Advertisement
Joane Somarriba (Gernika, Bizkaia, 1972) soñaba desde pequeña con correr el Tour de Francia, pero le costaba imaginarlo. En los años 1970 y 1980 era imposible ver a una ciclista en la televisión o en la prensa. Tampoco era común ver a nadie andando en bicicleta por ningún lado. Seguramente por eso, y como ella misma cuenta, los conductores se volvieron atónitos al ver a una adolescente somarriba subiendo con los dientes apretados un puerto de montaña, compitiendo con sus compañeros. “Mira, es una niña”, escuchó el ciclista vasco desde su bicicleta. Sin embargo, ninguno de esos comentarios (“hubo más despectivos”, dice) pudo disminuir ni un ápice de la pasión que sentía mientras pedaleaba. “La libertad del aire en mi rostro, siempre me sentí como un pájaro volando”, dice la protagonista de este episodio de talento a bordo, el proyecto de desarrollo de talento de Iberia en español.

Entre 1999 y 2006, Somarriba ganó casi todo: el Giro dos veces, el Tour tres veces y un mundial contrarreloj. Pero cuando se le pregunta cuál es su recuerdo más querido no lo duda: “La etapa de Gernika del Tour de 2001, saliendo de Bilbao con el número uno y conduciendo por los caminos en los que se entrenó hace tantos años”. ciclismo desde 2006, ha vuelto para incorporarse al equipo Laboral Kutxa-Fundación Euskadi como asesor deportivo y ayudar a seguir marcando pautas en el ciclismo femenino.
Pregunta: Lo que no ves no existe…
Respuesta: Eso sí, me costaba mucho soñar con dedicarme a este tema. Las pocas referencias que teníamos, como Jeannie Longo o Kathyrn Watt, nos dieron un poco de esperanza. Por eso es tan importante que el ciclismo femenino se visibilice, se impulse y se le dé el valor que se merece. Sólo así los niños de hoy pueden soñar y saber que pueden lograrlo si así lo desean.
Advertisement
P. ¿Cómo ha cambiado el ciclismo femenino desde que empezaste a competir?
r. Las condiciones son diferentes, las oportunidades de actividad profesional son mejores. Cada competición masculina ahora tiene una edición femenina, lo que no era el caso en mi época. Nos hubiera encantado participar en la Vuelta a España, pero no hubo. Mucho ha cambiado, pero todavía queda un largo camino por recorrer antes de una verdadera igualdad en el ciclismo, en el deporte en general y en la vida.
P. ¿Qué tiene que pasar?
r. En primer lugar, hay una falta de reconocimiento. Siento que el éxito en el deporte femenino siempre se ve como algo secundario. Esto requiere una revisión profunda por parte de la sociedad en su conjunto para acabar con la idea de que los deportes practicados por mujeres son de menor nivel y que esto sólo se puede conseguir a través de la educación desde muy temprana edad. Recuerdo haber oído a los niños decir: “Si una chica me pega, dejaré de correr”. Eso debe desaparecer por completo.
P. ¿Recuerdas la primera vez que te subiste a una bicicleta?
r. Yo tenía cinco años y estaba con mis hermanas y mi madre. Intenté mantener el equilibrio sobre una portería verde y roja con un asiento extendido. Todavía recuerdo pasar las tardes deambulando por el edificio. Yo era feliz.
P: Tu primer “Giro”…
A: Sí [se ríe], que le diría a esta chica que acabaría ganando grandes competiciones como el Giro o el Tour. Ni siquiera el adolescente que entrenaba en una escuela de ciclismo. Me gustó subirme a la bicicleta, eso fue suficiente para mí.
MI DEFINICIÓN
“El talento es una pasión eso te ayuda a sacar lo mejor de ti mismo”.
Somarriba es humilde, atribuye sus éxitos a su constancia y disciplina. Sin embargo, lo cierto es que ya se coronó campeona de España de ciclismo en ruta con 14 años y, con 19, había ganado su primera Emakumeen Euskal Bira (Vuelta al País Vasco), una de las carreras por etapas más prestigiosas del país. Sin embargo, fue su partida a Italia para unirse al equipo Alfa Lum “lo que realmente cambió mi vida”.
