El escenario era previsible, los principales ponentes del PP y del PSOE lo siguieron al pie de la letra y volvieron a intervenir en la sesión de control gubernamental en el Congreso, que abordó denuncias de casos de corrupción en torno al presidente Pedro Sánchez o de mala gestión de gobiernos y cargos populares en varias autonomías. El pleno podría haberse cambiado por cualquier otro de los últimos tiempos, y fue entonces cuando la presidenta de Junts en el hemiciclo, Miriam Nogueras, se puso de pie y lanzó una de esas advertencias que suenan a órdenes de sus filas: “Menos cambios de programación y más tiempo para el cambio”. No fue nada improvisado. Al final, ETA y sus acusaciones incluso volvieron a salir a la luz, y el portavoz del PP calificó de “repugnante” que el representante de Bildu en el Parlamento pudiera preguntar por la impunidad con la que ahora actúan muchos fascistas y nazis en las calles de España.
Desde hace unas semanas Feijóo amenaza con hacer preguntas sobre otros asuntos que nada tienen que ver con el magma de la corrupción, como las «crisis fiscales» o la corrección de las tasas de autónomos en este caso, pero es un espejismo que le delata muy rápidamente. La pregunta de este miércoles giraba teóricamente sobre si Sánchez ya había dimitido del Gobierno, aunque luego la condecoró con otros elogios en los que vinculaba la corrupción generalizada con las subidas de impuestos y la presión a los autónomos, pero para lograr el objetivo de una interpelación final en la que exigía a Sánchez que respondiera «sí o no» a la pregunta «en nombre de los millones de españoles que son honestos». si el PSOE recibió financiación ilegal desde entonces es secretario general del partido. “No, no”, respondió sintéticamente el líder socialista.
El presidente del PP incluso utilizó las palabras de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la víspera en la sesión de control del Senado, en las que advirtió de que habría un «gobierno de corrupción para rato». Feijóo salvó el error de Díaz al preguntar si la economía española va tan bien como supone el Gobierno y como se refleja en todo tipo de organismos e instituciones multilaterales internacionales. El líder popular le acusó de decir que el 90% de los hogares había perdido poder adquisitivo; que los precios de los alimentos han aumentado un 40% y los precios de los bienes raíces han aumentado un 38% y que el poder ejecutivo ha implementado “casi 100 aumentos de impuestos” en los últimos años.
Para Feijóo y su PP, estos ingresos récord no están acordes con el nivel de deuda pública y la calidad actual de los servicios públicos. Y en este maremoto, los autónomos son sólo «cajeros automáticos» y los «electricistas, fontaneros y panaderos que se levantan a las cinco de la mañana pagan un 40% más de impuestos», mientras el Gobierno de Sánchez cuenta con 1.000 asesores y el propio presidente ha reiterado varias veces que confía en la honestidad de Santos Cerdán, su último secretario de organización en el PSOE, ahora en Soto del Real detenido.

Sánchez no pasó por alto la alusión de Feijóo al traspié de Yolanda Díaz, recordándole varios de los muchos errores que el propio líder popular había cometido en algunas comparecencias, como cuando ubicó Huelva en el Mediterráneo o se equivocó al precisar la fecha de la publicación de George Orwell. 1984. Sánchez sugirió allí que también podría ser un problema de falta de cultura. Luego se ha refugiado de nuevo en los datos de las inversiones, proyectos, reformas y medidas que ha adoptado su Gobierno a estas alturas, poniendo como ejemplo la dotación de 500 millones de euros aprobada el martes en el Consejo de Ministros tras un año de aprobación de la ley para la atención a los enfermos de ELA, para finalmente comunicar a Feijóo que «se ha abstenido de ejercer una oposición útil» y que no es capaz de poner orden en su partido.
El Gobierno, desde el presidente hasta la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y otros ministros, recibe de vuelta, ante cualquier pregunta sobre su trabajo, «el manual» sobre las deficiencias y errores en la administración de los presidentes autonómicos y concejales del PP, y entre ellos se incluyen los nueve millones de euros para las víctimas de la Dana, que el popular Carlos Mazón todavía no ha gastado, o la responsabilidad del gobierno andaluz Juan Manuel Moreno en la crisis del cribado del cáncer de mama en la Junta de Andalucía. Sánchez culminó su contraataque con una de las líneas argumentales de moda actualmente en el PSOE, que es recalcar que, por esta tendencia, Feijóo acabará “dimitiendo del cargo de líder de la oposición y entregando sus escaños a Abascal”, en alusión al presidente de Vox. Varios ministros subrayaron a continuación el peligro Sorpresa de Vox al PP.
Mientras Sánchez y Feijóo estaban ocupados digiriendo cómo había terminado una vez más semejante duelo dialéctico, la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, se levantó de su asiento y apuntó directamente al presidente del Gobierno. Advirtió que sería muy clara y le dijo a Sánchez que ya no valía la pena esconderse detrás de la bandera palestina ni, ahora, detrás de la propuesta presentada a la Comisión Europea para unificar el calendario en toda la Unión. A continuación, ha descrito un panorama de Cataluña con autónomos, familias y jóvenes perseguidos y aplastados económicamente sin perspectivas de vivienda, casas okupadas, calles inseguras por la múltiple reincidencia, servicios públicos de Renfe no funcionales, deficiencias fundamentales en educación, sanidad y paro, mientras el Gobierno de Sánchez «paga las fiestas y la prostitución» y «el rescate de las Estrellas de la Flotilla».
Nogueras finalizó reservándose el eslogan que más llamó la atención en la reunión y que ya había escrito porque, según él, sus servicios de prensa lo habían enviado en una nota: «La gente está harta de todo, hasta las narices. Ya no tiene sentido envolverse en la bandera palestina, y ahora lo haces con el cambio de hora, y no se habla de ello, lo que realmente hace que mucha gente pierda el sueño. Quizás debería hablarse menos del cambio de hora y más sobre la hora”. cambiar.»
Las cosas no van bien entre el Gobierno y Junts, aunque, según el vicepresidente Montero, teóricamente sólo quedan unos días para presentar la senda de gasto que debe dar paso a la tramitación del proyecto de presupuestos generales del Estado. El conjunto catalán, presidido por Carles Puigdemont, lleva tiempo advirtiendo que muchos de sus fichajes de traspasos por Cataluña siguen en el cajón, aparcados. Fuentes de Junts subrayaron tras la intervención de Nogueras: «Somos los más predecibles de la cámara. Si no se respetan los acuerdos dejaremos de garantizar la estabilidad del Gobierno. Lo que hemos dicho hoy nunca se ha dicho antes. Nunca hemos hablado de la necesidad de un cambio».
El debate se intensificó al final, al margen de las recurrentes referencias a la prostitución, orgías, sobres, mentiras o bulos, con una pregunta de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, sobre la impunidad con la que grupos de fascistas, franquistas o nazis operan por muchas calles ante la ineficacia o negligencia de los distintos operativos y cuerpos policiales. Sánchez negó haber hecho nada, se refirió a la ley de memoria democrática y anunció que este miércoles, antes de que acabe noviembre, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará el catálogo de elementos y símbolos franquistas «para que puedan ser retirados de las calles de una vez por todas». El PP entró en crisis después de escuchar a Aizpurua y a su portavoz, Ester Muñoz, mostrar su «disgusto» por este discurso de una persona acusada de seleccionar periodistas para ETA cuando ella era directora del periódico. Gara.
