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El pleno del Parlamento catalán reflejará, como antes de 2015, una distribución en línea con los ejes derecha e izquierda y ninguna división entre independientes y no independentistas. A partir de las peticiones de los grupos parlamentarios, la comisión ejecutiva de la cámara elaboró una propuesta que, salvo cambio de última hora, se mantendrá durante lo que resta de legislatura. El Parlamento tiene previsto celebrar su sesión constitucional el próximo lunes 10 de junio, apenas un día después de las elecciones europeas. Los distintos partidos esperan que el acuerdo sobre la composición del órgano de gobierno se alcance pocas horas antes del inicio del pleno, previsto para las 16.00 horas.
El reparto por bloques a favor y en contra de la independencia se visualizaba desde 2015, cuando ganó las elecciones la lista Junts pel Sí formada por Convergència y ERC. Fuentes del Parlament afirman que Junts finalmente aceptó este reparto para poder ocupar un lugar destacado en el hemiciclo y no quedar relegado a un lugar más discreto detrás de los escaños del PSC. El acuerdo sobre el sorteo sólo se aplica a la primera sesión de la legislatura y, por tanto, está sujeto a cambios, aunque la tradición parlamentaria sugiere que no suele haber desviaciones de este primer esquema.
El dibujo utilizado por los distintos grupos sugiere que los diputados socialistas (42) ocuparon las primeras filas del flanco izquierdo (pasaron a la derecha), seguidos de los de ERC (20), los ordinarios (6) y los de la COPA (4). En el lateral derecho estarán Junts (35) que ocuparán las filas donde antes se ubicaba Convergència; los parlamentarios del PP (15) y los de la extrema derecha de Vox (11) y Aliança Catalana (2).
Las normas del Parlamento permiten que el partido ganador elija su escaño y, de acuerdo con esta condición, el PSC ha elegido el ala izquierda de la cámara, mientras que ocupa dos escaños en la última fila del bloque de derechas. Fuentes de Junts afirman que los socialistas han cedido dos de sus escaños a ERC y la CUP, dejando todo su bloque formado por diputados de izquierda. Junts se ha negado a asumir la responsabilidad de destruir la imagen independentista en el Parlamento, afirmando que finalmente prevaleció un pacto entre las tres fuerzas de izquierda.
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Los independentistas están negociando la creación de una mesa que califican de “antirepresiva” y donde quieren sumarse a la comunidad. Curiosamente la propuesta coincidió con la aprobación de la ley de amnistía. El pacto de mesa eliminaría a los socialistas, que perderían el control del organismo. El PSC es partidario de que todos los grupos elijan sus propios candidatos, lo que daría como resultado esta composición: PSC (3), Junts (2), ERC (1) y PP (1). Los diputados han avisado al PSC de que con los resultados en la mano tienen un asiento en la mesa y no piensan renunciar a él.
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