P: ¿Por qué?
A: Hasta ese momento estaba acostumbrado a correr por mi cuenta y cuando llegué a Alfa Lum descubrí una parte diferente del ciclismo: estrategia, correr en equipo, compañerismo, comunicación… Por primera vez me sentí un ciclista profesional. Tenemos un equipo detrás que nos apoyó, cada carrera fue motivación. Me costaba creerlo pero lo había logrado, estaba corriendo con algunos de los ciclistas más importantes de la época. Fue un año de aprendizaje profundo, de adquisición de valores que luego me ayudaron en mi vida personal.
“La disciplina me ha permitido llegar a la élite del ciclismo y permanecer allí durante años. Saber que la perseverancia vale la pena me ha ayudado a perseverar en mi vida personal y no perder la noción de las cosas”.
Joane Somarriba posa con las camisetas ganadoras del Tour y Giro en 2019. Foto: JUAN FLOR / DIARIO AS
“La resiliencia es el resultado de superar la adversidad y aprender de ella. Para mí fue crucial afrontar situaciones personales complicadas y saber valorar cada momento y vivir el aquí y el ahora”.
Campeonato del Mundo de Canadá, contrarreloj individual (2003). Foto: AITOR MARTÍN / DIARIO AS
“No me habría convertido en ciclista si no hubiera conocido a personas con tanto compromiso y generosidad a lo largo de mi carrera que, sin esperar nada a cambio, trabajaron para promover el deporte popular”.
Somarriba durante la etapa de montaña del Tourmalet en 2001. Foto de : MIGUEL FOTO DEPORTIVA
P: Luego pasarían años de éxito hasta que decidió retirarse…
A: A mis 32 años me doy cuenta de que tengo que parar, quiero ser madre, pero no como lo viví con mis compañeras que no veían a sus hijos durante semanas o los llevaban a entrenamientos y carreras y tenían que Salir de casa. Hotel ahora. No quería eso, así que me eché atrás. Y no me arrepiento, esta parte de mi vida me hace muy feliz.
La deportista vasca contagió el gusanillo del ciclismo a sus tres hijos Markel, Oinatz y Regina (16, 15 y 12 años respectivamente). Aunque abandonó el ciclismo profesional, nunca se bajó de la bicicleta durante todo este tiempo. Habla con orgullo de todo lo que ha aprendido a través del deporte, “lo que me ha permitido superar momentos difíciles, como los relacionados con la enfermedad de Crohn que padezco”.
El talento del ciclista…
En sus casi ocho años como profesional, Joane Somarriba lo ganó casi todo, en una época en la que el ciclismo femenino no contaba con el apoyo que tiene ahora. Ella dice que lo logró gracias a su perseverancia. De su experiencia nació el libro “Joane Somarriba, sacrificio y gloria del mejor ciclista, pionero en un mundo de hombres” (La Esfera de los Libros), que escribió junto al periodista Jon Ribas y publicó en 2005.

…y el talento del asesor deportivo
Somarriba ha regresado al circuito profesional como embajadora y asesora del club Laboral Kutxa-Fundación Euskadi, que compite en la segunda máxima categoría del ciclismo de ruta femenino del mundo. Una obra con la que le gustaría aportar sus propias experiencias. Lo más importante, según Somarriba, es ser humildes y divertirnos en todo lo que hacemos.
P: ¿La vida y el deporte son similares?
A: Sí, en ambos casos hay obstáculos que dificultan nuestro camino, pero también hay formas de superarlos y, sobre todo, hay momentos muy especiales que nos dan valor para seguir adelante.

CRÉDITOS
Toda la cultura que la acompaña te espera aquí.
Suscribirse a
babelia
La actualidad literaria analizada por los mejores críticos en nuestra newsletter semanal
CONSÍGUELO