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Cada vez hay más armas en Naturgy. IFM, con un 15% del capital, quiere reivindicarse como parte de la solución para la compañía gasista después de que Taqa rompiera las negociaciones con Criteria sobre una oferta pública de adquisición conjunta sobre la empresa. El fondo australiano pretende sustituir a los emiratíes y explorar un acuerdo amistoso con el holding catalán para controlar conjuntamente la empresa. Esta actitud, según fuentes conocedoras, contradice los intereses de Criteria, que, dadas las desavenencias históricas entre ambos accionistas, se muestra cautelosa y deja inmediatamente en suspenso esta solución.
Las relaciones entre IFM y el conglomerado liderado por Isidro Fainé fueron tensas desde el principio. El accionista inicial de Naturgy con un 26,7% se mostró sorprendido por la oferta pública de adquisición del fondo australiano en 2021. Fue lamentable en su momento conocer la medida apenas unas horas antes del anuncio oficial, y durante el proceso de aprobación de la adquisición, la empresa compró acciones en el mercado, lo que dificultó a IFM alcanzar el objetivo mínimo del 17%. Inicialmente se mantuvo en el 10%, pero lo amplió al 15% que controla actualmente.
Después de estas hostilidades iniciales, las tensiones entre los dos accionistas han disminuido. Sobre el papel, Criteria e IFM son animales similares: ambos son inversores tranquilos y apuntan a inversiones a muy largo plazo. Como socios de la gasista, también tienen un problema común: los intentos de los otros dos accionistas de referencia (los fondos GIP y CVC, cada uno con un 20%) de vender sus acciones. Sin embargo, sus soluciones son completamente diferentes.
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Criteria ha estado explorando una opa con la eléctrica emiratí Taqa para sustituir conjuntamente estos dos fondos, distribuir capital y asegurar su futuro. Las conversaciones estallaron esta semana, devolviendo a Naturgy el primer puesto. En este contexto, IFM quiere ofrecerse como solución. Fuentes financieras aseguran que en los últimos meses, mientras Criteria negociaba con Taqa, los australianos han estado explorando la posibilidad de desarrollar su propia propuesta, considerando incluso ofertas de grupos industriales europeos para plantear su propia opa conjunta.
Sin embargo, el fondo controlado por Jaime Siles se ha topado con un muro. Se trata de la negativa de los bancos financieros potenciales a financiar un movimiento que no cuente con la aprobación de Fainé. Así que la idea es hacer un tratado de paz con Criteria para establecer un núcleo de interés sólido entre ambos que dé estabilidad a la empresa.
Criteria niega haber recibido una solicitud de IFM. Fuentes financieras rechazan esta solución, señalando que la confianza entre ambos nunca llegó a buen término. La calma que existía entre las partes se hizo añicos en la última asamblea general de este año. En él, IFM cambió la dirección de su voto sobre el informe de remuneración de la junta de apoyo a abstención. Aunque se trataba de una votación de carácter meramente consultivo, habría afectado profundamente al presidente de la compañía, Francisco Reynés, ya que Criteria también se había abstenido el año anterior y ambas votaciones juntas dejaban el apoyo al consejo por debajo del 50%. El primer accionista también decidió cambiar su voto y apoyar los salarios de la dirigencia.
El problema para Criteria es que tras el colapso de la operación Gemini (que proponía dividir la compañía en activos cotizados y liberalizados) y el nombramiento de un consejero delegado, Naturgy ya no tiene muchas opciones sobre la mesa. Se puede buscar un nuevo aliado con perfil industrial para sustituir el papel que se suponía debía desempeñar Taqa. Después de meses de cantos de sirena por parte de CVC y GIP para vender sus acciones, no parece que haya muchos más inversores dispuestos a saltar a la empresa. También pueden presionar para que estos dos fondos coticen sus valores en algún tipo de IPO secundaria, pero esto probablemente resultaría en un descuento y podría no impedir que IFM aproveche la oportunidad de comprar acciones.
Además, debido al carácter estratégico de la empresa, cualquier movimiento debe ser aprobado por el gobierno. La vicepresidenta tercera y posible comisaria europea de Energía, Teresa Ribera, vetó la separación de la empresa. Cualquier adquisición, incluida Taqa, requiere la aprobación del ejecutivo en aplicación del escudo antiopa.
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