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El cierre de la Clínica Plató de Barcelona previsto para este verano será menor de lo anunciado. Según ha podido saber EL PAÍS, el Hospital Clínic ha cambiado de rumbo y ha confirmado este martes al Ayuntamiento de Barcelona que mantendrá operativas las urgencias de su centro adscrito en agosto. La decisión alivia la carga del sistema sanitario de la capital catalana en los meses de verano tras la reducción prevista de actividades en hospitales y centros de atención primaria (CAP).
La Clínica Plató, que pasó a manos del Clínic hace tres años, había informado hace más de un mes al Ministerio de Sanidad que en agosto cerrarían todas sus instalaciones y sólo operarían consultas oftalmológicas ambulatorias. Sin embargo, el Consorcio de Salud de Barcelona (compuesto por la Generalitat y el Ayuntamiento) intervino para al menos mantener las emergencias operativas tras conocer la información publicada en este periódico. Luego de una mediación con el hospital y el Ministerio de Salud, las autoridades sanitarias acordaron que el Servicio de Emergencias Plató funcionará como centro primario de emergencia (CUAP) con atención continua las 24 horas en agosto.
Sin presupuestos autonómicos en Cataluña, el sistema sanitario catalán se enfrenta a un proceso de contención económica tras el aumento del gasto tras la pandemia. Las pautas sanitarias son las de prudencia y ahorro. Y en este sentido, el cierre casi total de Plató fue una respuesta a una cuestión de “eficiencia”. “En años anteriores ya habíamos cerrado parcialmente la sede [de Plató] y ahora trasladaremos la actividad a Villarroel para hacerla más eficiente”, entregó la dirección del centro a sus empleados a mediados de mayo. Según el ayuntamiento, el centro aprovechará la oportunidad para realizar «próximas» obras en la Clínica Plató, que cuenta con hasta 160 camas. CC OO informó hace un mes de que la clínica tuvo que hacer un ajuste de gasto de unos 30 millones, cifra que el propio hospital no dio, aunque admitió vivir en un «contexto de contención».
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Cataluña afronta un verano de reducción de la actividad, aunque el Ministerio de Sanidad niega que se trate de recortes, como han denunciado sindicatos y expertos en las últimas semanas. El consultor Manel Balcells aseguró la semana pasada que «muy probablemente» se consigan a finales de año las mismas actividades sanitarias que en 2023.
A nivel hospitalario, el municipio cerrará una de cada cinco camas en Cataluña en agosto. De los 11.216 activados en la comunidad a lo largo del año, el Departamento de Salud tendrá activos 9.137 (81%), un saldo similar al de 2023 (82%). Las zonas con menos camas disponibles son Lleida (73%) y el área metropolitana sur (77%), que incluye el Baix Llobregat y el Barcelonès Sud. Entre junio y verano estarán operativas entre el 87% y el 96% de las camas
En el ámbito de la atención primaria, varios ambulatorios dijeron que habían recibido instrucciones de renunciar a las reposiciones previstas para el verano, pero el Instituto Catalán de la Salud, la empresa pública que gestiona la mayoría de CAP en Cataluña, defiende el impacto de los profesionales que no lo hacen Si no cumple su contrato puede prorrogarlo, aunque ya haya hecho el acuerdo correspondiente, es limitado.
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