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El año 2022 fue particularmente negro en términos de lesiones relacionadas con el trabajo: según el Departamento de Trabajo, hubo 653.510 lesiones relacionadas con el trabajo con licencia por enfermedad y 564.701 sin licencia por enfermedad. Entre las múltiples causas de estos accidentes de trabajo, una es particularmente controvertida: el estrés. Es común que las disputas sobre si el estrés, la ansiedad u otras condiciones relacionadas con la salud mental se consideren una lesión laboral terminen en los tribunales. Si bien existe consenso en que el estrés no es una enfermedad profesional al no estar incluido como tal en la lista de valoración del Real Decreto 1299/2006, la cuestión de si un accidente de trabajo lo es o no no puede responderse en términos generales y debe analizarse caso por caso.
Los expertos encuestados coinciden en que, para calificar el estrés como accidente de trabajo, es absolutamente necesario acreditar que la enfermedad mental o emocional concreta es debida exclusivamente al trabajo. En cada caso, según indica Sara Olabarría, asociada sénior de Abdón Pedrajas Littler, para decidir si existe o no ese nexo de causalidad, el juez valorará los síntomas y el diagnóstico pericial, la duración de la baja, los antecedentes psicológicos y psiquiátricos del trabajador y su contexto laboral. Tras examinar estos criterios objetivos básicos, añade Jorge Sarazá, socio del área de trabajo de Ceca Magán Abogados, es necesario analizar si el trabajo fue la única causa. “Con independencia de que existieran o no otras circunstancias generadoras de estrés, de que la empresa dispusiera de medidas de prevención y riesgos laborales para reducir o minimizar el estrés, y de que existieran o no otros factores ajenos al trabajo que propiciaran su aparición”, explica el abogado.
Precisamente fue la falta de conjunción de otros elementos desencadenantes, como una personalidad más propensa a la enfermedad, lo que provocó que la angustia de una enfermera ante las amenazas de la familia de un paciente fuera calificada como accidente de trabajo por el Tribunal Supremo de Castilla y León (TSJ). La sentencia de julio de 2021 afirma: «Puede ser relevante como elemento indicativo para determinar si el trastorno del estado de ánimo se habría producido en la mayoría de las personas en la misma situación laboral».
procesos anteriores
La falta de juicios previos de incapacidad temporal por ansiedad y una aparente vinculación entre los síntomas y el conflicto laboral fueron factores clave en la reciente sentencia del Tribunal Supremo de Cantabria que considera accidente de trabajo el trastorno de estrés postraumático de una trabajadora como consecuencia del acoso de sus compañeros. El oficinista era un oficial de un grupo de siete trabajadores, todos hombres, que se dirigieron a ella como «la rubia» o «la oficial», y uno de ellos fingió golpearla con una apisonadora.
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Por el contrario, el TSJ de Murcia descartó en 2004 el “síndrome del trabajador quemado” (Consumirse) fue un accidente de trabajo en el que no se pudo demostrar la relación causa-efecto entre el trabajo y la enfermedad dado el historial de depresión del trabajador y en un contexto laboral en el que no se observaron tensiones particulares. Reconocer la enfermedad como una lesión ocupacional y no como una enfermedad o evento general hace una diferencia importante. “El hecho de que se trate de un accidente de trabajo mejora significativamente el nivel económico de las prestaciones de seguridad social que conlleva esta situación, además de crear obligaciones financieras adicionales, como una posible indemnización a la empresa por daños y perjuicios”, explica Álvaro San Martín, Abogado Laboralista del Estudio Casadeley.
Es decir, si el empleador no proporciona a los trabajadores una protección adecuada y eficaz para prevenir o resolver situaciones que puedan derivar en estrés laboral, pueden ser demandados por el trabajador enfermo, quien deberá ser indemnizado por los daños causados. Además, añade San Martín, si el accidente de trabajo se debe a un incumplimiento de las obligaciones de prevención de riesgos laborales, la seguridad social podría sancionar a la empresa pagando un recargo en las prestaciones de la seguridad social o incluso abonándolas en su totalidad.
Sin embargo, Olabarría señala que debe existir un incumplimiento negligente por parte del empleador para que el trabajador tenga derecho a una indemnización. Este es el sentido en el que se pronunció el TSJ de Cataluña en abril de 2022, cuando negó la responsabilidad de la empresa en un accidente de trabajo relacionado con el estrés porque el trabajador solo fue informado del problema cuando ya era demasiado tarde para abordarlo.
Cabe agregar que es posible que más de un responsable esté obligado a indemnizar al trabajador que sufre un accidente de trabajo relacionado con el estrés. Por ejemplo, un juzgado de Barcelona ordenó recientemente a la Generalitat de Catalunya y al Ministerio de Justicia el pago de una indemnización de 46.500 euros a una funcionaria por el estrés laboral en el que se vio envuelta durante años en una situación de conflicto muy larga por el enfrentamiento entre el juez y el abogado de la administración judicial. En este caso, el trabajador compartía centro de trabajo con empleados del Ministerio de Justicia, por lo que ambas administraciones públicas (Generalitat de Catalunya y Ministerio de Justicia) estaban obligadas a coordinar las medidas de prevención de riesgos, incluidos los psicosociales.
Asimismo, advierte Sarazá, “si se identifica a un trabajador como causante directo de la enfermedad que provocó el accidente de trabajo, podría ser demandado junto con la empresa.” El experto agrega que en estos casos siempre tiene sentido demandar también a la compañía aseguradora del empleador para determinar si el accidente de trabajo está cubierto por un seguro o no.
derechos de los herederos
Los herederos de una persona fallecida a consecuencia de un accidente de trabajo tienen una serie de derechos y diferentes formas de hacer valer sus responsabilidades. En primer lugar, Álvaro San Martín, socio del estudio de abogados Casadeley, enumera las prestaciones por fallecimiento y sobrevivencia (como la pensión de viudedad o de orfandad) como un pago único, cuyo monto depende del beneficiario específico. En segundo lugar, si el empleador es declarado culpable de no tomar precauciones de seguridad, puede imponer un recargo del 30 % al 50 % sobre los beneficios del Seguro Social, según la gravedad de la infracción. Finalmente, tienen derecho a reclamar una indemnización por los daños y perjuicios causados por el accidente de trabajo.
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