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Vuelve la Semana Internacional de Programadores, el espacio de creación contemporánea del Festival de Montaña Alta. El Festival de Artes Escénicas de Girona y Salt acogerá desde hoy, de jueves a domingo, nueve representaciones de teatro contemporáneo y producciones artísticas de artistas nacionales e internacionales, entre las que se incluye el estreno internacional de Vudú (3318) Blixen de Angélica Liddell, la presentación en España de La Escelta de Roger Bernat y los últimos montajes de Rodrigo García y Marina Otero.
La Estación Alta es el puente entre el escenario internacional y el catalán. El festival celebra este año su 32ª edición con casi un centenar de actuaciones en nueve ciudades catalanas del 30 de septiembre al 10 de diciembre. Para acercar al público catalán las últimas propuestas de la creación contemporánea, el Teatro de la Sal será testigo de cómo Angélica Liddell vende su alma al diablo. Vudú (3318) Blixen Se presentará por primera vez fuera de Argentina los días 18 y 19 de noviembre. Durante seis horas, Liddell escenificará su propio funeral, con una producción en la que transforma en arte sus sentimientos más profundos, desde el desamor y la crudeza que la caracterizan.
Para Roger Bernat, cuestionar la capacidad de renovación del teatro es «un ataque a la humanidad, como preguntarse si puede nacer una persona nueva, diferente de las demás», explica. La producción italiana surge de la intención de ir más allá del texto lírico La Escelta una obra en la que el público asume el papel de programador teatral y se enfrenta al difícil proceso de selección de la obra.
Bernat reflexiona sobre si programar un festival está dentro del ámbito de lo que se considera “hacer cultura” y desvela las particularidades de uno de los momentos más enigmáticos del teatro. “Cuando terminas tu trabajo, quedas tan enamorado de él que no entiendes por qué no lo muestran en los mejores festivales. Por eso viajé por teatros y festivales italianos para ver de primera mano el proceso de selección”, admite.
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La Escelta dramatiza la frustración y dificultad en los procesos de consulta hacia los festivales, en un texto que el público interpretará para finalmente elegir (libremente) una de las nueve piezas propuestas. Bernat eligió al público como reparto para reforzar la obra, a partir de la incertidumbre, la fragilidad y la duda propias de quien se enfrenta por primera vez a un texto sin ensayo. “Cada noche hay actores increíbles frente al escenario con bocas y cuerpos que merecen ser utilizados. Reducirlos a ojos abiertos me parece una falta de respeto”, afirma tajante.
El autor explica que su tarea es “jugar” con la relación del espectador con el escenario, desde el hombre que lee un texto que no está en su lengua materna hasta el actor que acude a la obra y prosodia el espectáculo “Está en lo físico”. experiencia del espectador”, dice.
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Mientras Bernat cambia de actores para el público, Rodrigo García prueba un nuevo reparto de caras jóvenes Cristo está en Tinder, la obra que se estrena el jueves en El Canal, en el Centre d’Arts Cèniques de Salt y en Girona. Con una puesta en escena compuesta por un guitarrista y tres performers, el argentino cuestiona las interacciones humanas en la era de las redes sociales de la sorpresa y la ironía. “Me cautiva la estupidez de la sociedad actual. Siempre fuimos estúpidos, pero las tonterías que antes se quedaban en la ciudad ahora se comparten con el mundo”, admite.
Con texto, música en vivo, movimiento y proyecciones, Cristo está en Tinder refleja la preocupación del artista por la sociedad digital y la vida en el mundo de los «zombis con móviles», en una pieza ligera de «momentos tontos», abstracción y oscuridad para escapar de la seriedad y dar paso a lo físico. “Estaba cansado de las duras críticas, quería comunicar de forma banal, los textos no pretenden ser importantes, pero espero que el sentimiento que la obra evoca en el espectador sea importante”, explica García.
El estreno de tendrá lugar el domingo en la sala Planeta Quiéremela segunda parte de la trilogía que comenzó con la bailarina argentina Marina Otero fóllame. Otero explica que las tres piezas cuentan su propia historia desde diferentes perspectivas, “muestran diferentes versiones de un mismo yo”, explica. fóllame habló sobre «la necesidad de que te follen» y Quiéreme –escrita con Martín López Cárdenas– se centra en su idea de ser amado, a partir del reconocimiento de la violencia que emerge desde el núcleo familiar.
«No como Fóllame, enérgico y fácil de ver, Quiéreme Es mi cuerpo mutando en el escenario, pura contención. La diferencia entre ambos es radical”, subraya el autor. Otero ya trabaja en la tercera parte, mátamea “Suicidio” que se estrenará en junio en los Teatros del Canal de Madrid, España.
Los espectáculos de la compañía de danza La Veronal se proyectan durante la Semana del Programador y el grupo musical catalán Cabosanroque y otras propuestas de artistas y compañías nacionales como la bailarina Lorena Nogal, que debuta como autora Habitación 444: AQUÍ o el último trabajo de Nao Albet y Marcel Borràs.
En esta semana marcada por la formación del nuevo gobierno, el Festival Montaña Alta otorga al teatro contemporáneo el protagonismo que merece. «Pido a la futura ministra de Cultura que escuche todas nuestras voces, la del director que llena las salas y la del estudiante de teatro de una ciudad perdida. El sector necesita mimo y atención», afirma Bernat.
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