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Los aumentos salariales debido a la inflación galopante fueron especialmente notables el año pasado: la remuneración media de los empleados aumentó un 5,86% hasta los 22.781 euros en 2022. Se trata de la tasa de crecimiento más alta en tres décadas, superada sólo por la recuperación del 7,35 por ciento en 2007, cuando la economía iba viento en popa y estaba respaldada por una burbuja que aún no había estallado. Sin embargo, el aumento (1.262 euros respecto a 2021) no fue suficiente para compensar el aumento de los precios, que ascendió al 6,1% durante el mismo período y redujo el poder adquisitivo de los trabajadores.
El poder adquisitivo de los pensionistas se recuperó a pesar del aumento de los precios: según las estadísticas actuales, la pensión media aumentó un 6,9% hasta los 17.355 euros Mercado laboral y pensiones en fuentes tributarias publicado por la oficina de impuestos. Se trata también de un récord: se trata del mayor aumento desde al menos 1999, año en el que empezó a publicarse el estudio del Tesoro.
De hecho, las pensiones han aumentado significativamente por encima de los salarios en las últimas dos décadas. Según el Departamento del Tesoro, aumentaron el doble que los salarios entre 2002 y 2022 y nunca mostraron una caída. La pensión media pasó de 8.018 euros hace 20 años a 17.355 euros, un incremento del 137%; Los salarios de los empleados aumentaron de 14.370 a 22.781 en el mismo período, un aumento también relevante del 72%, aunque menor. Este año también han dado un empujón: la reforma de las pensiones estipula que se actualizarán en función del IPC medio registrado durante el último año, en este caso entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022, que superó el 8%.
Los salarios, por su parte, han evolucionado de manera menos consistente y son mucho más cíclicos: cayeron durante cinco años seguidos durante la Gran Recesión, y también cayeron un 0,3% en el año de la crisis del Corona. Sin embargo, aceleraron después de la pandemia. En 2021 subieron un 4,9%, más rápido que las pensiones, también por el efecto rebote tras la pandemia. Entre 2020 y 2022, período que coincide con cuatro aumentos del salario mínimo interprofesional y una mejora del mercado laboral tras el fin de la crisis sanitaria, los salarios brutos medios aumentaron un 11%, por encima de la inflación y dos puntos porcentuales más que Las pensiones, según datos del Ministerio de Hacienda, aumentaron un 9%.
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Sin embargo, existen grandes diferencias entre los territorios. Sólo tres municipios registraron un salario superior a la media nacional en 2022: Madrid con 29.447 euros, seguido de Cataluña (25.514) y Asturias (23.405). Muy cerca de la media nacional de 22.781 euros se encuentran Aragón y Cantabria, ambos por encima de los 22.000 euros. En último lugar se sitúan Extremadura (17.319 euros), Andalucía (18.503) y Murcia (19.469). Las provincias tienen la misma distribución: los salarios más altos se encuentran en la capital y Barcelona, y los más bajos en Jaén y Huelva. En lo que a pensiones se refiere, hay hasta seis autonomías con prestaciones superiores a la media: Madrid, Asturias, Cataluña, Aragón, Cantabria y Castilla y León.
También hay otras lagunas en las estadísticas. Género, ya que los hombres ganaron casi un 25% más que las mujeres en 2022 -25.137 euros frente a 20.138-; entre españoles y extranjeros, que suelen trabajar en empleos peor remunerados, con una diferencia de casi 8.500 euros; y por edad, porque los más jóvenes son los que menos ganan. También hay una diferencia según el tipo de actividad. Sólo tres sectores registraron salarios medios superiores a los 30.000 euros: en las finanzas y las compañías de seguros (45.431 euros), en el sector de la información y las comunicaciones (35.253) y en las industrias de materias primas, energía y agua (32.117). Los ocupados en la agricultura y la ganadería son los que menos ganan: una media de 9.803 euros.
Salario estimado
Las estadísticas del Ministerio de Hacienda no son 100% comparables con otros estudios que tratan el mismo tema, como la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE). En primer lugar, porque sólo desglosa el nivel del salario bruto medio, que al final queda distorsionado por los extremos -remuneración más alta y más baja-, sin proporcionar información sobre la mediana ni sobre la remuneración más común. En segundo lugar, no incluye datos del País Vasco y Navarra, dos de los municipios más ricos del país, que tienen fincas propias y por tanto no aparecen en las estadísticas de la autoridad tributaria. Finalmente, no tiene en cuenta cuánto tiempo permanecen los trabajadores en el mercado laboral: incluso si trabajan solo un mes, eso suma un trabajador más, lo que resulta en una “tendencia a la baja” en comparación con otras estadísticas.
Por ello, desde 2019, la organización ha comenzado a calcular otra cifra, el salario medio anual estimado, que tiene en cuenta los días trabajados y elimina ese sesgo a la baja que provocan los contratos con una duración inferior a un año. La estadística utiliza esta variable para segmentar la fuerza laboral, 13,5 millones en 2022, en diez grupos -por deciles de ingresos- en función de sus ingresos. El primer decil con menores ingresos percibió el año pasado un salario medio estimado de entre 14.000 y 15.567 euros. En el extremo opuesto, los salarios oscilaban entre 48.005 y 719.762 euros. Otra brecha.
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