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La adscripción del eurodiputado Jaume Asens a las familias políticas del Parlamento Europeo ha vuelto a provocar tensiones en la comunidad. En una situación sin precedentes, el embrión del partido, Barcelona en Comú, decidió la semana pasada en una reunión de su coordinador (el segundo nivel de decisión después del ejecutivo) que sus representantes en Catalunya en Comú votarían en bloque a Asens. Únase a la izquierda y no a los Verdes europeos, que incluían a Ernest Urtasun, el actual ministro de Cultura y ex eurodiputado. El entorno del partido liderado y fundado por la ex alcaldesa Ada Colau se desmarcó así de la tradición de los representantes de Iniciativa por Cataluña (ICV) de sumarse a los Verdes europeos, como Urtasun, Raül Romeva o, más atrás en el tiempo, Antonio Gutiérrez. Al mismo tiempo, Catalunya en comú decidió someter la cuestión a votación en el Consejo Nacional el pasado sábado. La discrepancia entre ambas facciones era evidente porque cuando los representantes de Barcelona llegaron con la posición establecida y votaron juntos por la izquierda, el resultado final de la votación fue un revés y Asens ganó con una amplia mayoría, manteniéndose fiel a los Verdes. .
En el conjunto de Barcelona, la votación del miércoles sobre el coordinador se inclinó hacia la izquierda con 12 votos (tres de los Verdes y ocho abstenciones); y en el Consejo Nacional hubo 104 votos para los Verdes, 57 para la Izquierda y seis abstenciones. Una votación interpretada por voces del propio partido como un revés para la adhesión de Colau, que habría llegado debido a una movilización de concejales de fuera de Barcelona y a un debate de última hora que fue evitado o aplazado en los últimos meses. Los Verdes, con raíces ecológicas históricas, ocupan escaños en el Parlamento Europeo desde 1984 y siguen una tradición de ganar influencia política (esto ocurrió con el Pacto Verde Europeo); mientras que la posición de la izquierda, cuya presencia es más joven, es la de hacerse oír –“La Voz de la Calle en el Parlamento Europeo” es uno de sus lemas–, desafiarse a sí misma y excluirse de acuerdos importantes, fuentes de su propia Cámara de los Comunes. .
Asens admite que no ha sido una decisión fácil para la sala y que ha viajado durante las dos últimas semanas a Bruselas para reunirse con los dos grupos y poder presentar un informe durante la reunión del sábado. Me asegura que no se inclina por ninguna de las dos opciones, aunque algunas fuentes del partido afirman que es partidario del Partido Verde. «Es una decisión traumática porque tienes que elegir entre dos espacios con los que te sientes conectado, así que mi intención ahora es tender puentes entre ellos». [en referencia a las dos familias europeas de izquierdas]“, explica el eurodiputado, que también recuerda que la decisión no es irreversible y señala que en una misma candidatura nacional, es habitual que una vez elegidos los eurodiputados, algunos elijan a una familia y otros elijan a otra.
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Irene Montero de Podemos se sumará a la izquierda. Y esto también se aplica a Estrella Galán, la líder de la lista Sumar (que militaba con Izquierda Unida, los Comuns, Más Madrid, Compromís, Verdes-Equo y Chunta Aragonesista, entre otras) en la que figuraba Asens. Los diputados de EH Bildu también se integran en la izquierda, mientras que han elegido a Los Verdes ERC, el BNG o Compromís.
El portavoz de Barcelona en comú, Max Cahner, defiende que el dilema se debe al contexto político actual, que ha cambiado respecto a años atrás. Explica que Barcelona en comú decidió fijar una posición, pero sin unanimidad, y que el debate que afrontaba la Cámara de los Comunes era «complejo» y, en el caso de la coordinadora, se produjo porque la militancia lo exigía. Respecto a la decisión de que todos los concejales de Barcelona votaran por igual, sostiene que se tomó «para no sobrecargar a esta gente, para que se transfiriera el puesto de coordinador, con la legitimidad detrás». ”, insiste, recordando que la posición final del conjunto de Cataluña tampoco es unánime. Cahner prefiere no “apreciar” la discrepancia.
En el conflicto interno que vive la Cámara de los Comunes no hay que olvidar los malos resultados de las elecciones europeas y de las propias catalanas y las voces que lamentan la falta de un perfil propio o los que consideran grandes errores cometidos han pagado caro, como por ejemplo el rechazo de los presupuestos de la Generalitat, que propició las elecciones anticipadas del 12-M.
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