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Lo ocurrido al final de la matanza del segundo toro de la tarde fue uno de esos momentos que explican el porqué de este espectáculo y de la afición. Tras dar una patada a la pelota, el torero García Pulido, que había firmado una faena notable, ordenó a su pandilla que se apartara del animal y esperara a que cruzara las manos.
En ese momento, el caballo de Montealto comenzó a caminar solemnemente hacia el centro de la arena, donde se encontraba el hombre que lo hirió de muerte. Y allí, habiendo demostrado por última vez su pasado de casta valiente, se acostó y se despidió de este mundo.
Esta imagen, la de un toro bravo aferrado a la vida y toreando hasta el final, inspira un inexplicable sentido de respeto y admiración en el que se basa, o así debería ser, el toreo.
pelo largo, como se llamó al toro de Montealto, se alejó entre una gran ovación y sin oreja, que García Pulido se ganó después de torearlo a su antojo, especialmente con la mano izquierda. Firme y con la entereza de un torero, el joven toledano realizó una serie de largos y moderados naturales en una labor que fue de menos a más, finalizando con una buena estocada.
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El montealtano, hidalgo y noble, quiso atacar hasta el final, a pesar de todos los reproches contra el duro primer golpe que recibió. Completamente ansioso, pasó unos minutos hurgando sus riñones debajo de su coraza. Más tarde, pronto pasó al segundo encuentro, retrocedió un momento, pero volvió a la lucha.
Igual de noble, pero muy suave, fue el quinto de El Retamar, ante el que García Pulido sólo pudo mostrar su disposición.
Con su compañero como vencedor indiscutible, Víctor Cerrato, actuando en Las Ventas, tuvo el coraje de abalanzarse sobre el sexto, una corneta feísima y deslucida de Zacarías Moreno, moviéndose boca arriba y sin clase alguna. Seguro que para no toparse con estas dos pitones de playa abiertas, el niño saltó sobre la cabeza del toro y sufrió una voltereta espectacular. El premio, una vuelta alrededor de la rueda.
En tercer lugar se había topado con un buey de Villanueva muy noble, muy cerrado en la cara, casi un broche, embistiendo mucho y con la boca cerrada, aunque carecía de punto de transmisión. Cerrato, que no es exquisito, bajó mucho la mano, aunque casi siempre con la figura torcida, y remató las muletas hacia afuera.
El que pasó sin pena ni gloria fue otro debutante, Álvaro Seseña, el menos acosado y más desconfiado de la terna. Aunque realmente lo intentó, no pudo estar a la altura de una ración más que potable de Guerrero y Carpintero y Ángel Luis Peña. A diferencia de Melenitas, se fueron con las orejas intactas.
Ganado Diferente/Seseña, García Pulido, Cerrato
controles de guerrero y carpintero (1º), muy noble, con calidad y movilidad, aunque menos; Montaña alta (2º), bravo, especialmente en el primer compás, noble y noble; villanueva (3º), también bueno por su nobleza y calidad; Ángel Luis Peña (4º), de gran movilidad, nobleza y resistencia, aunque un punto tedioso; la escoba (5º), noble y muy suave, y Zacarías Moreno (6º), manso y sin clases. Todo bien presentado excepto el último feo.
Álvaro Seseñaque se presentó: cinco pinchazos y un jab trasero muy traspasado haciendo guardia (guarda silencio); tres pinchazos _aviso_ y colapso trasero (guarda silencio).
garcia pulido: estocada (oreja); tres puñaladas _aviso_, otra puñalada, un tajo de espada vigilando, y un cabreo (guarda silencio).
Víctor Cerratoquien se presentó: pinchazo y estocada (saludos); Estocada (volver a sonar cuando se le solicite).
Plaza de toros de Las Ventas. Lunes 1 de mayo. Segunda Celebración de la Feria de la Comunidad de Madrid. Cerca de 1/3 de la entrada (10.109 espectadores, según la empresa).
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