Advertisement
Entonces vienes a Madrid como vino Borja Jiménez, con hambre de triunfo, enojado, animoso, dispuesto, arrollador… Vino a por todo y vino con ganas de conquistar el mundo. Este sentimiento se impregnó rápidamente entre el público, que amaba al torero desde su inolvidable triunfo en la última feria de otoño y al que recibieron con una gran ovación tras el cese del cortejo.
El torero sevillano necesitaba asegurarse de que su trabajo no fuera un capricho, por lo que, nada más presentar su primer toro, se llevó tres premios honoríficos de gran calidad y sin ninguna preparación previa. Fue la primera señal de su actitud. Después de una aceptable pelea sobre pértigas y un feliz galope sobre banderillas, la bestia mostró caminos para una lucha -Lidia- de poder en poder contra un endiablado torero obsesionado por el éxito.
Jiménez puso sus rodillas en el suelo, allí en los campos soleados, y sacó cuatro largos derechazos que fueron aclamados con inusitada emoción por el público. Lo que pasó después fue una película de acción entre la carrera de un animal con codicia, agresividad, velocidad y alegría en sus ataques y un torero en estado de gracia, muy valiente, siempre enojado, poderoso, firme y confiado. Por lo tanto, inicialmente hubo una ronda emocionante con el golpe de derecha, abotonado con un elegante cambio de manos; Natural, luego largo y sincero, que culminó en una oleada de desprecio que provocó un alboroto en los fanáticos mientras los dos competidores hacían alarde de su clase y valentía. Dos naturales más, un desarmado desparejado, una circular invertida y un pase largo de pecho. Y aquí debería haber terminado la tarea, la culminación de una obra tan imperfecta como conmovedora. Pero Jiménez no se conformó con saciarse del toro y prefirió comer. Hubo otra ronda de derechazos, una excavación del cartel y otro pase despectivo cargado de emociones, pero la sumisión se prolongó innecesariamente. Por supuesto, sonó una advertencia y el dolor antes de la estocada redujo a la presa a una oreja.
Advertisement
En el último intento lo volvió a intentar, mediocre y difícil. Una vez más el torero se calmó, soportó insultos malintencionados y destacó su compromiso con una tarea que no podía brindarle el alivio deseado. En cualquier caso, Jiménez ha consolidado su papel como figura emergente; El público está de su lado y el torero responde con un compromiso plausible.
Talavante también supo triunfar con el quinto toro, el otro toro de gran categoría, más lento que el tercero y con más calidad en ataque. Daba la impresión de que el torero lo había intentado con toda el alma, pero también quedaba en el ambiente la idea de que había perdido la frescura y dimensión de tiempos pasados; Dibujó admirables muletazos con ambas manos, quizás más preocupado por el efecto que por la profundidad y la conexión, y la obra final, repleta de finos detalles, no fue redonda. La calidad del toro superó el trabajo intermitente, que dependía de tandas muy cortas y en ocasiones irregulares por parte del torero. Su primera vez fue como si estuviera dormido, como si estuviera inconsciente, y todo el trabajo se desarrolló entre silencios.
Y abrió el cartel un veterano, Uceda Leal, que volvió a demostrar que sigue siendo un buen torero y que tiene su viejo arte taurino bajo control. Frente a los nobles y marginados, dibujó por primera vez la tanda más larga de colores naturales hasta ahora en la feria, y algunos de ellos contenían la elegancia de un artista; Lo intentó contra el aburrido cuarto puesto, pero sólo pudo imponerse la elegancia innata de un veterano que sigue soñando con la victoria.
Domecq / Uceda, Talavante, Jiménez
cinco policias Santiago Domecq, mal presentados, algunos poco cooperativos, amables con los caballos, aburridos, blandos y marginados; Se exceptuaron el Tercero y el Quinto, que actuaron en Varas y galoparon en Banderillas; El primero de ellos quedó en el último tercio, el otro con mucha calidad; Ambos recibieron muchos aplausos durante el drag. El cuarto, de Luis Algarra, Presentación correcta, mansa, noble y aburrida.
Uceda Leal: empuje (Ovación); Apuñalar y empujar (Ovación).
Alejandro Talavante: estocada corta (Guarda silencio); Estocada – aviso – y dos locuras.
Borja Jiménez: Picar – advertencia – y empujar (oído); empuje (Guarda silencio).
Plaza de Las Ventas. 31 de mayo. Decimonovena corrida de toros de la Feria de San Isidro. Lleno de “no entradas” (22.964 espectadores según la empresa).
Toda la cultura que la acompaña te espera aquí.
Suscribirse a
babelia
La actualidad literaria analizada por los mejores críticos en nuestra newsletter semanal
CONSÍGUELO