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Los datos son alarmantes. Una de cada cinco muertes anuales en todo el mundo se debe a la contaminación del aire. El transporte, que produce más del 25% de las emisiones de CO2, contribuye con el 70% de estos gases tóxicos en las carreteras. Este sector es la principal fuente de óxidos de nitrógeno y la segunda fuente más grande de monóxido de carbono y partículas. Y las zonas urbanas contribuyen con el 23% de las emisiones de CO2 procedentes del transporte. Los datos simplemente reflejan la huella que dejamos con nuestros movimientos, que impactan la salud y el medio ambiente y están influenciados por diversos factores como la demografía, el uso del suelo y la economía local. Equilibrar la calidad de vida actual, la ubicación de las empresas y las inversiones y, al mismo tiempo, reducir el tráfico en zonas sensibles y congestionadas son desafíos cruciales para el futuro.
Si bien la electromovilidad es una realidad viable tanto para los particulares como para diversos sectores como la logística y el transporte, sus avances aún no se han materializado. Para mostrar un botón. La semana pasada, el presidente ejecutivo de Seat/Cupra, Wayne Griffiths, presentó su dimisión como presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) por la «inacción del Gobierno a favor de la electrificación». Es “una llamada de atención” que hay que tener presente”, confirmó Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo. “Es cierto que se han invertido miles de millones de euros [en la electrificación de la movilidad]pero no es menos cierto que los procesos son lentos y muchas veces no se ajustan bien a las necesidades del sector privado”, afirmó Daniel Toledo, subdirector de CincoDías, durante un acto organizado por EL PAÍS y Acciona titulado Movilidad sostenible: un eje de desarrollo para España y Europa.
El desafío de transformar la movilidad es enorme. No se trata sólo de sustituir los motores de combustión interna por vehículos eléctricos, sino también de redefinir el transporte público (hacerlo accesible a todos), rediseñar las calles para dejar más espacio para otro tipo de unidades como las bicicletas y más invertir en infraestructura sostenible. Esto incluye crear una red de puntos de recarga para vehículos eléctricos, fomentando una intermodalidad que combine eficientemente diferentes medios. Esencialmente, es un replanteamiento total de cómo nos movemos. “Es necesario desarrollar y desplegar sistemas más limpios, eficientes y accesibles que minimicen los impactos ambientales y maximicen los beneficios sociales”, enfatizó Paloma Aba Garrote, directora de la Agencia Ejecutiva Europea para el Clima, Infraestructura y Medio Ambiente (Cinea), durante la reunión del evento. tendrá lugar en Madrid.
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Inversiones
Con una inversión de 2.800 millones de euros en el marco del programa Horizonte Europa, la Comisión Europea quiere apoyar el reto de la movilidad y ampliar así su compromiso con el desarrollo de nuevas tecnologías, el uso de vehículos eléctricos y sistemas de transporte respetuosos con el medio ambiente, explicó Aba Club. “Los programas de investigación, innovación e infraestructuras suponen una importante inversión en el futuro de España y de la UE”. Cinea lidera importantes iniciativas como 2Zero (Hacia un Transporte por Carretera Cero Emisiones) y CCAM (Movilidad Cooperativa, Conectada y Automatizada). un tráfico rodado libre de emisiones y mejorar la movilidad conectada y automatizada. Además, la asociación BAT4U tiene como objetivo construir una cadena de valor sostenible para las baterías de movilidad eléctrica.
Como parte de la misión de ciudades inteligentes y neutras en carbono, Cinea también apoya proyectos como Civitas que demuestran soluciones de movilidad urbana sostenible. En Madrid, el proyecto europeo Civitas Scale Up está implementando algunas medidas como estaciones de carga bidireccionales para vehículos eléctricos y cargadores en aparcamientos subterráneos. «Al apoyar el desarrollo de sistemas de transporte europeos más limpios, más eficientes y más accesibles, podemos crear una sociedad más saludable», afirmó Aba Garrote. Si bien el vehículo eléctrico es una parte importante de la solución, los expertos señalaron que no es la única.
Se requiere una combinación de diferentes medios de transporte como transporte público, bicicletas y coche compartido. Pero es la electrificación de unidades privadas lo que está impulsando gran parte del debate en la industria. Principalmente por las ayudas que recibe, como el programa Moves III, que vence el 31 de julio. “El programa Moves III [con un presupuesto de 1.200 millones de euros] “Sigue aplicándose a quienes se plantean adquirir un vehículo eléctrico”, afirma Joan Groizard Payeras, director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que lidera el proyecto. “Es obvio que la apuesta [del Gobierno] porque el vehículo eléctrico es fundamental desde 2018 y está garantizado por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética”, enfatizó. Sin embargo, según Groizard Payeras, la cuestión de la movilidad sostenible en España es objeto de un debate constante y a menudo polarizado en el ámbito político.
“A lo largo de décadas hemos visto que las decisiones políticas han contradicho criterios técnicos básicos para la movilidad sostenible. Es frustrante ver cómo se devuelven o rechazan los fondos europeos por decisiones que no parecen desde un punto de vista técnico eficientes o eficaces para el desplazamiento urbano”, subrayó. La movilidad es una preocupación creciente. Y muchas veces se toman decisiones no sólo para ganar o conservar el poder, sino también para revertir políticas anteriores, sin tener en cuenta el interés general, afirmó Álvaro Fernández Heredia, secretario general de Movilidad Sostenible. Un claro ejemplo es la polémica en torno a Madrid Central, explicó Fernández Heredia, donde hubo promesas electorales de suprimirlo, que luego se tradujeron en cambios de nombre y ampliación de la zona. «Hoy es 21 veces mayor». Este tipo de inconsistencias no sólo genera confusión entre los ciudadanos sobre decisiones como la compra de vehículos eléctricos, sino que también afecta negativamente a las inversiones empresariales, añadió Cristina Martínez, directora financiera de la división de Movilidad de Acciona.
“La seguridad jurídica es crucial para el desarrollo de tecnologías sostenibles y nuevas industrias, porque las empresas necesitan un entorno estable para invertir a largo plazo y crear empleo”, enfatizó Martínez. Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo y Promoción de la Electromovilidad (Aedive), mencionó que la planificación estratégica de largo plazo choca con cambios abruptos en la política y la polarización, ya que impactan negativamente en la competitividad y en las inversiones para sostenerse. la industria española a la vanguardia de un mercado global en evolución. “Los industriales no queremos estar en constante cambio”. Sin embargo, el experto confía en que la movilidad en España será descarbonizada, energéticamente eficiente y universal en la próxima década.
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