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El culebrón de los conservadores franceses, divididos entre los partidarios de un acuerdo con la extrema derecha y los que se oponen a este paso, dio un nuevo giro este viernes. Un tribunal de París anuló esta semana la decisión del Politburó republicano (LR) de expulsar a su presidente Éric Ciotti. El motivo de la expulsión fue que Ciotti, a espaldas del partido, había pactado una alianza electoral con el Reagrupamiento Nacional (RN), formación de extrema derecha liderada por Marine Le Pen.
Ciotti recurrió el miércoles a la justicia tras su expulsión, que, a la espera de evaluar el fondo del asunto, decidió levantar temporalmente la medida y restituir al líder rebelde en su cargo. El acuerdo de presentar alianzas conjuntas con la RN en las elecciones parlamentarias del 30 de junio y 7 de julio indignó a los barones, a los senadores y a casi todos los diputados. Creían que un acuerdo con la extrema derecha representaba una traición a los principios y la historia del partido.
La expulsión de Ciotti, que fue retransmitida prácticamente en directo por televisión, contó con escenas grotescas, como la del presidente depuesto encerrado en su despacho o la lucha en las redes sociales de partidarios de ambos bandos por el control de la marca LR. El resultado es que hoy no tiene claro quién habla en nombre del partido. La decisión judicial causa aún más confusión. Todo esto sucede unas horas antes de la fecha límite de solicitud de este domingo.
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Bajo diversas siglas como UMP o RPR, este partido gobernó Francia durante gran parte del último medio siglo. Siempre ha afirmado ser heredero del legado del general De Gaulle, líder de la Francia Libre durante la ocupación nazi y fundador de la Quinta República. Otro presidente de la misma familia política, Jacques Chirac, tomó medidas enérgicas contra la extrema derecha, incluso a nivel de la UE, cuando el partido de Jörg Haider llegó al poder en Austria en 2000 como socio de un gobierno de coalición. En las elecciones presidenciales de 2002, contrariamente a la costumbre, se negó a debatir con el ultracandidato Jean-Marie Le Pen.
Hace tiempo que se aflojó el cordón sanitario. El presidente Nicolas Sarkozy se acercó a algunas posiciones del entonces Frente Nacional y logró derrotarlo y reducir su apoyo electoral. En la práctica, los votantes que cambian fácilmente entre LR y RN ya se han saltado el cordón. Incluso los dirigentes que votaron a favor de la expulsión de Ciotti, como el eurodiputado François-Xavier Bellamy, reconocen que en una segunda vuelta entre la izquierda y el RN votarían por este último partido. Están en contra de aliarse formalmente con la extrema derecha, pero no en contra de votar por ella como el mal menor.
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