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Decenas de jóvenes hacen fila cerca de la presa de Santa Catalina en La Habana. Se han anunciado actividades para la inauguración de verano el próximo 8 de junio en La Finca de los Monos. Se puede sentir el revuelo en los videos compartidos por varios usuarios en las redes sociales. La gente corre de un lugar a otro. Ellos gritan. Hubo discusiones entre varias personas. Un grupo de mujeres se tiran del pelo unas a otras. Lo que prometía ser un sábado lleno de relax acabó con una orquesta repleta de éxitos. Se puede ver a algunos jóvenes con machetes y cuchillos. Hay heridos tirados en el suelo. En algún momento llega la policía. Hay informes de varias muertes y heridos. El gobierno niega su responsabilidad y niega que haya muerto alguien. La turbulenta batalla en la Finca de los Monos, de la que incluso habló la prensa estatal cubana a pesar de que la norma guarda silencio ante tales hechos, ha reavivado el debate sobre la violencia que muchos creen que se ha estado dando en las calles últimamente en Cuba.
La prensa independiente publica cada vez más titulares sobre robos a mano armada, asesinatos y peleas callejeras. Sobre un joven del municipio de Campechuela, al oriente del país, cuyo cuerpo destrozado fue encontrado por sus propios familiares y amigos debido a la «incompetencia» de la policía, se dice en Facebook. Los dos jóvenes que planearon el asesinato de un hombre en Camagüey para robarle su triciclo eléctrico. Cadena perpetua para un ciudadano cubano por asesinar a un granjero para robarle su ganado. Se registra un muerto y varios heridos durante un concierto del cantante Jerry La Bandera. Y otra.
En medio de la crisis económica que vive Cuba, la peor de su historia, también ha aumentado la percepción de violencia, según afirma el economista cubano Carmelo Mesa-Lago en una entrevista reciente con EL PAÍS. “Es muy difícil acceder a estadísticas y tener un referente estadístico que muestre que la delincuencia ha aumentado. Ahora no se puede negar que no sólo se percibe el aumento de la delincuencia, sino también el tipo de violencia”, afirma el abogado defensor Nelson González, quien trabaja en la justicia cubana desde hace más de 30 años. “Algunos dirán que siempre ha habido robos con violencia, asesinatos, homicidios u otras formas de delitos violentos, pero hoy vemos estas expresiones con más frecuencia. Las cosas están empeorando en el país”. “Un deterioro del sistema de valores, una crisis económica que afecta a todos los ámbitos de la vida”.
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Uno de los logros de los que siempre alardeó la Revolución Cubana fue la seguridad social. Una vez, en un acto dedicado al 45 aniversario del Ministerio del Interior (MININT), Fidel Castro aseguró que “Cuba es el país más seguro del mundo”, lo que repitió varias veces en muchos de sus discursos. Varios Clasificaciones Los Mundiales siguen haciendo de Cuba uno de los países más seguros. La plataforma Numbeo asegura que la isla tiene la tasa de criminalidad más baja de la región, junto a Panamá y Canadá. A principios de año, la politóloga española Arantxa Tirado afirmó en El comentario de la politóloga provocó reacciones entre los usuarios cubanos, alimentando el debate sobre el sentimiento de inseguridad que quizás se vive por primera vez de forma colectiva en el país.
Los resultados de una encuesta digital de la plataforma Cubadata, que midió la inseguridad de los ciudadanos en la Isla, muestran que el 61% de los encuestados reportó haber sido víctima de algún tipo de violencia o delito en Cuba en 2022. De este grupo, sólo el 14,6% dijo haber denunciado el incidente a las autoridades del país.
Sin embargo, la postura del gobierno cubano no es sólo permanecer en silencio, sino negar que realmente haya un aumento de la violencia. Hace unos días, el presidente Miguel Díaz-Canel dijo que en Cuba “no hubo desaparecidos ni asesinatos”. En marzo pasado, un funcionario de la Fiscalía de la República aseguró que la criminalidad no estaba aumentando, pero que la paulatina apertura de Internet y el acceso de más cubanos a las redes sociales «incrementó la visibilidad» de este tipo de eventos. que hasta ahora han permanecido ocultos y son “espacios en los que también se distorsionan los acontecimientos”.
En medio de esta situación, el gobierno suele negar públicamente el aumento de la violencia en el país y culpa a la prensa independiente o a las supuestas campañas de opositores a la revolución de difundir este tipo de noticias. Beatriz de la Peña La O, jefa del departamento de investigación criminal, dijo en un programa gubernamental que sólo el 9% de los delitos cometidos en Cuba fueron violentos. Precisó además que sólo el 1% fueron homicidios y el 3% asesinatos, de los cuales el 89% se debieron a problemas personales y el 11% se cometieron con fines de lucro. Son cifras que no pueden verificarse debido a la falta de transparencia con la que el gobierno cubano gestiona y publica sus datos. “En términos de número, cantidad y secuencia, no hay mayor número de asesinatos”, afirmó el funcionario, quien también vinculó el acceso a internet con la percepción de un aumento de la violencia.
Ante la falta de espacios estatales para visibilizar este tipo de crímenes y una respuesta muchas veces ineficaz de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) o el Ministerio del Interior, los cubanos han creado grupos en las redes sociales para denunciar los crímenes. En Cuba, independientes del Estado, los observatorios de género también se han dado a la tarea de llevar un registro de víctimas de violencia feminicida, algo que las autoridades suelen ocultar pero que recientemente ha causado preocupación. En 2023 se registraron en Cuba 89 feminicidios, casi el triple que en los dos años anteriores. Según el Observatorio de Género Alas Tensas (OGAT) y el Observatorio de Feminicidios en Cuba Yo Sí te Creo (YSTCC), en lo que va de 2024 suman un total de 23 víctimas confirmadas de feminicidio. Incluso en medio de este panorama, que supera las cifras de feminicidios de países con mayor población como España (22 mujeres en 2023, según el Ministerio de Igualdad), el gobierno cubano no sólo no aprueba la cacareada ley integral Contra la violencia, no se menciona explícitamente la discriminación de las mujeres por parte de los activistas ni se oculta el número de mujeres asesinadas por parejas o exparejas, pero Díaz-Canel ha insistido en que el feminicidio es “una construcción mediática completamente ajena a la realidad cubana”.
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