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Si alguien pregunta por Daniel Abreu (La Matanza de Acentejo, Tenerife, 46 años) en el oficio de la danza encontrará un puñado de los mejores adjetivos. Suelen utilizar términos como profesionalismo y talento; La poesía también aparece a nivel interpretativo. Y en el umbral de 20 años al frente de su conjunto y con más de sesenta producciones publicadas, para su grupo o para otros, es fácil entender este reconocimiento: verlo bailar es tener la certeza de estar con el ser. en presencia de alguien que nació para hacer lo que quiere. “No sé hacer nada más”, suele responder la bailarina y coreógrafa, también licenciada en psicología.
Como no suele haber pausa entre ambos en sus obras, la obra, que se estrena este viernes en Madrid, vuelve a recorrer los caminos del amor. Sin romanticismo, arquetipos ni clichés. “Sólo el reflejo de la danza de lo que nos conecta”, subraya. Se llama VAV, sexta letra del alfabeto hebreo, que simboliza una conexión, una conjunción. Y este significado sigue un camino determinado. Dálet (DA), trabajos anteriores publicados a finales de 2022 relacionados con la cuarta letra del mismo alfabeto. “Me gusta titular las obras con una palabra polisémica para que cada espectador pueda sacar una idea de ellas”.
No es lo único que a Abreu le gusta ofrecer al público; También está la vigencia de cada mundo al que uno viaja después de ver sus producciones. “Un artista es un vehículo para su trabajo. Una vez terminado, pertenece a otros en una o más maneras.» Entonces, si alguien se le acerca y le dice que no sabe si entendió lo que vio, pero le gustó, eso es para el Creador importante. Esto supone no seguir los patrones clásicos de la narración escénica (“la historia me aburre”), sino crear imágenes que encuentran su gran fuerza en lo poético y onírico así como en la gran exigencia y técnica de los intérpretes teatrales con los que trabaja. . En VAV Serán cinco bailarines y posiblemente él también. “Aún no he decidido si voy a subir al escenario”, explica en el momento de esta entrevista, en la que hipnotiza al personal improvisando movimientos para posar para el fotógrafo de EL PAÍS y sus calcetines rojos arrancan porque se lo pidieron.

Sin embargo, si crees que uno de los artistas más conocidos del país, ganador del Premio Nacional de Danza 2014 en la categoría Creativa y con unos Maxes en su haber, va a sobresalir, eso no es del todo cierto. Explique esto con, por ejemplo Dalet (Da) Sólo ha visitado siete salas desde su estreno el año pasado. “Por muy buena o mala que sea una obra, siento que estamos en manos de uno vestíbulo por programadores que deciden si eres tendencia o no y por tanto si tu trabajo es visto o no. Si bien hace años había una falta de enfoque en la danza, hoy en día hay un exceso de algunos aspectos de la programación que tienen que ver con si encajas en un determinado movimiento. Esto priva a los artistas de la oportunidad de interactuar con un público sensible a nuestras obras». «Me gustaría que lo que haces fuera más importante», continúa, «pero ese no es el caso: lo que otras personas piensan es más importante». Decir que no estamos hablando de cultura, que en última instancia promueve los valores humanos, sino de empresas con ideas muy estrechas. Es frustrante seguir insistiendo en un trabajo en el que unas pocas personas deciden si puedes seguir comiendo o no, y no siempre según criterios válidos”.
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Más allá de la contradicción que surge entre el reconocimiento otorgado y la falta de funcionalidades (“Algunos programadores me dicen que les encantó mi trabajo pero no es para su audiencia porque demuestra un poder al que no deberían pertenecer, y que subestiman al público”). audiencia «), la actividad creativa de Abreu suele ser abundante, lo que seguramente se debe a la imposibilidad de no interpretar a alguien que está destinado a algo así. Además de VAV (en los Teatros del Canal del 3 al 5 de noviembre) el coreógrafo canario celebró su estreno hace unos días en el Festival Estación Alta de Girona La razón. De leona a invencible, Codirigido, coreografiado y bailado con el flamenco Olga Pericet, que también se estrenará en Canal el próximo mes de enero. “Creo que Blanca Li [directora de estos teatros] “Por fin se ha abierto este espacio a la gran diversidad de estilos y propuestas que existen en la danza, mezclando carreras y artistas y poniendo un teatro al servicio de la población en muchos niveles”, añade.
El estreno de canario, un encargo creado junto a la cantante Olga Cerpa y el grupo Mestisay, que se presentará el 17 de noviembre en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, completa la programación actual de Daniel Abreu, al que suele verse coleccionando tras una actuación. el material junto con los técnicos. “Me gusta, es una forma de volver a la vida real después de bailar. Recoge ropa y otras cosas del escenario. Hay un poco de ritual en ello”, concluye el creador comprometido y sin la más mínima alma de estrella.

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