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“Jarocho, un joven torero con muy pocos festejos a sus espaldas, cautivó a Las Ventas con un destacado toreo natural lleno de longitud, gracia y belleza, el sexto toro de la tarde, rudo, duro y exigente como todos los demás”. Matado de un golpe penetrante, los hombres con la piel de gallina que provoca una corrida de toros real, preguntaron con inusitada fuerza por las dos orejas que de momento levantan a un chico que ya lleva el primero, un sombrero de clase baja, buenos modales y una estética reconocible. concepto probado.
Pero sólo en la última parte, después de que la celebración se viera amenizada por el honorable esfuerzo de sus dos compañeros, Jarocho pudo revelar “lo que lleva dentro”, que tanto repiten los toreros y que esta tarde se ha convertido en un gran verdad.
Y lo que este torero guarda en sus entrañas es profundidad y naturalidad, que preceden a una buena cabeza que le permita pensar, situarse en el lugar adecuado y torear con la cintura.
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Recibió este toro de rodillas con el capote para dibujar dos largas alternancias, un par de verónicas, dos chicuelinas más y una revolera, que llamaron la atención del respetable. El animal mostró mucho desempeño en rabos y galopó en banderillas, lo que permitió a Jarocho padre saludar tras dos buenas parejas.
Con una rodilla en el suelo, desde abajo, Jarocho Jr., muleta en mano, inició el último tercio y momentos después sufrió dos golpes en el pecho, muestra de la genialidad de su oponente; A mitad de la faena, temporalmente por el comportamiento grosero del toro, tomó el engaño en su mano izquierda, respiró hondo, hipnotizó al toro como por arte de magia y dibujó tres tandas naturales que sabían a gloria; con la muleta a media altura, jugando con su cintura, extendiendo el brazo y acompañado de los vítores de todo el lugar ante la espectacular belleza de lo que sucedía en la arena. Fueron todos muletazos soberbios, bellos, magníficamente marcados, la belleza del toreo en plena exhibición frente a un toro que no tuvo más remedio que rendirse ante la evidencia.
Y unos minutos más tarde cruzó la Puerta Grande de Las Ventas, la culminación de un sueño que ojalá sea el inicio de un futuro exitoso.
Sus compañeros de reparto también brillaron. El más hábil, Alejandro Peñaranda, le cortó la oreja al cuarto hombre tras una fortísima voltereta, de la que milagrosamente salió ileso. Pero esta desgracia fue un incentivo para triunfar; Armándose de rabia y coraje, arrasó al público de sus asientos con una corrida, con ambas manos llenas de devoción y orgullo, frente a otro toro que no fue fácil. Hasta entonces había tenido razón, incluso aburrido e innecesario antes de la primera tarde, el único noble de toda la prisión a quien le había confiado una tarea larga y superficial. El ataque sirvió para demostrar que hay un torero.
Y algo parecido, aunque de diferente manera, le pasó a Ismael Martín, que protagonizó una deslucida tercera de Banderillas en su primera parte, otra con una genialidad que no supo dominar, y llegó en la quinta dispuesto a cambiar de imagen. Y definitivamente lo logró. Veronique apareció llena de alegría, anunció nuevos éxitos, brindó por el respetable y jugó al límite en el último tercio. No es exquisito, pero ha demostrado que tiene mucho coraje y determinación frente a otro animal codicioso y violento que recurre al engaño mientras se enfrenta. La contrastada firmeza del torero y algunos remates ajustados le permitieron reclamar con razón un trofeo.
Nadie se aburrió porque ni la trabajada corrida de Fuente Ymbro ni la trabajada victoria de los toreros lo permitieron. Y los naturales de Jarocho, pura piedad.
Ymbro/Peñaranda, Martín, Jarocho
Controlado por fuente Ymbro, -el tercero, devuelto por inválido-, bien presentado, desigual en las duelas -mansurant el cuarto y el quinto, vertidos, -noble el primero-, áspero y difícil; el sombrero, de Villanuevabien presentado y de poca clase.
Alejandro Peñaranda: puñalada _notice_ estocada (palmas); Estocada _aviso_ (oído).
Ismael Martín: estocada profunda (silencio); Estocada cortada (oreja).
Jarocho: _aviso_ casi completamente colocado (solicitud y devolución); empujar (dos orejas). Atravesó la Gran Puerta sobre sus hombros.
plaza de las ventas. 21 de mayo. Décima celebración de la Misa de San Isidro. Tres cuartas partes de las entradas (17.951 espectadores, según la empresa).
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