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Esquerra Republicana afronta las primeras negociaciones del nuevo periodo legislativo. El 10 de junio tendrá lugar la sesión plenaria del Parlamento que dará la señal, y los 20 escaños ocupados por los republicanos serán cruciales tanto para la formación de la junta ejecutiva de la Cámara como para las nuevas elecciones. presidente o, en su defecto, forzar la repetición de elecciones. La portavoz del partido, Raquel Sans, ha anunciado este lunes que sus delegados mantendrán un diálogo con el resto de partidos Josep María Jové, Marta Vilalta, Oriol López y Juli Fernàndez, para pedir a PSC y Junts que tomen medidas para formar alianzas.
«Llamamos a Junts y al PSC a tomar la iniciativa, que es lo que decidieron las encuestas el 12 de mayo», afirmó Sans en la rueda de prensa donde los republicanos también presentaron su programa electoral para las elecciones europeas. La solicitud también incluía detalles de quiénes serán los interlocutores en estas negociaciones. El portavoz subrayó que ERC no se moverá porque «no aspira a nada» y por tanto no tiene presión para conseguir «nada» en estas negociaciones.
Con excepción de López, todos son parlamentarios electos. Jové, el anterior líder del grupo, es quien habló con el ministro Félix Bolaños directamente entre bastidores durante las grandes negociaciones. Vilalta era el presidente republicano en la Cámara y Fernández era consejero territorial, cargo al que renunció después de que ERC aplazara al PSC la construcción de los B-40 a cambio de apoyar los presupuestos del año pasado.
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La coordinación de este equipo está a cargo de Marta Rovira desde Ginebra. Aunque el actual presidente del partido, Oriol Junqueras, ha tratado de distanciarse de un posible pacto postelectoral, dos de los negociadores se encuentran entre sus ayudantes de confianza. López y Fernàndez se han sumado a él en la discusión interna sobre si es necesario un cambio de rostro y de liderazgo en el partido tras las tres derrotas electorales que les unen, iniciada por el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con su dimisión del cargo. posición al día siguiente de la pérdida de 13 diputados.
En la práctica, una década de mayoría independentista había dado lugar a que ERC y Junts compartieran y negociaran juntos la presidencia de la cámara y del parlamento como parte del acuerdo de reparto del poder. Asimismo, pudieron garantizar que la composición del órgano de gobierno del legislativo catalán reflejaba una hegemonía secesionista. Sin embargo, esta vez está todo sobre la mesa y el PSC, como ganador en votos y escaños, se abrió a la mesa para «reflejar la diversidad» del resultado del 12M.
Tanto los socialistas como Junts han asegurado que optarán por presentar sus respectivos candidatos al debate de investidura. Sin embargo, las opciones de Carles Puigdemont pasan por que el PSC se abstenga en la segunda vuelta, posibilidad completamente descartada por los de Salvador Illa. Por ello, los dos partidos recurren a ERC para que les preste su apoyo. Y aquí la presidencia del Parlamento podría ser un argumento de peso para convencerles.
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Hay acuerdo dentro del liderazgo republicano en que deben pasar a la oposición y que una repetición de las elecciones no sería beneficiosa, pero hay un debate sobre cómo abordar la investidura. El Partido Independentista no logra la mayoría, pero un acuerdo dentro de este bloque, independientemente de lo que suceda en la toma de posesión, podría maximizar su representación en la junta parlamentaria (59 escaños en total). Para la elección del Presidente de la Cámara se realiza una primera votación para determinar quién obtiene la mayoría absoluta (68 votos a favor). Si no se consigue, habrá una segunda votación entre los dos diputados más votados. Sin la participación del PP en las votaciones a favor del PSC, podrían influir incluso en la elección del presidente de la Legislatura.
Se realizan dos votaciones separadas para la elección de los dos vicepresidentes y cuatro secretarios de la junta directiva. Se elige a la persona que recibe la mayoría de votos en el orden apropiado. Sans no quiso entrar en la valoración de estos escenarios, insistiendo en que ERC no tendría la iniciativa de proponerlos.