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Duro revés para Esquerra Republicana en las elecciones municipales de este domingo en Cataluña. La formación, encabezada por Oriol Junqueras, estuvo lejos de reconfirmar su condición de fuerza más votada a nivel local. Perdió alrededor de 300.000 votos en comparación con 2019, cayendo al tercer lugar detrás de PSC (712.027) y Junts (550.717). Los republicanos solo pueden presumir de ser la formación con mayor número de concejales con 518.717 votos. El aumento de abstenciones de casi 10 puntos afecta a todas las formaciones, pero también impulsa la incursión de Vox en el consistorio de Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida, donde también ha desaparecido Ciudadanos, que cuenta con solo 10 concejales en toda la Catalana. territorio tiene.
El propio Junqueras ha reconocido que los resultados no fueron los deseados, pero en lugar de criticarse a sí mismo se refugió en que esta formación es la que más concejales tiene (2.895). La realidad, sin embargo, es desoladora y un argumento que debilita a la ya minoritaria ejecutiva de la Generalitat, comandada por Pere Aragonès. Uno de cada tres votantes de ERC en 2019 no apoyó el 28-M. La bajada de seis puntos porcentuales también se siente en los municipios de la Diputación de Barcelona, donde también se rebajó al tercer puesto. La apuesta de Gabriel Rufián como candidato en Santa Coloma se ha traducido en un concejal más de los tres que tenían los republicanos, donde ha pasado del 9% de los votos a casi el 15%. La socialista Núria Parlon reconfirmó su mayoría absoluta (51,3%).
El escollo en la apuesta de los republicanos por consolidarse como fuerza central de la política catalana supone también un gran espaldarazo para los socialistas, que pueden presumir de su triunfo a las puertas de las próximas elecciones generales. Tras los malos resultados en las elecciones municipales a nivel nacional, Cataluña es el resultado a proteger. Sin embargo, la delantera no le salva de las consecuencias de nueve puntos menos de participación (55%) respecto a hace cuatro años. A pesar de ser un resultado mejor que en las últimas elecciones catalanas, el resultado del PSC es inferior al que logró en 2019 (768.478 votos). Por ejemplo, en L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín perdió la mayoría absoluta; Se mantiene en Cornellà, aunque con un concejal menos, y en los barrios tradicionalmente socialistas de la capital catalana, como Nou Barris o Sants, Jaume Collboni ha tenido que aceptar un descenso de la inmigración. Las abstenciones son incluso más altas que en 2015, rompiendo el pico desde 2007.
El resurgimiento socialista se deja ver en victorias en ciudades clave como Lleida y Tarragona, donde, además del descenso de votos de ERC, no se ha repetido la aritmética que permitió a los republicanos ganar estas alcaldías hace cuatro años. O en Girona, donde Sílvia Paneque consiguió arrebatarle uno de los escaños más fuertes del partido Junts a la exasesora Gemma Geis, pese a tener un vínculo con la CUP. Las demandas de independencia se aparcaron casi por completo durante la campaña y se centraron en gran medida en la apreciación de la gestión, lo que se sumó a la confusión entre los republicanos, que estaban enojados porque los resultados no reflejaban el buen trabajo que creían que estaban haciendo en la comunidad electoral. Junts sigue siendo la formación con más votos en la provincia de Girona, mientras que ERC al menos consigue hacerse con ese puesto en Lleida y reconfirmarlo en Tarragona.
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La formación de Xavier Trias disfrutó esta noche de un brillante triunfo en Barcelona, suponiendo que un pacto entre perdedores no se traduzca en la pérdida de la alcaldía, pero en conjunto se mantenga en torno a los 5.000 votos respecto a hace cuatro años cuando las elecciones locales fueron las peores. El electorado encabezado por Carles Puigdemont, por ejemplo, ha perdido casi la mitad de sus votos en Vic, aunque sigue siendo la lista con más votos, o en Girona ya está en el tercer puesto (de 13.435 votos a casi 7.000). En Reus la diferencia fue aún mayor, ahora estás en el quinto puesto. La falta de acuerdos con el PDeCAT también está pasando factura, ya que bajo el paraguas de la coalición Pacte Local, los neoconvergentes lograron sumar sus más de 55.000 votos en 187 concejales.
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Ciudadanos es la gran víctima de la noche, se ve reducido a la mínima expresión y, por ejemplo, desaparece de los cabildos de las capitales de provincia. Los naranjas obtuvieron apenas 36.172 votos (el 1,2% del total de votos de Cataluña) y solo tendrán 11 concejales, dos de ellos en Santa Coloma, donde ganaron por primera vez la diputación. El declive del partido con más votos en Cataluña en las elecciones generales de 2017 coincidió con el ascenso del PP, que recupera terreno tras años de gira por el desierto. La mayoría absoluta de Xavier García Albiol en Badalona o la mejora en Barcelona con Daniel Sirera han hecho subir al equipo popular casi tres puntos porcentuales respecto a 2019.
La extrema derecha también está entre los ganadores de la noche electoral y demuestra que las maniobras que se supone deben impedir en el parlamento, por ejemplo, no pueden controlar su avance en las elecciones. Vox cuadriplicó su resultado en las elecciones municipales y obtuvo 146.621 votos. De los tres ayuntamientos que ha celebrado, hay 125 en total, repartidos por todas las capitales de provincia y ciudades como Mataró, Terrassa, Sabadell y Sant Cugat del Vallès.
Pero los de Santiago Abascal e Ignacio Garriga no son los únicos de la extrema derecha del espectro político en lograr un resultado notable. En Ripoll (Girona), el independentismo de extrema derecha Aliança Catalana obtiene el 30,76% de los votos y decide destituir a Junts de la alcaldía. En el Consistorio de Manresa, junto a Vox (alcalde), estará otra formación de extrema derecha, el Frente Nacional de Catalunya, que ganó dos concejales. La ex plataforma de la X Catalunya de Josep Anglada ha vuelto a Vic con dos representantes.
La CUP, el único partido que enarboló la bandera clara de la independencia durante la campaña electoral, también perdió casi una quinta parte de los votos que recibió en 2019, al pasar de 176.474 a 133.403 votos. Un total de un punto porcentual (se mantiene en el 4,3%). En Berga vuelve a ser la lista con más votos, pero con 10 puntos porcentuales menos de votos y un aumento de 8 a 6 concejales. Las encuestas de Sant Cugat no muestran ningún apoyo a su permanencia en el gobierno de la ciudad que acaba con la hegemonía convergente, y pierden un escaño y quedan eliminados con dos. Ahí es donde los votantes comunes se las arreglan para entrar en el arco, que por lo general ven aumentar su cuenta de 328.260 simpatizantes hace cuatro años a 266.061 este día de las elecciones. En El Prat de Llobregat se quedan con la primera fuerza pero pierden dos concejales.
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