora Mamen Peris, en base a la acusación popular formulada por Ciudadanos.
La responsable del número de emergencias 112 también explicó que Presidencia de la Generalitat le preguntó a las 12.05 de ese día cómo llegar a Valencia desde las zonas afectadas por la riada. Además, recordó que Argüeso le había enviado uno Whatsapp en ese momento para comunicarle que Presidencia estaba interesada en conocer cuál sería la mejor ruta para llegar de Xàtiva a Valencia, un trayecto que requiere atravesar zonas que cruzan el Desfiladero del Poyo. «¿Cómo llegar de Valencia a Xàtiva? No está cortado. Es para presidencia (sic)», preguntó Argüeso a Piles.
La pregunta del alto cargo de la Generalitat demuestra que el gabinete de Mazón conocía el alcance de la tragedia la mañana del 29 de octubre. A pesar de la información que presidente apegado a su agenda institucional. A partir de las 12.30 horas, después de que se ordenaran avisos hídricos para el río Magro y el desfiladero del Poyo, el jefe del Consell asistió a la presentación de la estrategia autonómica de salud digital y posteriormente aterrizó (a las 13.45 horas) para reunirse con dirigentes sindicales y empresariales en la sede de su ejecutivo en pleno centro de la ciudad para hablar de los presupuestos autonómicos. A partir de las 15.00 horas, Mazón acudió al céntrico restaurante El Ventorro para almorzar con la periodista Maribel Vilaplana. La comida duró casi cuatro horas (hasta las 18.45).
La testigo, la máxima funcionaria de emergencias que declaró ante el tribunal, ha admitido que ordenó avisos hidrológicos para el río Magro y el desfiladero de Poyo.
Tal y como desveló EL PAÍS, Mazón mantuvo su agenda institucional el día de Dana, pese a conocer el alcance de la situación desde las nueve de la mañana y encargar a primera hora de la mañana un informe sobre el riesgo a su equipo. Durante el pleno del Consell, celebrado entre las 9.00 y las 11.00 horas del día de los daños, se ha discutido la extensión del temporal después de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ordenara la alerta roja, la máxima de la escala, a las 7.36 horas.
