
Carlos Fernández, el ex concejal de Marbella (Málaga), que se fugó en julio de 2006 durante la segunda fase de detenciones de la operación Malaya contra la corrupción en el municipio de la Costa del Sol, fue detenido casi 20 años después de su fuga, según confirman fuentes judiciales y policiales. El exedil, que se entregó a las autoridades argentinas hace ocho años para intentar agilizar la ejecución de los delitos por los que se había girado su orden de captura internacional, fue detenido este miércoles por la mañana y puesto a disposición de la Sala Tercera de la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia, que lo dejó en libertad horas después (con el apoyo del Ministerio Público, que ahora sólo pide una multa por el caso pendiente). Fernández fue citado a juicio el 5 de noviembre.
El exalcalde de Marbella, uno de los prófugos más destacados y conocidos de la investigación de corrupción de Marbella, fue detenido en el aeropuerto de Barajas tras llegar en un avión procedente de Argentina a las 6:55 horas, según informes policiales. Según consta en la decisión judicial, la propia defensa de Fernández había informado el 10 de octubre que el ex político se disponía a regresar a España este miércoles 29 de octubre en el vuelo AR1134 de Aerolíneas Argentina, cuyo aterrizaje estaba previsto para las 07.20 pero que, según información de Aena, se adelantó a las 06.55. Según su abogado, lo hizo para “ponerse a disposición de las autoridades judiciales de España”.
Según fuentes policiales, tras pasar el control documental, los sistemas determinaron que el sospechoso tenía una solicitud del juzgado regional y fue detenido. como progreso el confidencialLuego los funcionarios lo trasladaron a las celdas de este tribunal especial, donde horas más tarde tuvo lugar una audiencia. Según fuentes jurídicas, los fiscales han solicitado su liberación; y así lo decretaron los jueces de la Sección Tercera.
En su fallo, los jueces declararon que Fernández ahora se había puesto “voluntariamente” a disposición de la justicia. Y la audiencia del caso pendiente en este tribunal está prevista para el 5 de noviembre. Como han informado las partes, en esta audiencia se concluirá un acuerdo entre la defensa y el Ministerio de Estado, que en este caso sólo exigirá una multa después de la prescripción de los delitos castigados con pena de prisión, según fuentes anticorrupción.
Fernández, que entró en política en 1991 de la mano del fallecido Jesús Gil, perseguía una demanda judicial por hechos cometidos durante su etapa como concejal del Partido Andaluz (PA), partido del que fue segundo teniente de alcalde de Marbella. En Malasia, los fiscales lo acusaron de fraude administrativo, malversación de fondos y soborno pasivo por supuestamente recibir 150.000 euros de Juan Antonio Roca, el jefe de la conspiración corrupta. Por estos delitos se enfrentaba a entre ocho y diez años de prisión. En el momento de su fuga también estaba siendo juzgado en otros juzgados -al menos una docena- por subterfugio y delitos contra la ordenación del territorio, y ya había sido condenado a dos años y medio de prisión por malversación de fondos del club de fútbol San Pedro Alcántara.
Huyó de España cuando supo que sería demandado por el juez Miguel Ángel Torres, primer investigador del caso de corrupción de Marbella. El ex concejal aseguró en su defensa que se encontraba en el Camino de Santiago. La última pista en España se perdió en el Hotel AC de Ponferrada (León). Según los agentes, el alcalde tuvo que cruzar la frontera hacia Portugal “con pocos o ningún control aduanero” y desde allí tomar un vuelo a Brasil. Cuando Fernández llegó a América el 2 de julio de 2006, el ingreso se registró en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires.
En septiembre de 2017, Fernández se entregó a las autoridades argentinas con la intención de acelerar el proceso para que todos sus crímenes fueran declarados prescritos. Su hermano y abogado Antonio Fernández justificó esta decisión por los obstáculos que dijo haber encontrado en los juzgados de Marbella para que se pusieran fin de oficio a estos cargos. La Audiencia Nacional solicitó entonces su extradición, pero la justicia argentina la rechazó en 2022.
En agosto de 2003, Carlos Fernández participó en la moción de censura contra Julián Muñoz en el Ayuntamiento de Marbella, durante la cual un grupo de ex concejales del propio Grupo GIL entregaron el testigo a Marisol Yagüe. Desde entonces ejerció como segundo teniente de alcalde hasta que el alcalde le expulsó del equipo de gobierno en septiembre de 2005 tras acusarle de chantajear a trabajadores municipales para ayudar a financiar el partido andaluz. Fernández dimitió como concejal en diciembre de 2005 tras ser condenado a dos años de prisión y tres años de inhabilitación por malversación de fondos públicos. Los hechos ocurrieron en 1997, cuando Fernández era concejal del GIL, encabezaba la división deportiva y era presidente de la Unión Deportiva San Pedro.
