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Para poder defendernos adecuadamente de cualquier patógeno que pueda invadir nuestro organismo, las células del sistema inmunológico deben estar en constante movimiento para que puedan realizar vigilancia incluso en los lugares más recónditos de nuestro cuerpo. Las células de la inmunidad no específica (incluidos granulocitos, macrófagos, células dendríticas, células NK y mastocitos) están muy dispersas, pero las células de la inmunidad específica se encuentran principalmente en los órganos inmunitarios secundarios, donde producen la presentación del antígeno y la estimulación de los linfocitos que pueden reconocerlo.
La naturaleza dispersa del sistema inmunológico plantea tres incógnitas interesantes que son muy difíciles de descifrar: cuántas células inmunes tenemos, exactamente cuántas tenemos en cada órgano y cuál es su peso total.
Un interesante estudio publicado recientemente intenta responder a estas preguntas. Dado que es completamente imposible contar las células individualmente, los autores utilizaron una estrategia triple.
En primer lugar, realizaron una revisión bibliográfica exhaustiva y recopilaron todos los datos disponibles sobre la presencia de células inmunitarias en los tejidos. En concreto, intentaron registrar no sólo datos histológicos sino también las diferentes densidades celulares, es decir, el número de células por gramo de tejido.
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En segundo lugar, utilizaron imágenes celulares multicanal, una nueva tecnología que permite la identificación simultánea de muchos biomarcadores. Esto permite la detección de tejidos complejos y fenotipos celulares.
Y en tercer lugar, utilizaron deconvolución basada en patrones de metilación. Aunque el nombre pueda parecer extraño, el despliegue celular implica el uso de técnicas computacionales para estimar la proporción de células presentes en un tejido determinado. Dado que cada célula tiene un patrón de metilación característico, la combinación de ambas técnicas permite identificar las diferentes subpoblaciones celulares presentes en una muestra.
Miles de millones de células
El uso y la validación cruzada de estas tres técnicas permitió a los autores concluir que una persona prototípica -es decir, un hombre de entre 20 y 30 años, 176 centímetros de altura y 73 kilos de peso- tiene un total de 1,8 x 10¹² células. Son casi dos mil millones (1.800 millones según la nomenclatura española) de células. Hay muchos de estos, especialmente si se tiene en cuenta que el tejido muscular y graso constituye el 75% de la masa corporal total, pero como células muy grandes sólo representan el 0,2% de todas las células de nuestro cuerpo.
La mayoría de las células inmunitarias se encuentran en dos lugares: la médula ósea y el tejido linfático. La médula ósea contiene el 40% de este astronómico número total de células: el 80% son neutrófilos. El 39% de las células inmunes se localizan en el tejido linfático, predominando claramente los linfocitos. La piel, los pulmones y el tracto gastrointestinal contienen cada uno un modesto 3% del total.
Los macrófagos, poco representados en muchos tejidos, se acumulan en el hígado, donde constituyen el 70% de las células inmunitarias de este órgano. Aquí es también donde se encuentran el 30% de todas las células NK. Se puede deducir que el hígado juega un papel importante en la respuesta inmune, especialmente en lo que respecta a la eliminación de antígenos que han invadido el tracto digestivo.
mas de un kilo
El estudio ofrece algunos hallazgos sorprendentes. Por ejemplo, si el sistema inmunológico fuera un órgano sólido, pesaría 1,2 kilos. Es decir, tendría casi el mismo peso que el hígado, que se considera el órgano más grande y pesado.
De esos 1,2 kilos, los macrófagos, que constituyen sólo el 15% del total de células inmunitarias, pesarían 600 gramos. Y las células dendríticas, aún más raras, pesarían otros 100 gramos más. ¿Porque? Pues por el tamaño de estos dos tipos de células, que contrasta con el tamaño de los linfocitos pequeños, que, a pesar de su elevado número, sólo sumarían menos de 200 gramos. La más relevante es la masa de células inmunes contenidas en la médula ósea y el tejido linfoide (30% y 27% del total, respectivamente).
La mayor sorpresa, sin embargo, se refiere al tracto gastrointestinal. Contrariamente a lo que se cree, aquí sólo se encuentra el 3% del total de las células inmunitarias, mucho menos de lo esperado. Y también sorprende que alrededor del 70% del total de células plasmáticas que producen anticuerpos se acumulen en el tracto digestivo.
ver en el futuro
Este estudio es relevante porque combina varios enfoques para resolver problemas que no permiten un abordaje directo y que pueden ser de interés para determinar el número de células pertenecientes a otros linajes.
Más importante aún, al proporcionarnos una distribución global de las células del sistema inmunológico, puede ayudarnos a comprender mejor su organización global y así aprender cómo modularla para desarrollar terapias innovadoras.
Ignacio J. Molina Pineda de las Infantas, Catedrático de Inmunología, Centro de Investigaciones Biomédicas, Universidad de Granada.
Este artículo fue publicado originalmente en La conversación.
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