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Hay dos cosas que el sector social en Cataluña no se cansa de repetir. Uno de ellos es que los servicios sociales son el pilar más corto del estado de bienestar después de la salud y la educación porque no cuentan con fondos suficientes. Y segundo, que la pobreza estructural que sufre la zona sería mucho peor si no existieran instituciones sociales que presten servicios públicos a personas vulnerables a las que la administración no puede llegar. Así lo insiste Enric Morist (Igualada, 59 años), director de la Fundación Ajuda i Esperança y exdirector de Cruz Roja en Cataluña durante casi 20 años. El pasado mes de noviembre fue elegido nuevo presidente de la Taula d’Entitats del Tercer Sector, en sustitución de Francina Alsina. La plataforma representa a 37 asociaciones y 3.000 entidades y es uno de los interlocutores clave del gobierno para abordar desafíos como la cronicidad de la pobreza.
Preguntas: Su predecesor siempre dijo que la pobreza se puede erradicar, que era sólo una cuestión de voluntad política. ¿Fui demasiado optimista?
Respuesta: Es una prueba de que la pobreza no se ha reducido y también creo que las autoridades deben remediar esto. En Cataluña, el 24,4% de la población está en riesgo de pobreza; entre los menores la tasa es del 32,5%. Hay una parte temporal, pero también hay otra pobreza estructural que es mayor entre migrantes y mujeres. Nadie tiene por qué nacer pobre, pero todos podemos estar en algún momento en una situación vulnerable. Faltan medidas estructurales y adicionales: un escudo de protección social como el que tenemos en los sectores de la salud o la educación.
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P: ¿Funciona el sistema de bienestar social?
A: La protección social debe ser rápida, eficaz, clara y amigable, sin perder control y transparencia. Si tienes que pagar una multa, es muy rápido, tarda menos de dos minutos. Por otro lado, pedir ayuda es muy complicado. A pesar de las dificultades, la renta de ciudadanía garantizada o el ingreso mínimo vitalicio son muy buenos, pero necesitamos una administración integral y una ventanilla única.
P: Alrededor del 20% de la población lleva años en la pobreza. ¿Porque?
A: Hay varias causas. Uno de ellos es hereditario: los niños nacidos en familias vulnerables tienen más probabilidades de correr riesgo. Todos van al colegio, pero no todos pudieron hacer los deberes, desayunar bien o tener una temperatura agradable en casa. Entonces surge la pobreza repentina: por perder el trabajo, por no poder pagar la vivienda, por cuidar a un familiar dependiente. En estos casos, la mujer suele dejar su trabajo, los ingresos bajan y comienzan los problemas.
P: ¿Confía en el plan del gobierno para más viviendas sociales?
A: No somos ingenuos, pero confiamos. Estamos muy por detrás de otras partes de Europa en materia de vivienda, pero necesitamos inversión y compromiso durante 20 años, no cuatro años electorales. Hemos comunicado las prioridades al nuevo gobierno y la primera de ellas es que habrá presupuestos porque son una herramienta para ayudar a la gente. Deben tener una perspectiva social, al igual que la nueva oportunidad que abre la financiación singular. Si hay una entrada importante de dinero, hay que utilizarlo para ayudar a la gente.
P: El 7,7% de los trabajadores son pobres. ¿No es suficiente el empleo?
A: En el pasado, si tenías un trabajo, podías vivir mínimamente. Desde hace unos 10 años no es suficiente, se necesita más salario. Incluso con el salario medio, es difícil encontrar un piso donde poder vivir solo, hay que juntarse en pareja o buscar un compañero de piso. La construcción de viviendas se ha disparado, la comida también… Y me duele porque mucha gente trabaja en instituciones sociales. Los salarios de nuestros trabajadores deben estar en línea con los salarios públicos para que puedan vivir dignamente. Llevamos brindando servicios públicos desde antes de la democracia y algunas instituciones no saben si podrán continuar el año que viene. Necesitamos financiación. Y por eso pedimos el reconocimiento de la Ley del Tercer Sector, que espero que sea aprobada en el Parlamento.
P: ¿Cómo afectan estas condiciones laborales a las empresas?
A: Hay mucha insatisfacción, frustración, miedo y mucha rotación. La gente busca trabajos con mejores salarios.
P: ¿Cuáles son las prioridades de su mandato?
A: En primer lugar, nuestras demandas se basan en cinco ejes transversales: pobreza, vivienda, dependencia, salud mental y soledad no deseada. Luego, combatir la falta de financiación para prestar servicios públicos. Y hacer que la administración sea más fácil de usar. Y por último: fortalecer el trabajo voluntario. Debe tener prestigio, y aunque no sustituye a un puesto de trabajo, el voluntario también es un profesional.