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Carles Puigdemont admite que la única actividad física que realiza habitualmente es caminar. Cuando se instaló durante la campaña electoral catalana en un pueblo del sur de Francia, a pocos kilómetros del paso fronterizo de La Jonquera (Girona), Puigdemont podría haber entrado en España en una de sus caminatas por la montaña. “Nunca pensé en volver como un gamberro”, ha dicho más de una vez el expresidente catalán, que abandonó España en 2017 para evitar la condena. Dice que en estos siete años ha tenido la oportunidad de entrar en Cataluña, hacerse una foto y salir, incumpliendo la orden de detención dictada en su contra. “El retorno debe hacer visible el retorno presidente la Generalitat”, defiende. La alusión incomoda a Pere Aragonès: “Yo era un presidente legítimo, y Quim Torra también”, pero pretende aclarar que su viaje de regreso cierra un paréntesis abierto en 2017 con la intervención de la Generalitat mediante la aplicación de la ley Artículo 155 la Constitución.
La decisión del Tribunal Supremo de este lunes de no revocar la orden de detención contra Puigdemont aporta incertidumbre al compromiso que él mismo asumió en los mítines previos a las elecciones del 12 de mayo, cuando anunció que preparaba «el inicio de las elecciones» antes regresando”, y dijo que estaría presente en el primer debate de investidura en el Parlamento.
La forma en que se visibilizará el regreso de Puigdemont trae consigo tantas incógnitas como la fecha en la que se formalizará. JxCat se dedica a gestionar los asuntos más sensibles del secreto partidista, ya sean las negociaciones con otras formaciones o el regreso de alguien a quien invariablemente se identifica como «el» dentro de Junts presidente“. Un alto cargo del partido que afirma tener información directa sobre Puigdemont explica que “el presidente «Se comprometió a volver en cuanto se haya producido la investidura plena». Y añade: «Que yo sepa, nada ha cambiado en su idea». Jordi Turull repitió lo mismo en una rueda de prensa este lunes: «Él». Cumple su palabra”, elogió el secretario general de JxCat al líder del partido. En círculos íntimos, Puigdemont ha manifestado su interés en dar el mayor revuelo posible a su regreso. Una de las ideas que se ha barajado, sin tener en cuenta las complicaciones logísticas que supone, es la de constituir una comitiva oficial que se desplazará por la autopista AP-7 e irá acompañada de un autobús o varios autobuses si fuera necesario. Lleno de medios de transporte que puedan dar a conocer el evento.
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Puigdemont afirma que sus planes nunca incluyeron “hacer un Tarradellas”, en alusión a la parada en Madrid que hizo el presidente catalán exiliado Josep Tarradellas antes de su regreso a Cataluña en 1977. De sus palabras se desprende que Puigdemont no tiene previsto ponerse voluntariamente a disposición de las autoridades judiciales a su regreso.
Gonzalo Boye, abogado del expresidente catalán, pidió el 11 de junio al Tribunal Supremo que revocara la orden de detención dictada contra Puigdemont. Boye ha afirmado en repetidas ocasiones que su cliente corrió el riesgo de ser arrestado y detenido al entrar en España, pero defendió que esa posibilidad no debería suponer un problema para Puigdemont si los jueces aceptaran y aplicaran la ley de amnistía.
Este 25 de junio era supuestamente la primera fecha importante que Puigdemont marcaba en su calendario para viajar a Cataluña. El presidente del Parlament, Josep Rull, cumplió con la exigencia de convocar un pleno de investidura, aunque sabía que no habría ningún candidato interesado en presentarse a la votación de la cámara. Junts per Catalunya afirma que el líder del partido sigue firme en su intención de presentarse a la investidura, pero que aún es pronto para llevarlo a cabo ya que no es posible alcanzar los acuerdos necesarios con otras fuerzas (fundamentalmente Esquerra Republicana y la CUP) consideramos verdaderos. para apoyarlo. El socialista Salvador Illa, ganador de las elecciones del 12 de mayo, también señala que necesita más tiempo para lograr una mayoría que le catapulte a la Generalitat. El PSC recibió 42 representantes y Junts 35. La mayoría de la cámara tiene 68 escaños. Con 20 diputados, Esquerra tiene el poder de garantizar la claridad. Illa destaca que la única «mayoría posible» es la que incluye a PSC, ERC y Comuns Sumar para equilibrar los 68 votos. Junts, por su parte, teoriza que el apoyo de ERC a Puigdemont permitirá formar un frente independentista con hasta 55 escaños, que podrían crecer hasta los 59 si la CUP se suma al plan. «Illa tendrá que decidir si la investidura fracasa y tenemos una repetición electoral», afirmó Josep Rius, portavoz de Junts, en una entrevista con el periódico Aquí Cataluña de la SER. Las elecciones del 12 de mayo eliminaron la mayoría independentista en el Parlament y Puigdemont necesitaba que se proclamara la abstención del PSC presidente.
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Junts afirma que si ERC apoya a Puigdemont, los socialistas tendrán que abstenerse si no quieren asumir la responsabilidad de que se repitan las elecciones en Cataluña el 13 de octubre. Illa ya ha afirmado que tras su victoria electoral no tiene sentido renunciar a entregar la Generalitat a Puigdemont.
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