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La cara oculta de la Luna, el hemisferio de nuestro satélite que nunca vemos desde la Tierra, era un completo misterio hasta que la sonda soviética Luna 3 Tomó su primera fotografía en 1959. Seis décadas después, China se convirtió en el primer país capaz de aterrizar una nave robótica en esta región inexplorada, una hazaña que ningún otro país ha replicado. El gigante asiático alcanzó hoy un nuevo hito y completó con éxito su misión lunar robótica más compleja hasta la fecha Chang’e 6con el que logró aterrizar en la Luna en la parte más remota del astro, recoger dos kilos de rocas lunares, trasladarlas al módulo de retorno y transportarlas a nuestro planeta en el plazo previsto de 53 días.
Los científicos esperan que estas muestras arrojen luz sobre los orígenes y la evolución no sólo de nuestro cuerpo celeste más cercano sino de todo el sistema solar, mientras que muchos analistas esperan que la misión tenga importantes implicaciones estratégicas y geopolíticas. Beijing está decidida a consolidar su presencia en el cosmos y considera su programa espacial como la piedra angular de su plan para convertirse en una de las principales potencias económicas, tecnológicas y diplomáticas del siglo XXI.
La sonda Chang’e 6 Aterrizó de nuevo y sin incidentes en la bandera de Siziwang de Mongolia Interior, en el norte del país, a las 14.07 horas (8.07 horas, hora peninsular española), según informó la agencia espacial china. Imágenes difundidas por la televisión estatal china CCTV mostraron la cápsula que contenía las muestras descendiendo en paracaídas desde el brillante cielo azul hasta caer en la estepa, donde los científicos las recogieron.
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El hemisferio más lejano de la Luna se ve muy diferente a lo que vemos desde la Tierra, con una corteza más vieja y gruesa y muchos más cráteres. Los expertos creen que las muestras obtenidas de esta misión pueden tener una composición química diferente a las obtenidas en la cara más visible de las misiones lunares estadounidense Apolo y soviética (lanzadas en los años 1960 y 1970, en plena Guerra Fría) o en la Estados Unidos recuperó el Chang’e 5 China (2020). Por esta razón, creen que su análisis podría ayudar a comprender por qué los dos lados son tan diferentes y esperan que los resultados proporcionen nuevas pistas sobre cómo se forman los cuerpos celestes. «Se espera que respondan a una de las preguntas científicas más fundamentales en la exploración lunar: ¿qué actividad geológica es responsable de las diferencias entre las dos caras?», escribe en un comunicado Zongyu Yue, geólogo de la Academia de Ciencias de China.
La sonda Chang’e 6 lanzado el 3 de mayo a bordo del modelo de cohete más avanzado del país, el Largo 5 de marzo, y aterrizó el 2 de junio en el cráter de impacto Apolo de aproximadamente 320 millas de diámetro, ubicado en la vasta cuenca de Aitken en el polo sur de la luna. Esta gigantesca depresión lunar (2.500 kilómetros de ancho y 12 kilómetros de profundidad) se formó hace unos 4.000 millones de años y se cree que contiene agua congelada, un recurso que podría ser crucial para las misiones humanas. El polo sur lunar es en realidad el nuevo objetivo de exploración, ya que el acceso al agua aumentaría en gran medida las posibilidades de establecer con éxito una base humana en la luna.
Además de las dificultades de maniobra debidas a la topografía del terreno, la complejidad técnica de la misión se vio complicada por la imposibilidad de comunicarse directamente con la sonda, ya que los módulos pierden señal debido a la propia masa de la luna. Aunque gran parte del proceso fue automatizado, las comunicaciones para el aterrizaje y lanzamiento lunar se facilitaron gracias al satélite de retransmisión. Queqiao 2que fue lanzado en marzo.
Para realizar el muestreo, el rover explorador perforó el suelo con un taladro y utilizó un brazo robótico para recoger los dos kilos de rocas y polvo de la superficie y el subsuelo. Una vez completado el proceso, la sonda extendió un brazo robótico para izar la bandera roja de cinco estrellas (la nacional), según animaciones difundidas por la agencia espacial. El módulo de ascenso se lanzó el 4 de junio con la cápsula que contenía los materiales y se acopló al sistema, que continuó en órbita dos días después.
El programa Cambiar, que se centra en la exploración de nuestro satélite, lleva el nombre de una diosa que, según la tradición china, habita en la luna. La primera misión de este proyecto se lanzó en 2007 y se han logrado grandes éxitos en los últimos cinco años. En 2019 el Chang’e 4 Fue la primera sonda en aterrizar en la cara oculta de la Luna. Un año después con eso Chang’e 5El gigante asiático se convirtió en el tercer país capaz de transportar material lunar, algo que hasta entonces sólo habían conseguido Estados Unidos y la Unión Soviética.
Pero las ambiciones de Pekín, que lleva años invirtiendo miles de millones de euros en sus proyectos de investigación espacial, van mucho más allá. La introducción está prevista para 2026. Chang’e 7 estudiar los recursos del polo sur lunar y en 2028 Chang’e 8 comenzará con la misión de examinar cómo se pueden utilizar estos recursos en el sitio y poner a prueba su tecnología más avanzada. Además, está previsto enviar una pareja de taikonautas (astronautas chinos) a la superficie lunar antes de 2030.
Ampliar sus capacidades para acceder a los recursos lunares (como el hielo de agua, el helio-3 y las tierras raras) demostraría la madurez de China como potencia espacial y solidificaría su atractivo como socio internacional en misiones complejas. El hecho de que el Chang’e 6 El lanzamiento en la fecha anunciada aumenta la fiabilidad de los calendarios de China para sus futuras misiones previstas.
El programa Cambiar También allana el camino para la creación de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ISIL), cuya base está siendo desarrollada por la Agencia Espacial China y la rusa Roscosmos y cuya construcción está prevista para principios de la década de 2030. Chang’e 6 China ha cooperado con la Agencia Espacial Europea (ESA), Francia e Italia, pero la parte europea aún no ha tomado una decisión sobre si mantendrá esta cooperación en otros proyectos. Se sabe que no participará en el EIIL, ya que actualmente la cooperación con Rusia en el espacio está bajo embargo.
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