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España ha desplegado fuerzas especiales y vehículos blindados RG-31 a Yibuti en caso de ser necesario para ayudar a los 60 españoles que se encuentran en Jartum por los enfrentamientos entre el ejército sudanés y las paramilitares Rapid Support Forces (RSF) que se han desplomado en la calle para evacuar ocho días atrás. El objetivo de esta misión es tener preparados todos los escenarios posibles dada la volatilidad e incertidumbre de la situación.
El pequeño estado de Yibuti, en el Cuerno de África, a unos 1.300 kilómetros de la capital sudanesa, se ha convertido en la principal base logística de los países que esperan el momento adecuado para evacuar a sus nacionales: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, incluyendo España y Japón.
Todos los países presentes en la región están en contacto a través de sus estados mayores, y también se ha constituido una célula de coordinación local, según fuentes consultadas. Se excluye una entrada violenta, también desde el punto de vista del Pentágono, por lo que están a la espera de que se consolide el alto el fuego de tres días anunciado para el final del Ramadán o se acuerde uno nuevo y se compruebe su validez sobre el terreno, lo que no ha pasado en las primeras horas
Una dificultad adicional es que el Aeropuerto Internacional de Jartum está fuera de servicio. Además de los daños sufridos, el jefe del ejército sudanés, Abdelfatah al Burthan, ha reconocido que no controla el aeródromo, por lo que la alternativa sería una base militar a unos 20 kilómetros de la capital sudanesa, que habría que cubrir con protección de armas. La otra opción utilizada por Arabia Saudita y otros países árabes para evacuar a sus nacionales es viajar por carretera a Port Sudan en la costa del Mar Rojo, pero eso significa un peligroso viaje de más de 800 kilómetros.
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Para estar preparada ante cualquier eventualidad, España envió el viernes cuatro aviones militares a Yibuti y prevé dos más este sábado, según ha anunciado este sábado en Coslada la ministra de Defensa, Margarita Robles. De todos, solo un Airbus 330 de la Fuerza Aérea, con capacidad para más de 300 pasajeros, y uno de los cinco aviones de transporte militar A400M que se utilizaron para llevar un equipo de operaciones especiales, personal sanitario y todo lo necesario para presenciar un «complicado y difícil». operación que se llevará a cabo tan pronto como haya «un alto el fuego efectivo».
El objetivo es evacuar a 60 conciudadanos y otros 20 de países latinoamericanos (como Brasil o México) y europeos (Polonia) que han pedido ayuda a España; aunque la mitad de los 30 españoles no habían conseguido llegar a la embajada española y la residencia del embajador hasta este sábado debido a los combates, donde se están reagrupando para facilitar su evacuación.
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El objetivo de Exteriores es también la repatriación del personal de la embajada -media docena de personas entre ellas dos diplomáticos y los policías que les dan protección-, aunque el ministro José Manuel Albares ha asegurado que el embajador español, al igual que sucedió en Afganistán, Antonio Isidro González Afonso «será el último en irse».
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