
Pablo Crespo, número dos de la trama del Cinturón y exsecretario de organización del PP gallego, ha enviado una carta de confesión a la Audiencia Nacional, a pocos días de que el próximo lunes comience el último juicio contra la red de corrupción del empresario Francisco Correa, que se ha afianzado y hecho negocios en el partido conservador. Crespo, quien previamente admitió las acusaciones en su contra en otras audiencias realizadas por otras líneas de investigación del caso, también reconoce su participación en las complejas estructuras societarias creadas para lavar dinero y evadir pagos al fisco.
“Reconozco que efectivamente gestionaba las empresas del grupo Correa y que coordinaba y daba instrucciones a quienes gestionaban legalmente dichas empresas”, comienza el documento, firmado por el exsecretario de organización del PP gallego, que ya ha sido condenado a casi 100 años de prisión en otros ocho juicios relacionados con la trama. «Participé activamente en el ocultamiento de los bienes de Francisco Correa y en el control de las empresas que creó para ese ocultamiento al Tesoro del Estado, así como en la gestión patrimonial y financiera de los productos bancarios en los que se invertían las ganancias de otros delitos», dice la carta de confesión.
A partir del próximo lunes tendrá lugar la audiencia final en la sede de la Corte Nacional de Justicia en San Fernando de Henares (Madrid). Estuche para cinturónque se centra en el entramado de empresas creadas por el entramado corrupto para blanquear y defraudar al Tesoro. El tribunal envió a juicio a 26 personas por estos hechos, muchas de las cuales negociaron con el Ministerio Fiscal para llegar a un acuerdo y así reducir las posibles penas de prisión que piden para ellos (a cambio de admitir su implicación).
En este sentido, el propio Francisco Correa ya presentó su solicitud de reconocimiento de los delitos que se le imputan en esta última audiencia oral. El empresario fundó y dirigió desde finales de 1999 hasta 2009 una Holding Se dedicaba principalmente a organizar eventos, incluidos gran parte de los celebrados por el PP. La propiedad ocultó gran parte de sus beneficios al tesoro estatal, para lo que disponía de varias cajas. Correa anunció en ese texto que Crespo reconocería los hechos, como así fue.
En su caso, Pablo Crespo describe su implicación en un documento de 14 páginas al que tuvo acceso EL PAÍS, en el que detalla su papel fundamental en las empresas del grupo criminal. Además de explicar detalles de cómo funcionaba la estructura societaria y cómo su exjefe ocultó su patrimonio, el ex alto cargo del PP gallego explicó que también inventó una «estructura financiera similar» para «ocultar su patrimonio». “A cambio de mi participación en diversas transacciones con Correa, el cobro de comisiones por la ejecución de obras y el traspaso opaco de las cantidades recibidas al erario del Estado, he fundado varias empresas en Panamá”, subraya.
Crespo destaca que las empresas involucradas en el esquema actuaron de manera irregular “para reducir el monto de impuestos que debían pagar”. Por ejemplo, se deducían los gastos que “en realidad eran regalos o despilfarros en beneficio de determinadas autoridades o funcionarios o del Partido Popular”.
